Azkena 2019: Phil Anselmo y The Cult vuelven a endurecer el festival
El Azkena Rock Festival de Vitoria es una cita anual obligatoria para mucha gente. Muchos fans del rock, el metal y muchos otros estilos compran la entrada año tras año incluso antes de conocer el cartel definitivo.
Se ha convertido en algo sagrado, una cita anual legendaria para los fans de la buena música. En esta edición, la organización ha vuelto a conseguir algo parecido a lo que ocurrió en ediciones como la del 2005, 2010 o 2012 (por citar algunas): un cartel perfecto para todos los públicos aficionados al rock. El viernes 21, leyendas como los Deadland Ritual y Stray Cats introdujeron a sus fans en sonidos rockeros de los años cincuenta y sesenta. Los Gatos extraviados resultaron imbatibles, se llevaron de calle al público congregado en el recinto Mendizabala.
El sábado amaneció soleado en Vitoria y nos ofrecía a pioneros del metal y el hard rock como Tesla, Phil Anselmo, The Cult y Corrosion Of Conformity. La excitación ese día era máxima, muchos fans comenzaron a congregarse en la cola desde bien prontito. Esto es lo que presenciamos en la segunda jornada del evento de la ciudad vasca:
Sodoma y Gomorra en Trashville
Una gran parte del recinto ya estaba casi llena desde por la tarde. La primera parada de muchos fue la carpa Trashville (es el lugar más especial del Azkena Rock Festival), un emotivo y sucio tugurio sin ventilación donde puedes presenciar el concierto de una banda de garaje rock o country mientras te tomas un tequila y presencias un buen combate de lucha libre. Los primeros en descargar en la citada carpa fueron The Courettes, un dúo de buen garaje rock que voló la cabeza a todos los presentes. Su sonido a medio camino entre The Stooges, los grupos pop de los sesenta de la factoría Phil Spector, y The White Stripes hicieron entrar en calor y prepararon al respetable para todo el rock que vendría después.
Tesla: carisma, sonidazo guitarrero y elegancia
Tesla visitaban España diez años después de su última gira por estos lares con la intención de presentar su nuevo disco, ‘Shock’ (2019). Ofrecieron un show cargado de potentes guitarras, canciones clásicas y algunos temazos nuevos. Jeff Keith, su carismático cantante captó toda la atención con su voz rasgada y su carisma a medio camino entre Steven Tyler y Mick Jagger.
Los guitarristas Frank Hannon y Dave Rude ametrallaron con sus crujientes y potentes guitarras, lo que se reflejó en cortes como «Changes» o «What You Give». La juventud de Rude, su nueva incorporación, le dio nuevos brios a la banda con su virtuosismo y su increíble carisma escénico. Jeff Keith se mostró algo agotado al final del bolo, pero su público y el resto de los miembros de la formación consiguieron que llegase al final de la actuación (por los pelos). A pesar del bajón de su cantante, fue un concierto emotivo y digno de recordar.
Corrosion Of Conformity: reyes del stoner
Corrosion Of Conformity arrancaron suavemente con «Seven Days» y «Señor Limpio» y rompieron a lo bestia con la impresionante avalancha sónica de «Paranoid Opioid». La banda volvía a visitar España con motivo del 25º aniversario del álbum ‘Deliverance’ y salieron con la intención de barrer con todo y contagiar a los presentes con su sonido, su carisma y su buen rollo. Pepper no paró de bromear entre canción y canción y de comunicarse con el respetable. Cuando tenían a todos a sus pies, atacaron con una soberbia y acelerada interpretación de los temas «My Grain», «Diablo Blvd» y «Vote With A Bullet» que dejó a los fans con la boca abierta.
Pepper Keenan y Woody Waterman estuvieron sensacionales. Crearon un demoledor muro de sonido que inundó todo el recinto Mendizabala. La base rítmica formada por Mike Dean y Reed Mullin estuvo espectacular y sirvió de perfecto trampolín para los cortantes guitarrazos de Pepper y Woody. Cuando no se podía pedir mucho más, COC cerraron con una espectacular interpretación de los temas «Who’s Got The Fire» y «Clean My Wounds» que reventó la sesera de sus seguidores. Fue un concierto corto y contundente como pocos, pero aun así dejaron el listón muy alto a cualquier grupo que se atreviese a saltar a las tablas después de ellos.
Gang Of Four: energía desbordante y destrucción de instrumentos
Los britanicos Gang Of Four saltaron al escenario con la difícil misión de sustituir a los Melvins. Ofrecieron un caótico concierto potente y bailable. Su cantante John King se comporto como un Nick Cave salido de los tiempos de Birthday Party, y el gran Andy Gill se ocupo del resto. Ejecutó riffs atroces, escalas imposibles y destrozó su guitarra arrojándola al suelo una y otra vez mientras adoptaba la actitud de Quasimodo o el abogado de Hunter S. Thompson en Miedo y Asco en Las Vegas.
