Bad Religion cierra su gira a lo grande en Santiago
Muchos de los presentes el pasado domingo 22 de mayo en el Multiusos Fontes do Sar de Santiago de Compostela no habían nacido cuando Bad Religion comenzaba a dar sus primeros pasos en 1980. Las bodas de rubí de los imparables reyes del punk californiano fueron una comunión entre personas de diferentes generaciones unidas para celebrar la incesante carrera de los angelinos con unos colegas de ceremonia de lujo.
La influencia tanto de Bad Religion como de Suicidal Tendencies o Millencolin, los tres grandes grupos de este evento, ha sobrevivido a varias generaciones llegando a ser parte de la banda sonora vital de un montón de personas, tanto actuales adolescentes como cincuentones. Eso de que la edad es solamente un número nunca tuvo tanto sentido.
La gira encabezada por los cumpleañeros Bad Religion que este mes de mayo pisaron tanto Galicia como otros tantos lugares de la geografía peninsular ha sido todo un éxito. Dos años de espera y una pandemia horrible que obligó a hacer algunos cambios en el cartel hacían presagiar lo peor, pero una vez más la música y el trabajo de las personas que hacen posible estos eventos con ilusión y constancia se abrió camino con una fiesta colofón a las presentaciones previas en Bilbao, Lisboa, Málaga, Valencia, Barcelona y Madrid en las que se demostró que todavía quedan fuerzas y ganas para continuar.
Que un concierto (o festival, se podría decir) cuadre en domingo es un poco faena, pero menos es nada. Poder ver en directo a Bad Religion, Suicidal Tendencies, Millencolin compartiendo filas con los no menos importantes referentes patrios Blowfuse, Desakato y Bastards On Parade es una oportunidad difícil de rechazar obviando las responsabilidades vitales de cada persona. Con todo el respeto a los caídos Cock Sparrer y Talco, el cartel de este año resultó todavía más sustancioso que el inicial y esto animó a que la asistencia llegase casi a unas 3000 personas.
Bastards On Parade, Blowfuse y Desakato: teloneros de lujo
Alrededor de las 17:00h, el recinto compostelano del Sar abrió sus puertas para recibir a los primeros asistentes dispuestos a empezar la ronda de conciertos con los coruñeses Bastards On Parade, encargados de abrir la velada con su folk punk en gallego.
No debe de ser lo más agradable del mundo para un grupo tener que abrir una serie de conciertos tan temprano cuando el público todavía se está ubicando en el lugar, comprando sus primeras bebidas y a veces, por desgracia, hasta pasando un poco de quien está sobre el escenario, pero Bastards On Parade aprovecharon su limitado tiempo al máximo pese a las circunstancias.
Pasadas las 18:00h, los barceloneses Blowfuse comenzaron su lección de punk noventero. Esta joven banda con algo más de una década de historia a sus espaldas fue una apuesta más que acertada para este mini festival. Su música fuertemente influenciada por NOFX, Pulley, Lagwagon, Pennywise o los propios Bad Religion no defraudó aunque el recinto siguiese casi vacío.
Blowfuse ha sido el único grupo que ha estado en todos los conciertos de esta gira peninsular, y decir que no lo han dado todo sería negar lo evidente. Sus conciertos siempre son sinónimo de espectáculo, diversión y entrega sin importar que tengan media hora o una hora para tocar. Sonaron temas como “State Of Denial”, “Radioland”, “Outta My Head” o “Angry John” en una sesión enérgica de eterna adolescencia en la que, además de la música, también hubo cabida para saltos y correteos por parte de sus miembros, sobre todo de su frontman y guitarrista ocasional Oscar Puig.
Los asturianos Desakato, siguientes en aterrizar, tuvieron unos 50 minutos para presentar su álbum estrenado en pleno confinamiento, ‘La Miel de las Flores Muertas’. La banda proyectó su contundencia en directo gracias a la actitud y fiereza por parte de su vocalista Pepo y Pablo, guitarrista y también vocalista de apoyo. Es cierto que el sonido fue bastante malo, pero ya se sabe que en algunos recintos es imposible hacer maravillas.
Entregados a su público, los de Llanera demostraron que sus ya casi cuatro lustros de música les han valido para erigirse como una banda imprescindible a nivel nacional en salas y festivales gracias a hits como “Cuando Salga el Sol”, “Cada Vez” o “Animales Hambrientos”. Su actuación ofreció la adrenalina suficiente como para preparar la salida de los suecos Millencolin, a los que ya se les tenía ganas después del agridulce concierto que dieron en 2009 en la compostelana Sala Capitol.
Vuelta a la nostalgia de los 90’s con Millencolin
La banda comandada por el estático Nikola Šarčević (en contraposición a los inquietos guitarristas y coristas Mathias Färm y Erik Ohlsson) tuvo el tiempo justo para saciar al público gallego. Y lo consiguieron, para sorpresa de muchos incrédulos que en otras ocasiones habían salido decepcionados de sus bolos. No hay que negar que unos 15 minutos más hubiesen sido ideales para que Millencolin pudiese incluir en su set “Bullion”, “Battery Check”, “Man Or Mouse” o “Kemp”, pero por suerte «Fox», «Penguins & Polarbears», «Olympic», «No Cigar» o «Mr. Clean» formaron parte del repertorio que abrió con “SOS”, canción que da título a su último trabajo discográfico lanzado en 2019.
