Alice Cooper da lecciones a los setenta y tantos
Nueve años después de su última visita a la capital, el señor Vincent Damon Furnier vuelve a desatar a su alter ego en el mismo escenario donde escenificó en 2.010 su “Theatre of Death tour” para ofrecer un enorme show de rock en un Vistalegre Arena en versión reducida con aproximadamente unos 8.000 fanáticos rendidos a sus pies.
Hacía semanas que las entradas de pista se habían agotado y la expectación por disfrutar del nuevo espectáculo del rey del shock rock se palpaba en los alrededores del recinto desde horas antes de la apertura del local. Las puertas se abrieron a las 18:30 horas, según se había anunciado, y las colas fluyeron con gran rapidez por lo que rápidamente el público se colocó en su zona de pista o grada respectivamente para no perder detalle. A las 20:15 horas la banda invitada abría el fuego de una noche para el recuerdo.
Black Stone Cherry: teloneros de lujo a la altura de la leyenda
Los norteamericanos de Edmonton no han terminado de presentar su sexto álbum de estudio titulado ‘Family Tree’ alrededor del mundo y demostraron la tarde del sábado su facilidad para mezclar hard rock, southern rock y heavy metal con total naturalidad, algo que llevan haciendo desde principios de este siglo. Chris Robertson a la voz y guitarra en el centro del escenario, Ben Wells a las guitarras, Jon Lawhon al bajo y el espectacular John Fred Young a la batería comenzaban con la enérgica “Burnin’” de su último trabajo, donde cuelan alguna frase en español –saboreando sus labios- para continuar con ‘Me and Mary Jane’, del celebrado ‘Magic Mountain’, y seguir desgranando las mejores canciones de toda su discografía.
Acompañados de un teclista y un percusionista de apoyo, Black Stone Cherry se encontraron muy cómodos y se mostró potente en todo momento. Conseguir un buen sonido en este recinto circular y cubierto tan peculiar suele ser dificultoso pero aun así lograron que todo sonara solvente. “Blame It On The Boom Boom” fue de las mejores recibidas y el público acabo ovacionando a los de Kentucky que en pocas semanas les toca volver a su país para una extensa gira otoñal que comienza una vez acabado este periplo europeo.
Alice Cooper: espectáculo teatral y tenebroso de rock and roll
Un telón con los expresivos ojos de Alice maquillados a su alrededor de color negro, imagen ya icónica y reconocible de la banda, presidía el escenario. Pasadas las 21:30 las luces se apagaron y la música de ambiente de “Years Ago” del álbum conceptual ‘Welcome To My Nightmare’ sobre las sórdidas pesadillas de Steven -su primer trabajo en solitario después de separarse de la Alice Cooper Band de la que adquirió su nombre artístico- nos anunciaba que el show estaba a punto de empezar. Una profunda voz daba la bienvenida al castillo de pesadillas de Alice Cooper y el telón cayó mientras los primeros acordes de “Feed My Frankenstein” empezaban a atronar en el Palacio de Vistalegre.
Sobre las tablas había una construcción de dos plantas imitando un antiguo castillo de piedra medieval, con sus almenas y su torre incluida, que servía de fondo a los músicos alineados en la planta baja mientras Alice Cooper aparecía desde atrás con su sombrero de copa negro, una chupa de cuero negra en forma de levita y bastón para colocarse en un elevado al frente del escenario y después subir a la segunda planta por una escalera lateral ante la llegada de un gigante atado por cuerdas de las que tiraban dos encapuchados. El show sólo acababa de empezar.
Hubo problemas con la voz que se arreglaron pronto, y Alice pudo demostrar que sigue teniendo un registro de lo más peculiar en plenas facultades. La batería de Glen Sobel se situaba detrás y la melena rubia de Nita Strauss con su guitarra a la derecha flanqueando a Ryan Roxie, el famoso guitarrista que ha trabajado con Slash o Casablanca entre otros, y a Chuck Garric al bajo mientras Tommy Henriksen como tercer guitarra se encontraba al lado de la virtuosa guitarrista. Las posiciones fueron cambiado durante toda la noche y es que este gran grupo da mucho juego en todos los sentidos.
