Backyard Babies: lección de integridad en Barcelona

Difícilmente uno puede salir defraudado de un concierto de los suecos Backyard Babies. Desde que volvieron a la actividad en 2014 con las pilas renovadas tras cinco años de descanso, los directos de la banda han sido intachables y sus entregas discográficas más frescas.

Precisamente con un nuevo disco titulado “Sliver and Gold” bajo el brazo la banda ha vuelto a iniciar la interminable gira en la que llevan enfrascados desde que empezaron su carrera. El escenario es su espacio natural y pasen los años que pasen, Backyard Babies es una banda capaz de darle la vuelta a tu día. Da igual que te haya salido la renta a pagar, que te hayan echado del trabajo o que hayas discutido con tu novia: Backyard Babies se ocupan de ti durante una hora y media y todo lo demás pasa a un segundo plano.

Thundermother: consistentes como un ladrillo

No venían solos: las otras dos grandes bandas del rock escandinavo del momento les acompañaban. Por un lado las incansables Thundermother, quienes presentaban su disco homónimo del año pasado y que ya son bien conocidas en nuestro país tras múltiples giras.

Thundermother (Foto: Víctor Gallego)

Con más AC/DC que Motörhead en su último trabajo, la banda es un auténtico torrente de energía en directo y canciones como “Whatever” -aquí renombrada como “Da Igual”- y clásicos ya establecidos, como es el caso de “Deal With the Devil”. Sin duda, Thundermother tienen un encaje más atractivo en muchos aspectos que sus compatriotas y ya desaparecidas Crucified Barbara. Las canciones tienen más enganche y la actitud general de la banda descansa más en su energía que en factores extramusicales.

Audrey Horne: descubrimiento para muchos

La sorpresa de la noche para mucha gente fueron Audrey Horne. Se han prodigado por nuestro país bastante menos que Thundermother y para muchos estaban fuera del radar. Pero los noruegos, liderados por el intenso Toschie, fueron un torbellino que se lo puso muy difícil a los cabezas de cartel. Su estilo a medio camino entre el hard rock setentero de Kiss y el heavy metal primigenio de finales de los 70 con geniales melodías vocales y riffs de guitarra como elementos conductores.

Audrey Horne (Foto: Víctor Gallego)

Salieron a escena con “This is War” a modo de declaración de intenciones y cogieron al público por la pechera de la camisa y no lo soltaron hasta dejarnos “Straight into Your Grave”, con la que finalizaron. Por el camino, entrega y determinación para que el nombre de la banda no cayese en saco roto para las algo más de 300 personas que había en el Razzmatazz mediano. Las guitarras dobladas a lo Thin Lizzy, los riffs colosales a medio camino entre Iron Maiden de los dos primeros discos y los estribillos adictivos nos tuvieron en vilo durante algo más de 45 minutos y lo único que nos quedó claro es que es el momento de que vengan como cabezas de cartel. De Barcelona sacaron un buen número de nuevos fans.

Backyard Babies: gran concierto pese a la asistencia

Backyard Babies salieron a escena con una energía que no cuadra con unos señores de 45 años, en el caso de Dregen, que hace 25 años que editaron su primer trabajo. Probablemente, para los lectores acérrimos de Popular 1, si se compara esto con los que hicieron en Mephisto en el 98, deben estar en decadencia. Pero acostumbrados a ver a viejas glorias pavonearse por el escenario con niveles de energía que tienden a cero, ver a Backyard Babies motivados como jovenzuelos durante una hora y media desgranando temazos, es altamente satisfactorio.

Backyard Babies (Foto: Sergi Ramos)

Salvo por su concierto en el Calella Rock de 2016, Backyard Babies no pisaban una sala de Barcelona dese que en 2010 realizasen el que iba a ser su último concierto en la ciudad antes de separarse temporalmente. Por eso sorprende que apenas 300 personas se acercasen a ver a la banda -que tradicionalmente había llenado con facilidad salas más grandes como Bikini e incluso Apolo en su mejor momento. Si bien es cierto que “Sliver and Gold” es algo inferior a “Four by Four”, no es en absoluto un mal disco y al final el grueso del concierto está compuesto de temas anteriores. En cualquier caso, esto no fue un impedimento para que el grupo diese un concierto colosal con la energía a tope desde el minuto uno.

Backyard Babies (Foto: Sergi Ramos)

La nueva “Good Morning Midnight” fue el tema que abrió el show, para que luego la banda atase sin previo aviso “Look at You” del mítico “Total 13” con “Dysfunctional Professional”. Iban a tope, especialmente un Dregen que parecía haber vuelto a los 25 años de un plumazo. Con columnas de humo ocasionales emergiendo bajo sus pies en los momentos álgidos, la banda dejó que la música hablase por ellos, sin más artificios que ese. Rock and roll escandinavo bordeando el punk y el glam angelino de finales de los 80, y con esa deuda siempre evidente a Hanoi Rocks. Las clásicas “Highlights” y “Heaven 2.9” sirvieron de previa a un bajón de revoluciones con la versión acústica de “A Song for the Outcast” y “Roads”.

Backyard Babies (Foto: Sergi Ramos)

El tramo final del show aportó los temas más populares de “Making Enemies is Good”, como “The Clash”. Cuando Peder comenzó a golpear los timbales tribalmente para marcar el inicio del tema, aquello se vino abajo. La hiper-enérgica “Minus Celsius” mantuvo el ritmo y volvieron a relajarlo con “Abandon”. Falsa alarma: una speedica “Brand New Hate” cerró el tramo principal del concierto con la banda dando las gracias al público de Catalunya por su apoyo.

Backyard Babies (Foto: Sergi Ramos)

Ya en los bises, breves, llegaron la nueva “Yes to All No” y la punkarra “People Like People Like People Like Us” con la que cerraron una noche de rock sin paliativos ni samples, ni tonterías. Cuatro tíos sudando, saltando, mirando a los fans de las primeras filas a los ojos y dejándose la piel. Como ellos mismos dijeron “esperamos seguir viéndoos unos 20 años más o así”. Diosito les oiga.