Aun con la sensación de vacío que supone tener que pasar por alto algunos hits y de lo descafeinado y a veces desganado que suena Nikola, no hubo mayor queja. Su sonido fue algo mejor que en los conciertos previos, y el ambiente ya empezó a caldearse con pogos y cánticos nostálgicos.
Suicidal Tendencies: pocas canciones y muchas palabras
Suicidal Tendencies, que también vienen con 42 años de existencia sobre sus lomos -al igual que Bad Religion- con el casi sexagenario vocalista Mike Muir a los mandos junto a su único compañero longevo desde los 90’s Dean Pleasants a la guitarra tocaron acompañados de la joven promesa Tye Trujillo (hijo de Robert Trujillo de Metallica -también formó parte de Suicidal Tendencies-) al bajo, el también zagal Brandon Pertzborn a la batería (con bagaje en bandas como Black Flag, Marilyn Manson o Limp Bizkit) y el recientemente fichado Ben Weinman, conocido por ser el guitarrista de los ya separados The Dillinger Escape Plan. Empezaron su set con “You Can’t Bring Me Down”, uno de sus clásicos alargado innecesariamente casi 10 minutos.
Todo el repertorio se centró en los 80’s y 90’s y sonaron muchos de sus temas más conocidos, incluidos “Cyco Vision”, “War Inside My Head”, “Possessed To Skate” o “Pledge Your Allegiance”. El fallo garrafal de Suicidal Tendencies tuvo mucho que ver con los parones innecesarios y discursos de Mike Muir cada dos por tres sumado a esa manía de estirar hasta el infinito las canciones y prescindir de todo el repertorio de sus últimos 23 años de existencia. Los 50 minutos de concierto, en el que la gente se desató por completo, se pasaron volando y la base rítmica no invitó a echar demasiado de menos a los ausentes Dave Lombardo y Ra Díaz, pero prescindir de “Institutionalized” o “Trip At The Brain” debería ser delito.
Bad Religion: 42 años imparables e incansables
La hora del plato fuerte llegó a las 22:20h. con puntualidad inglesa. Con la noche sobre las cabezas del público, Bad Religion con el pletórico y siempre elegante predicador y profesor del punk Greg Gaffin al frente abrieron con la versión clásica de “Generator” en toda la cara, dejando atrás la intro melódica y descafeinada que venían utilizando años atrás en vivo.
En los aproximadamente 90 minutos de hit tras hit en los que el público gallego gritó sus coros y estribillos sonaron las queridas “Punk Rock Song”, “You”, “Suffer”, “Modern Man”, “No Control”, “Infected”, “American Jesus” o “Sorrow” además de una ristra de temazos a mayores hasta completar con 26 en los que repasaron casi toda su trayectoria, desde su debut discográfico de 1982 hasta su más reciente referencia ‘Age Of Unreason’ (2019). Incluso hubo tiempo para que Greg Graffin firmase un libro lanzado por un miembro del público.
Bad Religion cumplieron totalmente con su cometido, pero siendo unos cabezas de cartel que están celebrando más de cuatro décadas de historia y sabiendo que han hecho presentaciones en los últimos años tocando más de 30 canciones, no hubiese estado de más estirarse un poco más para darle la oportunidad a «Sinister Rouge», «Flat Earth Society», «Broken» u otras gemas más escondidas en su catálogo.
En Santiago de Compostela se volvió a confirmar por qué Bad Religion son los reyes del punk no solo en América, sino en el resto del mundo. El consenso de que son los mejores en lo suyo es unánime e irrebatible. Simplemente no se puede decir nada malo de ellos. Hasta el sonido acompañó, algo increíble teniendo en cuenta que, como ya se ha dicho, el pabellón no está acondicionado para estos saraos.
En cuanto a la organización, hay que decir sin titubear que se respetaron los horarios al máximo y los precios de las bebidas y comida eran relativamente razonables. Sí, los conciertos hubiesen sido en otro recinto con mejor acústica hubiese sido lo ideal. Y tampoco hubiese estado de más que se pudiesen utilizar pulseras para poder entrar y salir, pero no siempre llueve a gusto de todos.
Con sus más y sus menos, esta vuelta a la normalidad ha sido el comienzo de algo casi olvidado para muchas personas después de dos años en los que la enfermedad y aislamiento fueron el pan de cada día, y qué mejor que el punk para empezar de nuevo y calentar motores de cara a la temporada de conciertos y festivales que están por llegar. ¡Viva el punk y viva Bad Religion por muchos años más!
Texto: Jaime Tomé | Fotos: Sergi Ramos, Lolo y Pablo Gándara
Promotor:HFMN Crew & Bring The Noise
Día:2022-05-22
Hora:17:30
Sala:Multiusos Fontes do Sar
Ciudad:Santiago de Compostela
Teloneros:Suicidal Tendencies, Millencolin, Desakato, Blowfuse, Bastards On Parade
Puntuación:8
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