¡C’est LaBrie!: Dream Theater presentan íntegro en directo “The Astonishing” en París
Una gira más que no pasa por Barcelona u otra ciudad española y van... En el caso de Dream Theater, que en “The Astonishing Live" presentan íntegramente su último trabajo “The Astonishing”, un álbum difícil de digerir a primera escucha, me aventuro a decir que las causas para no incluir la península son varias
Una gira más que no pasa por Barcelona u otra ciudad española y van…
En el caso de Dream Theater, que en “The Astonishing Live» presentan íntegramente su último trabajo “The Astonishing”, un álbum difícil de digerir a primera escucha, me aventuro a decir que las causas para no incluir la península son varias pero a bote pronto: la crisis espectacular que sufre nuestro país, sumada al alto precio de las entradas y a un show concebido para ser disfrutado en auditorios hacía complicado preveer un lleno.
De acuerdo, la banda cuenta con una nutrida legión de fans en nuestro país, pero no nos engañemos, desde la marcha de Mike Portnoy la afluencia de público a sus shows ha ido en descenso, pasando de tocar en Badalona para casi 7.000 personas a no llenar el Sant Jordi Club en las dos últimas ocasiones. Además el último álbum supondrá para ellos un abandono de fans que esperan una (eterna) vuelta a los orígenes y que no pagarían los casi 70 euros por oír sólo “The Astonishing”. Si le sumamos que en la anterior gira tuvieron un sonoro pinchazo en Pamplona, la cosa está clara, al menos para mí.
Con este panorama, cogemos los bártulos y nos dirigimos a la ciudad de la luz, París, dispuestos a asistir a la primera de las dos noches que la banda ofrece en la capital francesa. El lugar escogido es Le Palais de Congres. Un auditorio multiusos con aforo para unas 3.200 personas sentadas. Ni un sólo cartel en todo París anuncia el concierto y ni siquiera en el mismo Palais se anuncia en exteriores. Sólo una vez dentro del recinto una larga (y ordenada) cola nos confirma que no nos hemos equivocado de lugar.
Ya en nuestros asientos podemos contemplar por primera vez el montaje escénico.
La batería de Mangini preside en el centro del escenario y un juego de pantallas verticales detrás dónde se proyecta el mapa del Great Northern Empire Of The Americas (lugar dónde tiene lugar la historia del disco) nos indica que la parte visual tendrá gran protagonismo durante el show y nos recuerda que asistimos no sólo a un concierto al uso, sino al despliegue visual del concepto que Dream Theater ha querido crear para este nuevo disco.
Es muy recomendable para aquellos que escuchen el disco o vayan a ver el directo saber de qué va la historia, pues ello le añade un componente épico y emocional a la experiencia. No digo que no se pueda escuchar o ver el show sin conocer la trama, pero a mi modo de ver es mejor saber que está pasando en cada tema para vivir y entender mejor la música. Por ello y a modo de guía os hago un breve resumen -ya que encontrareis en la red infinidad de relatos detallados sobre la trama de la historia así como reviews del disco-.
“The Astonishing” es una opera rock conceptual ubicada en un futuro distópico en que la tierra se haya sometida a un régimen totalitario. Entre otras lindezas varias típicas de un gobierno absolutista, la música ha desaparecido y sólo se permite a unas máquinas llamadas NOMACS la creación de música artificial. La tierra está gobernada de forma dictatorial por el emperador Lord Nafaryus. En medio de este panorama encontramos a Gabriel, el único ser con el don de crear música y utilizarla para armar una revolución contra el poder establecido. Será por lo tanto el salvador del pueblo, el elegido. Todo ello regado con varios personajes, intrigas familiares, romance y traiciones incluidas.
Una trama en definitiva con referencias a multitud de obras similares, se me ocurren a bote pronto Dune o la mismísima Biblia por citar algunos ejemplos. No muy original pero al menos se le reconoce a la Petrucci, (máximo instigador del asunto) la intención de salirse de la norma y crear algo más allá del nuevo disco de rigor de Dream Theater. Por si las moscas, nosotros veníamos con los deberes hechos, historia aprendida y disco escuchado y asimilado.