Un público completamente estupefacto observo cada uno de sus movimientos sin saber si desvariaba o le faltaba su dosis de antidepresivos. Tremendo. Un concierto atroz como pocos con un sonidazo descomunal que dibujó una sonrisa en la cara de todos los presentes. Su objetivo de esa noche era interpretar y rememorar el 40º aniversario de su álbum debut ‘Entertainment’, y lo cumplieron con creces. Un bolazo que dejó sin habla al mismísimo Phil Anselmo (presente a la derecha del escenario).
The Cult: templo sónico
The Cult saltaron al escenario con un llenazo absoluto en el recinto del escenario GOD. Era su noche y el público les esperaba. El decorado de su escenario dejaba ver una montaña nevada con tres cruces que le daban una majestuosidad impresionante a su puesta en escena. Abrieron su concierto con «Sun King», «Sweet Soul Sister» y «American Horse». Ian Astbury y compañía están celebrando por todo lo alto el 30º aniversario de su descomunal álbum ‘Sonic Temple’ y nos sorprendieron con su elegante imagen, su profesionalidad y un increíble sonidazo desde el minuto uno.
El bolo continuó con unas increíbles versiones de «Soul Asylum» y «Edie (Ciao Baby)». Aceleraron a tope con la increíble energía del tema «New York City» y terminaron de poner el recinto Mendizabala a sus pies con varios temas del álbum ‘Beyond God And Evil’. «Rise» y «American Gothic» sonaron como dos obuses dirigidos a la actual América de Trump. Parece mentira que esos dos trallazos parezcan tan actuales. La fiesta continuó con los clásicos no perecederos «She Sells Sanctuary», «Spiritwalker» y «Love Removal Machine». Estos temas sonaron infinitamente mejor que en los álbumes originales. Ian les entonó mejor que nunca y Billy Duffy les dio más profundidad y aportó más matices con su increíble maestría guitarrera. La guitarra y los solos de Duffy brillaro con luz propia e inundaron el recinto Mendizabala como una increíble ilusión romántica de sus tiempos de gloria.
La base rítmica formada por el increíble batería John Tempesta (ex White Zombie) y el bajista Grant Fitzpatrick elevaron el sonido de la banda hasta el infinito y sirvieron como lanzadera a la elegante interpretación de Ian y la magistral ejecución de Duffy. Cuando el público no lo esperaba, The Cult volvieron al escenario y se marcaron bises con los temas «Wild Flower», «Love Removal Machine» y «Rain». La banda terminó coreando un emotivo «Vitoria oe, oe» y el público terminó de derretirse a sus pies.
Philip H. Anselmo & The Illegals: pura fuerza
No eramos pocos los que desconfiabamos del estado físico y vocal del bueno de Phil Anselmo. Sus últimos vídeos en directo y sus espantadas supremacistas no presagiaban nada bueno. Phil nos visitaba con sus «Ilegales» para rememorar su legendaria carrera con Pantera, y la banda sabía lo que se jugaba. Salieron a matar y destruir desde el primer momento. Su ataque inicial dejó estupefactos a los presentes con unas increíbles versiones de los temas «Mouth For War», «Becoming» y «Hellbound».
El ataque de Philip H. Anselmo & The Illegals continuó con «Heresy», «Fucking Hostile» y «I’m Broken». Phil se vino arriba y pidió a la gente de las filas del centro que hiciesen un mosh pit, y sus fans se pusieron a ello mientras la banda descargaba «Walk» y «Revolution Is My Name». En «Walk», Pepper Keenan de Corrosion of Conformity aprovechó para saltar al escenario con un colega y metió unos improvisados coros mientras se tomaba una cerveza y fumaba. El ambiente era de fiesta absoluta y destrucción demoledora.
El guitarrista Mike Deleon se reveló como un digno sucesor de Dimebag Darrell y la voz de Phil dio la talla en la mayoría de los clásicos de Pantera. Si hubo alguna carencia vocal fue casi imposible de percibir. El grupo de Phil se encargó de solventarla con un descomunal muro de sonido y una base rítmica que barrió con todo. Phil Anselmo & The Illegals borraron del mapa a todo el mundo, por un momento fueron la única banda de Mendizabala. La banda cerró con «Drag The Waters» y «War Nerve», y lo poco que quedó del público se fue a pedir clemencia y amor al Trashville. Aantes de llegar a la carpa infenal nos topamos con la psicosis ambiental de Starcrawler.
Starcrawler: el enajenado y delicioso magnetismo
Desgraciadamente, la actuación de estos lunáticos sonoros Starcrawler coincidió con la descarga del bueno de Phil. La impresionante ferocidad de la banda y con la actitud de la cantante Arrow De Wilde hizo que quienes se quedaron a verles pensaran que mereció la pena, y más al ver a su vocalista cómo ejecutaba el pino puente con el micrófono dentro de su boca. Toda una fiesta que complementó a los que decidieron no ir a ver al ex vocalista de Pantera y que cerró este Azkena Rock Festival 2019, el más duro de los últimos años.
Texto: Nacho García | Fotos: Unai Endemaño
Promotor:Last Tour
Día:2019-06-22
Hora:17:00
Sala:Mendizabala
Ciudad:Vitoria-Gasteiz
Puntuación:9
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