Backyard Babies tiñe Madrid de plata y oro
El mes de abril se disponía a despedirse por todo lo alto, al menos en lo que a la capital se refiere. Apenas unas horas antes de poder disfrutar del puente de primeros de mayo, tendría lugar el concierto de los suecos Backyard Babies en la sala But.
El grupo escandinavo regresaba a Madrid (para hacerlo al día siguiente a Barcelona) casi cuatro años después de su última visita. El motivo no era otro que la presentación de su recién estrenado “Sliver & Gold”; que había visto la luz hace apenas un par de meses. Desde la salida del mismo, los temas del nuevo álbum no han recibido la acogida que se esperaba de parte de los seguidores de la banda, aspecto clave para la baja asistencia de público comparada con la cita de 2015.
Todo un error por parte de quienes habían decidido prejuzgar simplemente con la escucha del citado redondo, pues Backyard Babies se encuentra en un espléndido estado de forma. Realidad que el cuarteto se encargaría de demostrar durante la velada del martes. Por si esto fuera poco el cartel contenía, aparte, a sus compatriotas Thundermother y a los noruegos Audrey Horne, que aterrizaban en Madrid en busca de la primera conquista de nuestro público.
Girl Power
Transcurridos apenas diez minutos de la apertura de puertas, se iniciaba el show de Thundermother. Las suecas daban el pistoletazo de salida con “Whatever; canción que se encuentra en su último disco de estudio titulado “Thundermother”. Debido a un fallo en la lectura del código de las entradas, este tema sonaba al tiempo que las primeras personas en llegar aún se encontraban accediendo al interior de la sala.
Tras habernos visitado hace apenas un par de meses con motivo de la presentación de su citado tercer disco, todavía quedábamos algún curioso por descubrir el mecanismo de funcionamiento de la banda con la nueva formación tras los drásticos cambios sufridos en 2017. Y lo cierto es que la energía y poder que desprende el grupo femenino a golpe de buen hard rock sigue sin dejar indiferente a nadie.
Gran culpa de esto la tiene la guitarrista Filippa Nässil, único miembro original que queda en el grupo, pues su gran talento a las seis cuerdas sumado a su actitud le suma un gran poderío a la interpretación. Y es que llega un punto en el que el escenario se le queda pequeño y se baja al escenario para interpretar sus solos. Sus tres compañeras tampoco se quedaron atrás. Guernica Mancini (cantante), Emlee Johansson (batería) y la recién fichada Majsan Lindberg (bajista) demoatraron su gran potencial tanto en temas nuevos como “Revival” o “Quitter”, como en clásicos antiguos de la banda a la altura de “Shoot to Thrill”.
Todo ello enlazado con los datos que la señorita Mancini nos contaba sobre su país natal entre otras cosas en un más que correcto castellano. Thundermother es un grupo muy querido en nuestras tierras, y en cada cita que tienen, por muy breve que sea, consiguen meterse aún a más seguidores en el bolsillo. En definitiva un gran aperitivo con sabor a plato principal
El factor sorpresa
El grupo que pasaba más desapercibido en el cartel era Audrey Horne (lo que no quita que en la sala se encontrase algún fanático únicamente suyo). Quizá el factor detonante para esto fue que el hecho de que la banda noruega no hubiera pisado nunca Madrid. Sin embargo, la dosis de energía ofrecida les hizo merecedores de ser de lo mejor de la noche, y eso que las otras dos bandas se lo pusieron bastante difícil.
Desde que comenzaran a sonar los primeros acordes de “This is War” pudo apreciarse que la banda procedente de Noruega emanaba energía y calidad por cada uno de sus poros. Poco más hizo falta para ganarse al respetable, que alucinaba con cada movimiento del grupo. Y no es para menos, pues su música es como la fusión de Iron Maiden con Van Halen, mezclados con toda la fuerza y la rabia del grunge o el punk. Uno de los temas más destacados fue el que venía a continuación, “Audrevolution”, de su último trabajo de estudio, “Audrey Horne”. Esta terminó de encender la mecha y hacer estallar el mercurio definitivamente de un show imparable.
Las miradas estuvieron dirigidas a su cantante Torkjell Rød, más conocido como Toschie; y no es para menos, pues su vestimenta con camisa blanca impoluta a juego con sus calcetines altos llama de por sí la atención. Si esto lo sumas a que no paró quieto ni un segundo y a su arrolladora voz la combinación es simplemente explosiva. Tanto él como ambos guitarristas también quisieron hacer partícipe al público, bajando del al tiempo que sonaban temas como “Out of The City” o “Waiting For The Night”.
