August Burns Red se reivindican Madrid
Tres bandas distintas, un mismo estilo (con matices) y una sola idea en la mente, dar caña. Así se presentaron en la sala Caracol los americanos August Burns Red, acompañados por sus compatriotas Wage War y los franceses Betraying The Martyrs. Un tridente de pura energía que amenaza con reventar tímpanos, arrasar todo lo que se le cruzara y provocar mosh pits brutales.
August Burns Red visitaron nuestro país a comienzo de año, en aquella ocasión venían encabezando el grupo de tres teloneros que acompañaban a Heaven Shall Burn. El concierto que dieron fue épico y más de uno se quedó con ganas de más, tal vez por eso se han aventurado a realizar esta gira en la cual lideran un cartel compuesto por tres bandas de corte similar. No podemos decir que hayan crecido mucho en este corto espacio de tiempo, pero sí han conseguido dar un pasito más en nuestro país en su imparable ascenso en el mundo del metal.
Los Mártires de París
Los primeros en salir al escenario fueron los franceses Betraying The Martyrs. Puntualmente, a las ocho menos diez minutos, comenzaron su show. La banda lleva en activo desde 2008 y cuenta con tres álbumes a sus espaldas, el último de ellos, The Resilent, publicado en 2017. El encargado de las voces principales, las guturales, es el único miembro que no es de origen francés de la banda, Aaron Matts. Victor Guillet ejerce de teclista y se encarga de las voces limpias, teniendo éstas mucho peso en sus canciones y siendo Victor todo un showman en directo, no limitándose para nada a quedarse detrás de su teclado.
Comenzaron su show con “The Resilent”, donde la batería sonaba con una potencia atronadora, no permitiendo que el resto de instrumentos se escucharan bien. Desde los primeros acordes se formó un circulo en el centro de la sala en la que tímidamente la gente se movía buscando gresca. Tal vez un poco pronto para empezar con los mosh.
Pero a la segunda fue la vencida, y mientras sonaba “Lost For Words” un par de personas empezaron a hacer una especie de capoeira dentro del círculo, a la que se unieron varias personas para hacer un circle pit. El sonido mejoró, siendo menos dominante la batería y permitiendo apreciar mejor el resto de instrumentos y, sobre todo, las voces limpias. No necesitaron más de dos canciones para tener al público totalmente entregado, bailando, coreando y dándose de mamporros en el mosh.
El escenario no era demasiado grande y por momentos parecían demasiado apretados, pero eso no impedía que Victor saltara de un lado a otro, saliendo en varias ocasiones al frente del escenario con su teclado portátil. Solo tuvieron tiempo para seis canciones, la última de ellas inédita, pero fue suficiente para dejar el ambiente caldeado y a los asistentes satisfechos con lo visto hasta el momento. La noche empezaba fuerte, si esta banda era la cenicienta del cartel la noche prometía ser memorable.
Wage War fieles a su estilo
Con algunos minutos de retraso, los segundos en aparecer fueron los americanos Wage War. La banda lleva en activo desde 2015 y han publicado dos álbumes hasta la fecha, siendo el más reciente Deadweight, el cual ha formado el grueso de su setlist. La banda cuenta con Briton Bond encargado de las voces guturales y con Cody Quistad encargado de la guitarra rítmica y de las voces limpias.
Para este segundo concierto había mucho más público y la gente estaba más pegada al escenario ya que el pit había desaparecido momentáneamente, aunque en muchas ocasiones se volvía a formar para remarcarle al grupo que aquello que sonaba era lo que habían venido a escuchar. El sonido también fue mejor en general que en el concierto anterior, aunque siempre hay que tener en cuenta que una sala tan larga y estrecha como es la Caracol no es el mejor lugar para meter tanto bajo y gutural.
Durante aproximadamente una hora la banda tuvo tiempo de tocar nueve canciones, entre las que destacaron “Witnes”, que el público disfruto mucho más que los dos temas anteriores, “Never Enough”, para la que la banda pidió un circle pit que los asistentes no dudaron en hacer y sobre todo “Gravity”, una especie de balada que fue todo un soplo de aire fresco después de todo lo escuchado hasta el momento. Las dos siguientes canciones también fueron muy aplaudidas, tanto la cañera “Don’t Let Me Fade Away” como la balada “Johny Cash”.
La actuación del grupo fue muy buena en general, pero el hecho de que muchas canciones fueran muy parecidas estructuralmente y que la voz de Cody fallara en algunos momentos hizo que este concierto, en mi opinión, fuera inferior al ofrecido poco antes por Betraying The Martyrs.
August Burns Red salen a por todo
A las diez menos veinte hacía su aparición el plato principal de la noche, los americanos August Burns Red. Mucha gente se perdió el inicio del concierto por salir a fumar en el descanso entre ambas bandas, por lo que la sala estaba más vacía en las primeras canciones, aunque poco a poco se fue llenando de nuevo.
El concierto arrancó con la potente “King Of Sorrow”, en la que desde el principio quedo claro que el peso del concierto lo llevarían el cantante Jake Luhrs y el guitarrista JB Brubaker, quienes más se prodigaban por el frente del escenario, subiéndose a los altavoces e interactuando con el público. La iluminación para este concierto también fue mucho mejor, al llevar su propio set de luces y no contar solo con el que había en la sala.
