All Time Low en Barcelona: como aparentar 18 teniendo 35

All Time Low pasaron por nuestro país como un tornado de pop punk agotando entradas en la capital y prácticamente haciendo lo propio en Barcelona para el deleite de unos seguidores que pudieron vivir una fiesta de las que quedan para el recuerdo.

Han pasado ya un buen puñado de años de la última visita de All Time Low a nuestro país y la verdad es que la gente les tenía ganas, muchas ganas, y el cartel de «no hay entradas» que colgaron la noche anterior en Madrid que prácticamente replicaron en Barcelona (como también lo hizo Bullet For My Valentine unas noches antes) es la perfecta muestra de ello a pesar de que, a última hora y por problemas de salud, Lauran Hibberd se cayera de la cita muy a su pesar.

Así pues, y con la restructuración horaria lógica dada las circunstancias, resultaba curioso ver como cercana a la hora del inicio del show de la banda invitada, Games We Play, la sala apenas presentaba la mitad de su aforo. Un espejismo que pronto se diluyó poco antes de que se apagaran las luces y el trio californiano saltara al escenario con su pop punk de aire universitario y un buen rollo que no bajaría un ápice de intensidad durante su corto pero divertido directo.

Llegó la hora de jugar

Emmyn Calleiro derrochó juventud y vitalidad al frente de la formación a pesar de los problemas que tempranamente surgieron con su micrófono y que, desgraciadamente, no se pudieron solucionar, pero tuvo tiempo para bromear en español con sus compañeros y el respetable, celebrar su amor por Billie Eilish y dedicar unos minutos musicales a un antiguo ligue de su batería con una mujer mayor con «Kristina». Cosas de la edad.

Apenas media hora en el que el público cantó y saltó sin parar desde la inicial «Get a Job», de su reciente EP, hasta ese final de fiesta al ritmo de la cachonda «Hey Ben» o la pegadiza «I Hope You’re Happy». Eso sí, el momento más álgido de su actuación se vivió durante la versión que se marcaron de la celebre «Mr. Brightside» de The Killers que, para sorpresa de nadie como se pudo ver una vez más, desata la locura entre casi cualquier público al que se precie.

All Time Low en Barcelona (Foto: Sergi Ramos)

Y con una puntualidad exquisita, por fin, llegó el momento de la noche que todo el mundo estaba esperando, con una Razzmatazz vistiendo sus mejores galas para recibir al cuarteto de Baltimore y una parroquia completamente entregada a la causa. Así que una vez apagadas las luces comenzó a sonar la música y se metieron en el bolsillo a los suyos con un trio inicial de carácter ganador como la irresistiblemente pegadiza «PMA», tirando de clásico con un «Let it Roll» que despertó el énfasis de los más veteranos allí presentes y todo un hit de la altura de «Something’s Gotta Give» cuyo estribillo sonó con fuerza a lo largo y ancho del recinto.

Un festival de carisma

Como no podría ser de otra forma, Alex Gaskarth a la voz y guitarra y Jack Barakat a las seis cuerdas y los coros lideraban un directo tirando de carisma, humor y, por supuesto, canciones que se han convertido en la banda sonora de unos adolescentes que hoy ya no lo son tanto, al igual que ellos, aunque durante estos años no han parado de reclutar a nuevos seguidores a sus filas con composiciones recientes como «Tell Me I’m Alive», con un Alex tan feliz como nervioso al piano y un final que puso aquello patas arriba, o su último sencillo, «Modern Love», que debutaría apenas una noche antes en Madrid y que fue recibido como todo un regalo en la ciudad condal con un público que se sabía a la perfección todos y cada uno de sus versos.

No faltó un cuidado repaso por (casi) toda su discografía, dando rienda suelta a su esencia de carácter más punk como «Somewhere in Neverland», una celebradísima «Lost in Stereo» que dejó con ella uno de los momentos más álgidos de la velada o una tan potente como pegadiza «Do You Want Me (Dead?)». Pero si algo les ha caracterizado a lo largo de su carrera es su facilidad para coquetear con melodías más propias del pop o sonoridades más propias de la electrónica siendo buena muestra de ello canciones como «Life of the Party», «Dirty Laundry» o la emotiva «Dark Side of Your Room», curiosamente todas ellas de su ‘Last Young Renegade’.

All Time Low en Barcelona (Foto: Sergi Ramos)

Su, hasta la fecha, último largo, ‘Wake Up, Sunshine’, también tuvo una excelente representación con «Getaway Green», «Basement Noise» o una excelente «Some Kind of Disaster» que, a juzgar por los gritos y reacción de la gente, es uno de los temas más queridos de la banda. Razón no les falta.  Eso sí, el momento de mayor carga emocional de su descarga vino, sin duda, de la mano de una inesperada y preciosa «Once in a Lifetime» que Alex interpretó en soledad tan solo acompañado por las teclas de su piano  y de una inevitable «Missing You», que no podía perderse una cita como la presente con toda la banda alrededor de Rian Dawson y su batería.

Un final de fiesta por todo lo alto

Precisamente en las siguientes «Time-Bomb» y «Sleepwalking» éste último llevaría la batuta de la base rítmica junto al bajo de Zack Merrick y la complicidad, eso sí, de unos seguidores que respondían con creces en todos y cada uno de sus estribillos. Apenas un pequeño bis, del que no se hicieron demasiado de rogar, para volver a darlo todo con su mítica «Weightless» de aquel ya lejano ‘Nothing Personal’ y una»Monsters» de nueva cuna que ya se ha ganado por méritos propios su condición de himno que no puede faltar en ninguno de sus repertorios. Pero faltaba lo mejor, ellos lo sabían, el público también, y ambos se retroalimentaron de su energía para despedir aquella fiesta a lo grande con «Dear Maria, Count Me In» sonando como pocas canciones lo pueden hacer en directo.

All Time Low en Barcelona (Foto: Sergi Ramos)

Y así se despidieron All Time Low de sus seguidores, prometiéndoles que no les harían esperar tanto tiempo para tener una próxima cita y con una sonrisa dibujada de oreja a oreja que se podía vislumbrar encima y debajo del escenario. Una de aquellas noches para celebrar entre amigos, música y risas. ¡Qué no falte nunca ninguna de las tres cosas!