Dos de los grandes baluartes del metal sinfónico en sus acepciones más variadas llegaron a Barcelona tras años de aplazamientos y cambios de fechas. Aun así no terminaron de colmar el aforo de la mítica sala Razzmatazz.

En ocasiones se nos olvida el mastodóntico recorrido que han tenido algunas de las bandas que, dentro del metal, seguimos considerando “nuevas”. Viendo a Epica y a Apocalyptica el otro día en Barcelona hice balance de cuantas veces puedo haber llegado a ver a ambas bandas entre festivales, conciertos en sala y demás. No supe hacer una cuenta exacta, pero varias decenas de veces, hasta sin querer.

De algún modo es insultante que una dupla como la de Epica y Apocalyptica siga sin llenar salas de mediano aforo como Razzmatazz en un viernes. Con un cuarto de siglo a sus espaldas en ambos casos (Epica algunos años menos, pero vaya, veinte años de carrera constante y consistente no son pocos), ambos grupos se plantaron ante el público de Barcelona con una misión clara: reclamar lo que es suyo.

Epica

Epica (Foto: Sergi Ramos)

¿Y qué es suyo, exactamente? En el caso de Epica, el cetro del metal sinfónico más duro. Porque Nightwish son orquestales y cinemáticos y Within Temptation son bonitos y comerciales, pero Epica son una apisonadora de directo como pocas. Quizá les ha faltado el hit, el empuje mainstream que han tenido las otras dos bandas, pero quizá precisamente por eso merecen incluso más respeto. Las cosas, en consecuencia, han sido menos fáciles para ellos y ahí siguen, en esta ocasión como “co-cabezas de cartel” con Apocalyptica, actuando en las mismas salas que prácticamente llenaban unos años atrás ellos solos.

Epica

Epica (Foto: Sergi Ramos)

Sin ser un mal cartel -en absoluto- lo cierto es que, al menos en Barcelona, no movió a la cantidad de gente que debería, teniendo en cuenta la capacidad de convocatoria de ambas bandas por separado. Pero atendiendo a la saturación del mercado, las algo más de mil doscientas personas que había en la sala Razzmatazz en la noche del viernes no son moco de pavo.

Un repertorio equilibrado para Epica

Epica venían presentando su disco más reciente, “Omega”. Un trabajo que ya tiene dos años y que fue uno de esos trabajos editados en plena pandemia. Para que no quedase duda del ciclo en el que estábamos, la banda salió a escena con un arrollador “Abyss of Time – Countdown to Singularity”, el tema con el que se abría el nuevo trabajo. Con una Simone Simons rozando la perfección, como es habitual, en el aspecto vocal, la banda se adentro en un set de apenas hora y cuarto de duración en el que intentaron dar cabida a todo lo que los fans esperaban de los holandeses.

En recuerdo a su ya clásico “The Quantum Enigma” de 2014, la banda se lanzó rápidamente a por un colosal “The Essence of Silence” seguido de “Victims of Contingency”, sus dos únicos recuerdos a aquel laureado trabajo de estudio, antes de un recuerdo a los clásicos con “Unleashed” del ya lejano “Design Your Universe”. La banda, muy motivada, especialmente el duo de guitarristas compuesto por Mark Jansen e Isaac Delahaye, parecía reafirmarse en su papel de “invitados especiales” o como quiera que se llame eso de tocar antes que la banda principal de la noche.

Epica

Epica (Foto: Sergi Ramos)

Como si tuviesen algo que demostrar, se lanzaron a por “The Final Lullaby” de su reciente EP “The Alchemy Project” y fueron desgranando algunos de los temas recientes entre clásicos. Hubo espacio para “The Skeleton Key”, “Rivers”, “Code of Life” y, con el público en la palma de su mano, se lanzaron a por un trio final de clásicos con la eterna “Cry For the Moon”, “Beyond the Matrix” -con todo el público saltando como loco- y una despedida por todo lo alto con “Consign to Oblivion”. Faltaron cosas, claro, pero el tiempo era el que era y seguramente ésta gira compartida era la mejor opción en un momento en el que los grupos de nivel medio (Behemoth, Arch Enemy, Amon Amarth, etc) están sufriendo para llenar recintos como antes.

Apocalyptica sin compasión

Tras la media hora de espera de rigor, salieron a escena los miembros de Apocalyptica, con ese ventajoso aspecto finés que se basa tener la misma apariencia física en 2023 que en 2005. Ante el rugido general, los tres violoncellistas más conocidos del metal -por no decir prácticamente los únicos-,salieron a escena con mucha energía para interpretar “Ashes of the Modern World” -de su disco más reciente “Cell-0”, editado justo antes de la pandemia y para el cual ya nos visitaron con Sabaton como cabezas de cartel cuando la vida era otra.

Apocalyptica

Apocalyptica (Foto: Sergi Ramos)

No pasó mucho rato hasta que la banda se fue a por el primer gran duo de éxitos de la noche. Su disco más aclamado, “Worlds Collide” fue visitado con sendas interpretaciones de “Grace” y un “I’m not Jesus” en el que la banda invocó los servicios del gran vocalista americano Franky Perez. Su energía arrolladora – junto con la de Eicca Toppinen, Paavo Lötjönen y Perttu Kivilaakso- terminó de poner en pie al público de Razzmatazz. Eso sí, NADIE se viste con unos pantalones pirata en el año 2023 salvo que se odie a si mismo. Las cosas como son.

Con un sonido más que correcto para el tipo de concierto y el tipo de sala en el que estábamos, Apocalyptica fueron descargando temas míticos de su carrera como “Shadowmaker” o la aclamada “I Don’t Care”. Pero, sin duda, Apocalyptica empezaron como empezaron, como banda de versiones con cellos, y el público espera lo que espera de ellos.

Apocalyptica (Foto: Sergi Ramos)

Una delicada “Nothing Else Matters” de Metallica dio paso al contrapunto árido de “Inquisition Symphony” de Sepultura. Finalizaron el set principal con un “Seek & Destroy” de Metallica que fue recibido como maná divino. Y, para no faltar a las tradiciones, finalizaron su concierto con el clásico “In The Hall of the Mountain King” de Edvard Grieg, llevando el asunto al paroxismo musical como siempre sucede al final de sus shows. Mención aparte para el baterista Mikko Sirén, seguramente el mejor añadido que jamás hicieron estos fineses a su formación, pues les permite replantear su interpretación lejos de lo percusivo y dejarle todo ese peso a Sirén.

Apocalyptica

Apocalyptica (Foto: Sergi Ramos)

En resumen, una buena noche con dos grupos de metal radicalmente distintos pero esencialmente unidos por la manera en que la música clásica y sinfónica ha informado las carreras de ambos. Y en eso consistía la evolución del género, supongo.

Texto y fotos: Sergi Ramos

Promotor:Madness Live

Día:2023-02-10

Hora:18:30

Sala:Razzmatazz

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Wheel

Puntuación:9