Contemplando conciertos como estos resulta difícil creer que se trate de una banda telonera. Y no es que este apelativo sea algo negativo, si no que indica que ciertas bandas juegan en una liga inferior, cuando ha quedado demostrado muchas veces, como esta, que no es el caso. Las ocho canciones que interpretaron los de Bergen por muy intensas que fueran, nos supieron a poco y nos dejaron ganas de disfrutar de esta banda con un show propio; y por supuesto, bastante más extenso.
Celebrando 30 años de rock n’ roll
Como cabía esperar la canción que abría el show de Backyard Babies era “Good Morning Midnight” de su recién salido del horno “Sliver & Gold”. Lejos quedaron aquellos tiempos en el que los suecos daban el pistoletazo de salida con “Everybody Ready?!” del “Stockholm Syndrome”.
La sorpresa llegaba cuando sin respiro alguno llegaba “Look At You”, una de las perlas de toda su carrera de ese ya lejano “Total 13” que les dio el salto definitivo a la fama; y que en sus anteriores citas les sirvió para cerrar el set. Le seguía muy de cerca “Dysfunctional Professional”, antes de que el vocalista Nicke Borg se tomara un respiro para presentar la nueva “Shovin’ Rocks”. Ésta dio forma a uno de los singles principales de su último trabajo. Y tal como la presentó el siempre pintoresco guitarrista Dregen ante el público madrileño, narra como la banda lleva tres décadas encavando en los terrenos del rock n’ roll.
Siguiendo el orden de canciones le tocaba el turno a “Nomadic”, tema del disco “Backyard Babies” de 2008. Redondo que aunque no es muy querido por los seguidores de la banda al perder un poco la esencia punk, encierra grandes temas como ese “Nomadic” y “Abandon” que sonaría casi al final del show. Pero no nos adelantemos, pues el relevo lo tomaban “Highlights” y la enérgica “Heaven 2.9”. Esta última dedicada a nuestra bonita ciudad, Madrid; pues aunque sus versos describan una bonita aventura en una ciudad paradisiaca como California; los escandinavos se la dedicaban a la capital debido a su amor por ella.
Unos minutos de “relax”
Con el fin de meterle algunos giros al concierto, así como de dejarnos respirar por unos minutos; “A Song for the Outcast” y “Roads” eran interpretadas en formato acústico únicamente por Nicke y Dregen. La pareja de músicos acaparó todas las miradas durante unos minutos, aunque en realidad siempre son ellos quienes acaparan todo el protagonismo.
Sin quitarle importancia al bajista Johan Blonquist y al batería Peder Carlsson, sin los cuales el funcionamiento de la banda se vería bastante afectado. Además si de algo presumen y citan noche tras noche, es el haber conseguido mantener una formación estable desde que se formó el grupo en el ’89. Poco a poco se iban disipando los momentos de calma con la joven“44 Undead”, para rebosar de adrenalina con “Th1rt3en Or Nothing”. Este track devolvía las esperanzas a los seguidores de Backyard Babies tras su parón de cinco años en 2009; tras el cual volvían con energías renovadas con el disco “Four By Four”.
La recta final tomó forma de la mano de “The Clash” y “Minus Celsius”. Resulta divertido o cuanto menos curioso gritar a todo pulmón “It’s freezing, I’m so cold” al tiempo que resbalan gotas de sudor por tu frente debido al inmenso calor que hacía tanto dentro de la sala como en el exterior. Llegados a este punto tan solo quedaban “Abandon” y la frenética “Brand New Hate”, donde se crearon hasta pogos en mitad de la pista.
Tras la falsa despedida del grupo llegaba “Yes to all No” encabezando los bises. Quizá este fue el tema que menos relució en el setlist, pero en seguida llegó al rescate “People Like People Like People Like Us” para ponerle el broche de oro definitivo a una inolvidable actuación. Como bien dijo Nicke Borg en un momento de la velada que no consigo ubicar, a Backyard Babies le quedan, por lo menos, otros veinte años más de cuerda para poder seguir disfrutando de su música.
Texto: Tamara Ruiz | Fotos: Víctor Gallego
Promotor:Route Resurrection
Día:2019-04-30
Hora:19:00
Sala:But
Ciudad:Madrid
Teloneros:Audrey Horne, Thundermother
Puntuación:9
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