El concierto de AC/DC en Sevilla es a la práctica su despedida de los escenarios españoles. Y si esta es la despedida, estamos más que conformes con lo visto.

A media tarde, parecía que el segundo concierto de AC/DC en Sevilla podía tener algo menos de ambiente. Pese a que había mucha gente en las inmediaciones del estadio, lo cierto es que había algo menos de gente que el pasado miércoles. Apenas quedaban algunas cientos de entradas por vender, pero lo cierto es que movilizar a casi 150.000 personas hasta Sevilla para ver lo que a la práctica es la despedida de AC/DC en nuestros escenarios, era todo un desafío logístico.

Un concierto histórico de AC/DC en Sevilla

Nada más lejos de la realidad. El concierto que la banda australiana ha dado en Sevilla en su segunda noche actuando la capital hispalense ha sido algo especialmente insultante. A veces se nos acusa los periodistas de ser poco críticos y dejarnos llevar por los brillos, las luces y las explosiones, pero lo cierto es que el concierto de AC/DC ha estado a la altura de las circunstancias y especialmente de la leyenda.  Claro que uno puede sacarle peros al show de la banda, pero soy un firme creyente en que las cosas se tienen que medir en base al momento y la circunstancia. Un concierto de AC/DC, donde el cantante tiene 76 años y el guitarrista tiene 69 años, que raya la excelencia de la manera en que lo han hecho esta noche en Sevilla merece elogios sin paliativos.  Claro está que ya no es 1978. Pero eso ya lo sabemos todos.

A las 21:37 de la noche, AC/DC han tomado el escenario para el segundo de sus conciertos en España. Se habla de que podría ser su último concierto mientras sea otros foros se rumorea que en 2025 también habrá gira de la banda. El caso es que el grupo ha tocado como si fuese, efectivamente su último concierto. Sí, Brian Johnson se olvidaba de algunas palabras. Sí, Angus Young cometió algunos errores tocando la guitarra. Pero creo que para dimensionarlo todo adecuadamente hay que pensar que nuestros abuelos con su edad se desorientaban y tenían principios demencia. Que tengamos a AC/DC sobre un escenario en Sevilla a 34° de temperatura en el año 2024 es poco menos que un milagro de la naturaleza. 

AC/DC han salido a escena en una noche un poco más agradecida que la del pasado miércoles. El calor y la humedad daban un poco de tregua, pese a que la temperatura seguía siendo bastante alta. La banda ha salido a escena con “If You Want Blood (You’ve Got It)”. Un clásico menor de su discografía, sí, pero que tocado en la posición de apertura pone al público ciertamente muy arriba. Las subsiguientes “Back in Black” y “Demon Fire” han mantenido el ritmo, con el estadio de La Cartuja plenamente entregado a la legendaria banda.

Mismo repertorio, diferente energía

Si bien el repertorio ha sido exactamente el mismo que el del pasado miércoles, lo cierto es que ese intangible que son los niveles de energía de la banda, han estado muy superiores. Con un Angus Young absolutamente desatado a nivel de entrega y un público que llevaba a la banda en volandas durante las dos horas que ha durado el concierto, el estadio de La Cartuja ha podido presenciar una noche histórica. Tanto da si esta es la última gira o el último concierto: han rayado en la excelencia cuando, en el fondo, ya nadie esperaba nada de ellos. Y esa es la magia de AC/DC: la de permanecer inmutables, precisos, exactos, tal como los recuerdas. Hasta Matt Laug, el nuevo baterista, se asemeja en la lejanía a un Phil Rudd más joven. Nada se deja al azar en una banda que, en poco más de 24 fechas en Europa puede estar cerca de facturar más de 250 millones de euros. 

Dentro de la liturgia del show de AC/DC, ha habido momentos especialmente destacados. Si bien se trata de la gira menos espectacular de la banda, en cuanto a montaje escénico (Angus ya no emerge del fondo del escenario en la plataforma hidráulica, no hay grandes muñecos hinchables, no hay pirotecnia espectacular al inicio del concierto) probablemente si que era la más esperada por los fans en un momento en el cual la banda parecía no estar en condiciones de volver a girar nunca más. Una vez la banda desbloqueó el concierto del festival americano Power Trip todos estuvimos claro que aquello podía ir más allá y así ha sido. Desde la primera fecha, la banda se ha esforzado por darlo todo. Ver a Angus Young, consumido por la edad, canoso, arrancando los últimos electrizantes riff de su guitarra, ha sido toda una lección de humildad. Después de ver a alguien que se daba por perdido como Brian Johnson, desgañitarse durante dos horas con varios momentos de muy buen nivel, como fue el caso de “Shoot to Thrill”, ha sido toda una inspiración. a lo largo de dos horas de concierto, un pensamiento rondaba la cabeza constantemente: si estos señores, que lo tienen todo hecho, con millones de dólares y la vida resuelta siguen encontrando la motivación, que no es económica, para subirse a un escenario y tocar durante dos horas con la determinación que lo hicieron ayer estos músicos, nosotros, meros mortales deberíamos poder hacer lo mismo.

