Airbourne: predecibles y aun así sorprendentes en Madrid
El cuarteto australiano Airbourne pisaba La Riviera de Madrid el día del lanzamiento de su último disco 'Boneshaker'. Acompañándoles, unos flojos Supersuckers.
Con cinco discos ya a sus espaldas, los herederos indiscutibles del sonido hard rock australiano pisaban Madrid tras haber visitado Bilbao y Málaga. El cartel de sold out, colgado hace algunas semanas, auguraba una noche de viernes magnífica, y vaya si cumplió. A pesar de que musicalmente de todos es sabido que Airbourne agarra hasta el último lick de guitarra de Angus Young como influencia, y de que su show toma también mucha inspiración del de AC/DC, ir a un concierto de Airbourne siempre es una experiencia particular.
El liderazgo de Joel O’Keeffe, incombustible durante los noventa minutos de concierto, hace que toda la atención del público (y las luces) se centren en él, y es que tampoco necesita mucho más el cantante y guitarrista solista para ofrecer un show de primera que sus propias credenciales. La nota baja del concierto quizás la portaron los teloneros, Supersuckers, quienes tuvieron un sonido bastante mejorable.
Supersuckers: La versión light de Motörhead
Si los cabezas de cartel de la noche se parecen mucho a AC/DC, el parecido de Supersuckers con Motörhead no dista mucho de la copia tampoco. El trío americano, encabezados por el bajista y cantante Eddie Spaghetti suena guarro, crudo y, en el caso de ayer, atolondrado.
La imitación del frontman al difundo líder de Mötorhead es evidente, lo que hizo bastante incomprensibles sus letras, e incluso, sus comentarios hacia el público. Las guitarras y el bajo se fundieron en una bola de graves con el bombo de la batería, haciendo indistinguibles las melodías.
El público, no obstante, pareció salir satisfecho del concierto, en el que sonaron temas como “All of the Time”, “The Evil Powers of Rock and Roll” o “Pretty Fucked Up”, su mayor éxito. Sus 45 minutos de actuación les sirvieron para recordar a los allí presentes su próxima gira por España en 2020, en la que vendrán como cabezas de cartel a salas más pequeñas.
La expectación por Airbourne, a flor de piel
Sin apenas material nuevo en su repertorio, salvando el single homónimo de su nuevo disco y “Burnout the Nitro”, se percibía un aura de exaltación en el público madrileño. Los camareros de la barra no cesaban en repartir minis de cerveza, y se oía a buenas porciones del respetable cantar los temas que amenizaban el cambio de escenario.
De modo que cuando se apagaron las luces del recinto y se encendían las del escenario, cuando cambió “Run to the Hills” por el tema de ‘Terminator 2’, y cuando salieron los cuatro australianos al son de “Raise the Flag”, La Riviera se convirtió en un caldero a máxima potencia. Cuernos y móviles en alto en la mitad trasera y saltos de euforia en la delantera.
Airbourne salió a comerse Madrid y Madrid respondió a Airbourne. Muy de seguido, uno de los grandes éxitos del cuarteto “Too Much, Too Young, Too Fast” dio un subidón de adrenalina que tapó las voces de O’Keeffe y sus compañeros durante el estribillo de este ya clásico del rock and roll de nuestro siglo.
El repertorio prosiguió con la ya mencionada “Burnout the Nitro”, bien colocada en el repertorio para aprovechar la adrenalina del público, aunque se vio que no hubieran venido mal unos cuantos repasos más al disco antes de llegar al concierto para sabérsela. Llegados a este punto, Airbourne gozaban de un sonido excelente, y O’Keeffe estaba en un gran momento de forma.
Las luces de fondo, colocadas sobre la ya clásica pared de pantallas Marshall y detrás de la batería, creaban un entorno que resemblaba al de los videoclips, y pesar de ser monocromáticas, su intensidad las hacía especiales en un mundo de estrobos y multicolor. Sonaba “Back in the Game” y O’Keeffe aprovechaba para hacer su clásica bajada al público sobre un miembro de su equipo, llegando a la mesa de sonido y reventando una lata de cerveza contra su cabeza, recibiendo la ovación del público entero.
Madrid a los pies de los australianos
“Girls in Black” y una extendida “Bottom of the Well”, que contó con una larga improvisación del frontman, continuaron con la descarga de energía, ahora atenuada como es lógico. Sin embargo, el segundo hemisferio del repertorio comenzaría con “Breakin’ Outta Hell”, de su anterior trabajo titulado igual, y Madrid volvió a lo más alto de sus energías para demostrar que aún quedaban energías.
El momento tierno llegaría con “All for Rock and Roll”, donde el líder de la banda pidió al público que alzase las linternas de sus móviles o, en caso de los más old school, los mecheros. “All for one, one for all, together we stand, for rock and roll”, letras que el público gritaba a pleno pulmón como si le fuera la vida en ello. Bien podría Airbourne arrancarse con unas rancheras llegados a este punto, que seguirían estando en la cima para los asistentes.
Se aproximaba el final de la velada y era momento de escuchar “Boneshaker” por primera vez en la capital, que fue seguida de los clásicos “Live It Up” y “Stand Up for Rock And Roll”, ambas alargadas con extensos solos de guitarra. Estos alargamientos recuerdan mucho a los que hacen AC/DC en sus conciertos, donde Angus Young se extiende en diversos solos de guitarra eternos y ejecuta diversas interacciones con el público.
Se llegó así al final del grueso del concierto, para despedirse de Madrid con “Ready to Rock” y el mega clásico “Runnin’ Wild”, cuya extensión contó con un tributo a AC/DC al son del riff de “Let There Be Rock”. Cierres a una noche fantástica con una banda que demuestra ser un valor seguro en directo.
Texto: Diego Solana | Fotos: Javier Bragado
Promotor:Madness Live!
Día:2019-10-25
Hora:20:00
Sala:La Riviera
Ciudad:Madrid
Teloneros:Supersuckers
Puntuación:9
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