Amenra: negrura acústica
El arte como necesidad del ser humano, ha sido ninguneado sistemáticamente durante estos tiempos de pandemia.
Primero poniendo el acento sobre una crisis sanitaria mundial que obviamente requería medidas drásticas, y posteriormente, aprovechando la coyuntura para relegar las manifestaciones artísticas al papel que los poderes fácticos consideraban apropiados. La normalización del discurso de que el arte es algo superfluo ha calado tan bien en esta sociedad nuestra, que suena incluso revolucionario hoy en día reivindicar los conciertos como experiencias necesarias para el ser humano.
En Europa, como siempre, nos llevan décadas de ventaja, y hace tiempo que se programan bolos con gente de pie, con unos índices de vacunación dramáticamente inferiores a los que vivimos aquí, pero con una voluntad férrea por tratar de devolver la vida a unos escenarios agonizantes. Unos escenarios que llevan demasiado tiempo sin que nuestros gobernantes se acuerden de ellos.
Austria no supone ninguna excepción para lo mencionado sobre la comunidad europea, y allí el circuito de conciertos lleva meses alzando cabeza, por lo que giras como las que Amenra están llevando a cabo, han podido celebrarse sin apenas restricciones, y con una afluencia masiva.
El concierto de Amenra en Viena
Ya desde que entramos a la Szene de Viena pudimos alucinar con la vieja y maravillosa sensación de poder juntarnos de pie con varios centenares de fanáticos, pero por desgracia llegamos tarde para poder asistir al teloneo de The Devils Trade. Una suerte de cantautor crepuscular que sirvió para abrir la noche en la capital austriaca.
Presididos por la enorme cruz que lleva en su espalda Colin, Amenra fueron tomando el escenario de la Szene, cogiendo asiento para comenzar la lujosa ceremonia que íbamos a presenciar. Un ritual de hora y media en la que la banda mostraría una vez más su parte acústica, esa que no deja lugar a los gritos, pero encoge el alma sin remedio.
La letanía de “Diaken” nos recibiría de esta manera, hasta un set repleto de introspección y belleza ahogada. Uno en el que “Razoreater” se despoja de toda su mala hostia, y consigue mecernos en las sombras. Un repertorio semejante al que nos podría haber brindado un chamán del desierto, mientras van cayendo las estrellas frente a nosotros.
“Song To The Siren” de This Mortal Coil sonaría exquisita entre tanta oscuridad autoimpuesta, y la reciente “Voor Immer” volvería a trasladarnos hasta terrenos pantanosos con minutos y minutos de recitados pasajes. La experiencia resultaría absolutamente envolvente para los allí presentes.
Para la parte final se guardarían su himno “Solitary Reign” y sobre todo “The Longest Night”, en la que la violinista que les acompaña en esta gira, metió unas voces espectaculares. Terminarían por tanto con la emoción en lo más alto, dejando que “Deemoed” les despidiese mientras iban dejando sus asientos uno a uno, y el trance al que habíamos sido arrastrados culminaba.
Texto: Unai Endemaño | Fotos: Unai Endemaño y María del Carmen Tajuelo
Día:2021-09-27
Sala:Szene
Ciudad:Viena, Austria
Teloneros:The Devil Trade
Puntuación:8
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.