Airbourne: mucha energía y asistencia deprimente en Madrid
A estas alturas de la película está claro que Airbourne innovan bien poco en sus conciertos. Tampoco pasa desapercibido que llevan años clamando por dar el salto a las grandes arenas. No en vano, con su estilo heredado directamente de sus compatriotas AC/DC, dejan satisfecho a aquellos que busquen un show directo y cargado de la adrenalina propia del estilo.
El salto a los recintos de mayor tamaño ha llevado por tendencia un elevamiento de la producción escénica, pero los australianos han optado por mantenerse en la misma línea y llegar sin parafernalia extra. Si a eso se le suma la ráfaga imparable de eventos que ha traído consigo el mes de noviembre, y celebrarse este mismo un día laborable, se llega rápidamente a la conclusión del despoblamiento que sufrió el Palacio Vistalgre de Madrid.
Obviamente no estaba vacío, pero este era un concierto para hacer en La Riviera, no en un recinto donde se veía una entrada muy floja, de ahí lo de «deprimente» del titular. Si bien las visitas de Airbourne -ya sea en festivales o en sala- cuentan siempre con una afluencia significativa, en esta ocasión se vio truncada en la primera visita de su periplo por la península.
La máquina del tiempo
Desde su formación en 2011, Blues Pills se han ganado por derecho propio ser una de las bandas más despuntantes dentro del blues rock. Con apenas tres discos en su colección, los suecos han conseguido revivir el sonido que un día llevaron al estrellato a artistas como Fleetwood Mac o Janis Joplin gracias a su vocalista, dándole un giro personal y único.
En el cartel, el cuarteto encajaba poco, pero desde que comenzaron a sonar los primeros acordes de “Proud Woman” supieron como ganarse su sitio. Las melodías sesenteras inundaron a un Vistalegre que, se sintió en comunión con la banda en todo momento.
La artificie de esto fue sin duda su vocalista, Elin Larsson, que pasó de saludar a la audiencia en nuestro idioma natal a darse un baño de multitudes y saltar a la pista durante “High Class Woman”. Todo para presentar seguidamente uno de los primeros cortes compuestos por la banda “Black Smoke”, y volver al ruedo a saludar a los allí presentes.
Pero si su simpatía agradó, su torrenté de voz cual Aretha Franklin conquistó aún más en “Bye Bye Birdy” o “Little Sun”. No cuenten con material nuevo en su haber, pero prometieron regresar el año que viene con nuevas composiciones no sin antes interpretar “Devil Man” habiendo dejado el listón por las nubes.
Más vale lo malo conocido…
Sonaba la BSO de ‘Terminator 2’ cuando se apagaron las luces para recibir a los hermanos O’Keeffe. Con el único amparo de su muro de Marshalls -marca de la casa- y unos focos en la parte superior de estos, “Ready To Rock” irrumpía en el Palacio Vistalegre para desatar la locura. Sin más dilación llegó “Too Much, Too Young, Too Fast”, uno de sus clásicos, antes de arrancar con “Firepower”.
No tardó el aclamado líder Joel O’Keeffe en bajar al ruedo aupado a hombros y bajo la atenta mirada de sus seguidores, romper la primera lata de cerveza con su cabeza en el interludio “Girls In Black”. “Es genial estar de vuelta en Madrid”, narró, así como volver a interpretar “Back In The Game”. Le llegó el turno a “Burnout The Nitro” y a la que da título al álbum que la contiene: ‘Boneshaker’.
Aunque potentes, fue este el tramo de concierto de mayor dispersión. Desde hace unos años el cuarteto ha tomado por costumbre alargar los temas en exceso. Ya sea tirando vasos de cerveza, reventando las latas o con interminables jams. Lo que al público puede gustarle en una ocasión se vuelve repetitivo al cabo de la velada, y más aún si se ha visto actuar a Airbourne en más de una ocasión. Volviendo sobre los temas, la siguiente en caer fue “Bottom Of The Well”, pero Joel y el batería Ryan O’Keeffe recibieron la máxima ovación en “Breakin’ Outta Hell”.
No faltó el momento de recordar a Lemmy Killmister en “It’s All for Rock ‘n’ Roll” de ese mismo disco. Este corte, lanzado en 2016, fue un homenaje directo al artista, amigo cercano del grupo. Desde la salida de la canción, la banda aprovecha para sacar cada noche un minibar con el que servir la bebida favorita del difunto: Jack Daniel’s con Coca Cola. “Stand Up For Rock ‘N’ Roll” puso la energía por las nubes antes del primer descanso.
Si hay una canción imprescindible para Airbourne podría decirse que es “Live It Up”. Sin duda el ‘Black Dog Barking” (2013) terminó de catapultar a la banda hacia un estrellato sin precedentes, disco que sigue siendo el más querido a día de hoy. “Rock ’N’ Roll For Life” hizo de preludio perfecto para que “Runnin’ Wild” pusiera el broche de oro.
Hace tiempo que los australianos han tomado por costumbre reducir su set a un máximo de 13-14 temas. Sin material nuevo que ofrecer -pues ‘Boneshaker’ (2019) tiene ya 3 años- Airbourne ha caído en la maldición de repetir un show una y otra vez sin introducir ninguna novedad en el espectáculo.
Si hay que recalcar algo, es la energía incandescente que desprenden a cada minuto, pura adrenalina. Justin Street y Jarrad Morrice son el complemento perfecto para los hermanos O’Keeffe, mostrando sobre el escenario una actitud encomiable. Además, la fórmula de su música está predestinada a llenar estadios, aunque en Madrid no fue su noche.
Texto: Tamara Ruiz | Fotos: Óscar Gil
Promotor:Madness Live!
Día:2022-12-01
Hora:19:00
Sala:Palacio Vistalegre
Ciudad:Madrid
Teloneros:Blues Pills
Puntuación:7
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.