El clásico “No More Mr. Nice Guy” sonó a continuación para goce y disfrute de todos los presentes, al igual que la explosiva “Bed Of Nails” de su aclamado y multiventas álbum ‘Trash’. Para entonces Alice vestía camisa blanca y mostraba la melena al viento para envidia de muchos, sobre todo teniendo en cuenta los 71 años de edad que atesora el anfitrión de la noche. Tras “Raped And Freezin’” viene un corte de su último trabajo en estudio ‘Paranormal’: “Fallen In Love”.
Las mejores canciones de su extensa discografía se mezclaban con clásicos e himnos intergeneracionales como “Muscle Of Love”, “I’m Eighteen” con la famosa muleta en mano, “Billion Dollar Babies”, esta vez dando lecciones de esgrima con un florete y donde un cañón se encargo de rociar de billetes a los presentes, o la mítica “Poison”, con la que terminó de meterse al público totalmente en el bolsillo para cerrar una primera parte sin pausas, muy directa, con un sonido espléndido y con todos los músicos rayando a gran altura. Después era el turno del solo de guitarra de Nita Strauss con la capucha puesta que fue de lo más llamativo.
El rock and roll en el castillo de las pesadillas de Alice Cooper
La segunda parte del show fue mucho más teatral pero sin perder ritmo ni impacto. Alice con puñal en mano y camisa blanca ensangrentada persiguió a una novia que porta un ramo de rosas y un candelabro con velas por el escenario durante “Roses On White Lace”. La actriz que encarna varios papeles en el show es su hija: Sonora Cooper, con la que trabaja en sus espectáculos desde hace años. Con “My Stars” la banda comenzó a tomar protagonismo mientras Alice subía al segundo piso y los animaba con su batuta.
‘Welcome To My Nightmare’ fue la base en esta parte del show empezando por “Devil’s Food” pasando por la largo jam que se marcó la banda con “Black Widow”, primero con la demostración del potencial de los guitarras y después del batería y el bajista en todo su esplendor, para terminar con la apoteosis de “Steven”, donde Alice apareció con una camisa de fuerza vigilado por dos enfermeros para después fundirse con “Dead Badies” e intentar descuartizar a un bebé.
Esto fue algo que impidió una sexy enfermera en el último segundo, por lo que Alice terminó perdiendo la cabeza en la guillotina mientras toda la banda entona “I Love The Dead” y un bebé gigante apareció desde la torre para culminar esta representación con un final impresionante. A continuación y vistiendo una chaqueta roja con camisa negra, el recuperado Alice Cooper ejecutó “Escape” para finiquitar esta parte del show con “Teenage Frankenstein”, otra vez con chistera en la cabeza y caminando como el personaje protagonista de la canción. Además, el gigante del principio volvió a pasearse por el escenario totalmente liberado.
Una pequeña pausa y se llegó al final de la noche con dos grandes clásicos de la historia del rock. “Under My Wheels” esta vez sin parafernalia, un puñetazo de rock a todo el estomago, y “School’s Out” donde se enfundó una chupa levita blanca con chistera blanca, bastón blanco y una catana para explotar sobre el público multitud de globos gigantes entre pompas de humo que aparecieron desde los cañones de los laterales.
En la mitad de la canción tocaron “Another Brick On The Wall” de Pink Floyd mezclándola con la canción principal y Alice aprovechó para presentar a la banda dejando para el final a Nita Strauss, que se llevó la gran ovación de la noche, y así terminó de bajar definitivamente el telón de una fiesta de hora y media corta pero espectacular y con la que el público salió del recinto realmente feliz.
Texto: Ángel Corral | Fotos: Javier Bragado
Promotor:RockNRock
Día:2019-09-07
Hora:21:30
Sala:Palacio de Vistalegre
Ciudad:Madrid
Teloneros:Black Stone Cherry
Puntuación:9
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