Los piratas Alestorm conquistan Madrid
Desde que lanzaron al mercado su último disco “No Grave But The Sea”, los piratas Alestorm han surcado los siete mares llevando su nueva música a numerosos festivales y salas de todo el globo terráqueo. No satisfechos con ello, la banda decide ampliar horizontes y dar pie a la segunda parte de la gira de presentación del citado álbum. Con ello se embarcan en una gira más extensa, conquistando y saqueando aún más ciudades y países.
Madrid se encontraba en la cola del tour español, que contaría con más ciudades de las que las que habitualmente visitan las bandas en sus giras. Así pues tras Bilbao, Santiago, Salamanca y Sevilla; la capital se llenaría de grumetes dispuestos a pasar un buen rato. El día siguiente sería el turno de la Ciudad Condal, punto final de su aventura europea.
Para la gira europea contaban con Skálmöld como compañeros de abordaje, denominando la gira con el original nombre de Sklastorm tour. Un desagradable frío reinaba en la capital la pasada noche. Este factor hizo de la espera de las decenas de fans, que se agolpaban en la puerta de la sala Cats desde tempranas horas, una experiencia algo incómoda.
Vikingos de la Islandia profunda
La fiesta de la noche del sábado daba comienzo con los islandeses Skálmöld. Ésta sin duda es de esas que no abundan. Su peculiar de folk/viking metal es fusionado con tintes de música tradicional islandesa, lo que da lugar a unas melodías potentes y un tanto curiosas. Además sus composiciones, cantadas únicamente en su idioma natal, encandilarían a los presentes, aunque éstos no entendiesen ni una sola palabra de sus estrofas.
La actuación dio comienzo con un sonido bastante descompensado, que poca forma tomó durante los siguientes minutos. Ecualizar cinco voces al tiempo ha de ser tarea complicada, y eso es algo que pasó factura a la banda. Asimismo, la base rítmica sonaba atronadora y muy por encima de los coros, lo que puntualmente los hizo inaudibles. Musicalmente los nórdicos tuvieron tiempo para darle un repaso al quinteto de álbumes que tienen en el mercado, siendo las dos perlas “Sverðið” y “Móri”. Esta pareja se encuentra dentro de su recién salido del horno “Sorgir”, y aunque pequen de ser algo más “hardrockeras”, encajan a la perfección con el resto de temas de la banda.
La actitud de los escandinavos, en contraste con su sonido, hay que calificarla de sobresaliente. El sexteto se mostró de lo más entregado y agradecido con el público, cosa que muchas otras bandas no hacen. Además que era más que notable que el público que abarrotaba la pista, incluso durante su actuación (en parte debido a los 30 minutos de retraso), no había sido a ellos a quien se había acercado a ver. Aún con eso la atmósfera creada por Skálmöld nos hizo pasar una buena hora.
Alestorm salen con todo, pero sin su amado pato
Era notable desde un principio que la sala escogida para este evento no era la idónea. Aunque no llegase a haber un sold out, la sala se mostraba agobiante para la cantidad de personas que había, sumado a que en el escenario había poco espacio para los músicos; y mucho menos, para ese adorado pato inflable amarillo que tanto les caracteriza. Por suerte todo esto no impidió que el abordaje se llevara a cabo con éxito.
Sin más dilación, tras la aclimatación correspondiente de los técnicos (bien amenizada por cientos de gargantas entonando al unísono “Bohemian Rhapsody”), sonaba una extensa y extraña intro que marcaría el comienzo del show. Así pues los cuatro miembros de la tripulación y su capitán, Christopher Bowes, saltaban a las tablas para interpretar la pegadiza y movida “Keelhauled”. Poco más hizo falta para desatar la locura, pues los cientos de presentes comenzaron a saltar, hacer pogos y empujarse nada más dar comienzo el show. Una verdadera batalla lo que se vivió en la pista.
La presentación de la banda y sus festejos corrió a cargo de la homónima “Alestorm”. Este fue el primer tema de los seis pertenecientes a ese recién estrenado “No Grave But The Sea”, el cual era el indiscutible protagonista. “Magnetic North” azotaba con más fuerza, con aires bastante más metaleros y adornada por los guturales de su teclista Elliot Vernon, todo un maestro también tras su instrumento. La diversión estaba más que servida, pero la verdadera fiesta no se montó hasta la llegada de “Mexico”, un tema muy querido de este último disco, cuya melodía es prácticamente imposible de sacar de la mente, y que seguramente llegue a convertirse en uno de sus clásicos llegado el futuro. El combo formado por “The Sunk’n Norweigan” y la anfitriona “No Grave But The Sea” caían sin piedad dando forma a un imparable show, antes de la llegada de uno de los momentos épicos de la noche.
Grumetes, ¡remad!
“Nancy the Tavern Wench” nos daba unos momentos de alivio. Este tema cuanta con ritmos de tempo más lento, por lo que propicia siempre el momento de la remada en los conciertos de Alestorm. Asimismo, bajo las órdenes del señor Bowes la mayoría de presentes se sentaba en el suelo (excepto las primeras filas por falta de espacio) y comenzaba a remar en contra de las embravecidas mareas. El grito de guerra “Rumpelkombo” traía consigo a “1741 (The Battle of Cartagena)”. Esta canción aparte de ser admirada por los fans encierra una parte importante de nuestra Historia; rememorando el día en que la Armada Española venció a la Inglesa, reconquistando así la ciudad de Cartagena.
Una de las más esperadas fue “Hangover”, protagonista de otro momento remarcable. En colaboración de uno de los miembros de Skálmöld a la guitarra acústica y Luke Philp, alías “Beef Boy” (Lagerstein). Éste último, aparte de mostrarnos sus dotes como rapero nos enseñó también el arte de beberse seis cervezas seguidas. Las novedosas “Pegleg Potion” y “Bar Ünd Imbiss” abrían paso a “Captain Morgan’s Revenge”, interrumpida justo a mitad del tema. Era nuestro absurdo deber gritar “sausages” (salchichas) para que la canción siguiera su curso. Era la poderosa “Shipwrecked” la que de un plumazo daría por cerrada la primera gran parte del show.
“Drink” encabezaban el trío de bises tras la breve despedida, y dispuestos a robar la cerveza madrileña, los cinco marineros regresaban aún con más fuerza. Todo es más fácil cuando ves desde arriba abrir un Wall of death hasta la puerta de la sala, sin sumergirte en él. La vivaz “Wolves of the Sea” junto a “Fucked with an Anchor” y su respectivo mar de peinetas ponían el broche de oro a un magnífico abordaje.
Es indiscutible que los escoceses se encuentran en la cresta de la ola. Con cada disco su popularidad ha ido aumentando a pasos agigantados. Aunque el curso de su música se haya alejado de la crudeza del metal, han conseguido el equilibrio perfecto entre las bromas y la buena música. Eso sumado a su amabilidad con los fans, pues siempre se muestran dispuestos a saludar y hacerse fotos; suma puntos.
El gran equipo que forman Chris Bowes, Elliot Vernon (teclado), Máté Bodor (guitarra), Gareth Murdock (bajo) y Peter Alcorn (batería) se encuentra más que en plena forma y bien lo demuestran en cada directo. Y es que, no importa que vinieran hace unos meses al Resurrection Fest, que Alestorm siempre atraen grandes cantidades de gente. Oh WoW!
Texto: Tamara Ruiz | Fotos: Daniel Cruz
Promotor:RockNRock
Día:2018-12-15
Hora:19:30
Sala:Cats
Ciudad:Madrid
Teloneros:Skálmöld
Puntuación:8
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