Retener y soltar

Hay una gran constatación sobre AC/DC, que se entiende mejor en el contexto de un estadio lleno de personas. Eso es la maestría con la que el difunto Malcolm Young manejaba el juego de retener y liberar energía. Un buen ejemplo de ello son los primeros minutos de “Thunderstruck”. Vista desde la grada alta de un estadio, es fácil observar como la energía se va acumulando en esos primeros minutos. Cuando el tema arranca a andar, el público y la banda exhalan y aquello se convierte en una fiesta de cuerpos saltando que te recuerda que AC/DC no pueden tocar en nada que no sea un estadio gigante. Lo colosal del recinto, las reverberaciones y el rugido de la masa son, prácticamente, instrumentos adicionales de acompañamiento. 

Si cabe criticar algo del show, es la poca justicia que AC/DC hacen a su vasto catálogo de música. Con tres canciones ensayadas para la gira como eran “Givin’ the Dog a Bone”, “Dog Eat Dog” y “Hell Ain’t a Bad Place To Be” -que sí sonaron en las dos primeras fechas alemanas- habría sido fácil para la banda alternarlas con otros temas como “Sin City” o “Have a Drink On Me”. No lo hicieron y habría sido un pequeño toque de variación de un concierto a otro que se habría agradecido. Si Springsteen puede, AC/DC suponemos que también. 

cargue con el peso del concierto aún más si cabe. La gira con Axl Rose debió ser un para un Johnson que había llenado mucho más el escenario en el pasado.A lo largo de todo el show quedó patente que esto es el concierto de Angus Young. Brian Johnson ha tomado un espacio mucho más secundario que en décadas anteriores, dejando que Angus cargue con el peso escénico del concierto aún más si cabe. Apenas verás al bueno de Brian aventurarse más allá de los primeros metros de la pasarela central del escenario o comunicarse en exceso con el público, como si que hacía en giras anteriores. Johnson canta, que ya es mucho y se limita a irse a su rinconcito del escenario cuando no lo está haciendo. Con todo, es innegable que el público agradece que, al menos, Johnson y Young sigan al frente: en 2016 se devolvieron miles de entradas en Sevilla cuando se anunció que Johnson no vendría y que sería sustituido por Axl. Si en algo se ha convertido esta gira es en la redención de Brian Johnson. Verle junto a Angus en el centro del escenario en uno de esos momentos de dueto es historia viva del rock and roll.

Gente de orden

Como siempre, el tramo final del concierto -con “You Shook Me All Night Long”, “Highway to Hell”, “Whole Lotta Rosie” y “Let There Be Rock” está diseñado para que te rompas. Una retahíla de clásicos capaz de hacer llorar a hombres de mediana edad. Si AC/DC han significado algo en tu vida, es imposible no emocionarse cuando Angus Young se eleva en la plataforma hidráulica en pleno solo de “Let There Be Rock” y el estadio, enardecido, estalla en un rugido ensordecedor. La imagen, mil veces vista en videos, está tatuada en el cerebro de cualquiera que ame el rock. Verlo en directo, con toda su significación en el momento actual de la banda, con Angus bordeando los 70 años, canoso y con mejores greñas que tu y que yo, y con más energía que la mayoría de nosotros en cualquier día de la semana es poderoso como una bomba. Y, como siempre, el estallido final del tema tras su solo en la pasarela superior de la batería es otro de esos ejemplos de retener y soltar energía que solo tiene parangón en el caso de una presa hidráulica. 

El fin de show, con el ataque frontal que suponen “TNT” y “For Those About to Rock” con los cañones lanzando sus salvas sobre nuestras cabezas, fue tan épico como cabría esperar. Del mismo modo que Mercadona sabe donde colocar los productos para que los compres, AC/DC saben cuál es la fórmula ganadora. La principal: que todo siga como estaba. AC/DC nos permite tener algo a lo que aferrarnos. Algo que, pase lo que pase en el mundo, sigue igual. Tanto ChatGPT, las redes sociales, el Brexit, la guerra del Golfo o a caída del muro de Berlín: en medio de todo eso un concierto de AC/DC siempre es exactamente la misma experiencia. Son orden en tiempos desordenados. Ellos, esa panda de desagradables rockeros que un día asustaron a los padres de Australia. Gente de orden.

Texto y fotos: Sergi Ramos

Promotor:Live Nation

Día:2024-06-01

Hora:21:30

Sala:Estadio La Cartuja

Ciudad:Sevilla

Teloneros:The Pretty Reckless

Puntuación:9