Continuaron “Composure” e “Invisible Enemy”. La voz de Jake no terminaba de escucharse bien, quedando un poco perdida entre el resto de instrumentos, pero eso no impidió que el público disfrute de ellas. Jake no paraba de jugar con el micrófono, moviéndolo de un lado a otro o “ahorcándose” con él. Tras estas tres canciones hacen la primera paradita para dirigirse brevemente al público antes de tocar una de las canciones más vitoreadas por los asistentes al concierto.
Estoy hablando de “Fault Line”, una canción que me recuerda mucho a Parkway Drive en las guitarras iniciales. Una grandísima canción y con unas letras muy curradas, con un mensaje digno de ser leído y analizado tranquilamente. Como no podía ser de otra forma, esta canción desató la locura entre el público, especialmente en su última estrofa con aquellos “We all hope, we all bleed…”. Brutal.
Encadenando canciones sin tregua
Tras este temazo continuaron con “The Frost”, que fue recibida con la misma ilusión por el público. Desde la intro de guitarra la gente comenzó a saltar y no pararon en todo el tema. A estas alturas el sonido de la voz había mejorado mucho frente a las primeras canciones, y en general se podía apreciar mucho mejor cada instrumento, como fue el caso del bajo en la parte central de este tema.
Encadenado con “The Frost” comenzó “Beauty In Tragedy”, en la que tanto Jake como JB se fueron cediendo el protagonismo el uno al otro. Tras la parte hablada de mitad de ésta canción se volvió a desatar la locura en la sala. Momento para sacar los mecheros y las luces de los móviles con “Mariana Trench”, un tema del álbum Constellations que hizo las delicias de los asistentes. Luhrs continuaba jugando con el micro en todo momento, lanzándolo, haciéndolo girar y enrollándolo entre sus manos.
Tras esta tanda de canciones volvieron a dirigirse al público para comentar que en sus quince años de carrera esta es la primera vez que encabezan un show en España y que estaban muy contentos por el recibimiento que las estábamos dando. Dicho lo cual arranca “Dangerous”, en la que Jake Luhrs se marcó unos bailecitos un tanto ridículos en la parte central y en la que unos cañones de humo acompañaron a los gritos finales. Encadenaron con “Meddler”, un temazo en el que en la parte central de la canción el cantante se arrodilló y el público coreaba el “everyone together” final de la canción. La guitarra de JB de nuevo magistral en esta canción. Y sin parar ni un segundo encadenaron “Back Burner” en la que volvieron a arrojar bocanadas de humo.
Turno ahora para recuperar un poco el aliento con “Ghost”, en la que las partes de Jermy Mckinnon de A Day To Remember corrieron a cargo del bajista Dustin Davidson. La siguiente fue “Martyr” donde Jake Luhrs volvió a marcarse un bailecito al más puro estilo Jean Claude Van Damme. Y terminaron esta primera parte del concierto con “Empire”, todo un trallazo donde el público coreó estribillos y sobre todo los woooo centrales.
Bises y reflexiones
El inicio de los bises corrió a cargo de Matt Greiner y su brutal y frenético solo de batería. Tras esto se dirigió al público para hablarnos un poco sobre el origen de la banda, su relación con la Iglesia y de su forma de ver la vida, según la cual, si nos ayudamos los unos a los otros, haremos de este mundo un lugar mejor.
Y tras estas palabras tocaron las dos últimas canciones de la noche, “Float” y “White Washed”, dos canciones cañeras que el público disfruto y vivió a tope, sabiendo que el final estaba cerca, haciendo walls of death, circle pits y poniendo así fin a una gran noche de música y diversión.
Y al finalizar el concierto, un protometalpaco como yo, que no escucho casi ninguna banda que no lleve cosa de veinte años a sus espaldas o que toque un género que no se inventara en el siglo XX, me llevé una agradable sensación de que realmente hay un montón de bandas por descubrir, que hay toda una nueva generación de metalheads, tanto grupos como los asistentes al concierto, mucho más jóvenes de los que estoy acostumbrado a ver en otros conciertos, y que el metal va a seguir dando que hablar por muchos años. No debemos emperrarnos en crear los nuevos Iron Maiden o Metallica, debemos aprender a adaptar nuestros oídos a nuevos sonidos y melodías que tienen mucho que ofrecer.
Y como apunte final, decir que la idea que tenía de una banda de rock / metal cristiano era un grupo de pijos con jerseys en tono pastel cantando “Amo A Laura”, pero tanto la música como sobre todo las letras de August Burns Red me ha enseñado que se puede hacer metal duro sin tener que recurrir a temática satánica o sangrienta, transmitiendo un mensaje de optimismo y de esperanza.
Texto: Rubén Macías | Foto: Mara Martínez
Promotor:Bring The Noise
Día:2018-12-05
Hora:19:30
Sala:Caracol
Ciudad:Madrid
Teloneros:Betraying The Martyrs, Wage War
Puntuación:9
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