A las 20.15, con 15 minutos de retraso, se apagan las luces. Suena la intro pregrabada de Descent of the Nomacs y se inicia la proyección de imágenes en las pantallas: la llegada de las máquinas (NOMACS) a la tierra que dará paso a la banda con Dystopian Overture. Este primer tema instrumental ya nos da una idea de que lo que vamos a vivir va a ser muy grande. La posición en el escenario de los 4 músicos (James La Brie no sale aún) da todo el protagonismo a un Petrucci situado a la derecha con ganas de agradar desde el primer segundo, Myung y su bajo a la izquierda del escenario, de dónde no se moverá ni un momento en todo el concierto y detrás un Rudess armado con un enorme kit de teclados realmente espectacular. La batería de Mangini, ya habitual con su “rack” colgante con platos, “octavans” y demás, preside el centro del escenario.
El sonido es bueno, sin llegar a ser perfecto. La batería, especialmente el bombo, suena algo apagada y eso le resta potencia al conjunto. Los teclados de Rudess y la guitarra de Petrucci suenan majestuosos. El bajo tiene mayor presencia que en el disco y eso ya es mucho decir. El primer tema suena brutal y ahora sólo nos falta resolver un enigma. Los he visto, suficientes veces en directo (esta es la 15) como para saber que están en perfecta forma y que la única incógnita es como estará La Brie vocalmente. La evolución del canadiense ha sido innegable le pese a quién le pese. Para mí siempre ha sido (y será) pieza clave en el sonido de DT, pero sus directos eran harina de otro costal. Sobre todo en la primera parte de la década de los 2000 dónde su interpretación podía destrozar la mejor noche de la banda. Cierto es que los discos sucesivos se ajustaron a su estilo vocal y que después de su enfermedad en las cuerdas vocales aprendió a cantar y a entonar con mayor solvencia en directo, pero en esta ocasión y tratándose de un disco prácticamente defendido por él, el miedo a un directo catastrófico estaba presente en mí.
Las primeras notas de The Gift of music ahuyentaron ese miedo. Su estado de forma es impecable, clavando cada nota y subiendo de tono sin problemas. El solo final de Petrucci es impresionante. Se suceden en orden todos y cada uno de los temas del disco y hay momentos realmente épicos como la tripleta A Savior in the Squire, When your Time has come y Act of Faythe con un La Brie espectacular. Brother Can you Hear me?, con el público ayudando en los coros como si estuviésemos en la plaza de Ravenskill. En A life left behind y Ravenskill, para mí los dos mejores temas del disco la magia es brutal. Sólo se hecha en falta en general un mejor sonido y en particular, pese a que su trabajo es realmente bueno, un cambio en las partes de Mangini. Aunque suena algo diferente al disco, clava cada patrón y cada compás con breaks increíbles y un apabullante dominio del doble bombo, sin embargo el conjunto suena falto de épica, como si le faltase un poco de volumen a cada golpe.
Con The road to revolution llegamos al entreacto y se toman 15 minutos de descanso que a mi modo de ver rompen un poco la magia, pero que entiendo son necesarios. A la vuelta el sonido se ha arreglado y la batería suena ahora sí, perfecta y contundente.
A destacar Moment of betrayal, otro clásico por derecho propio en el repertorio de la banda con su poderoso riff metálico. La segunda parte es mas corta y La Brie sigue en racha poniéndonos la piel de gallina en más de una ocasión con su interpretación.
Definitivamente este álbum está hecho a su medida y en esta gira lo demuestra. Or new World es otro de los momentos estrella de la noche (que ha habido muchos) con el solo estratosférico de guitarra y el Palais puesto en pie. Es otro temazo que sonará en futuras giras. Con él se despiden y se apagan las luces. Para el bis se reservan Astonishing , el tema que cierra el álbum, con melodías de varios pasajes del disco y un público en pie coreando cada estrofa.
El final épico pone la piel como escarpias y veo caer más de una lágrima. Abrazos y reverencia. Fin del asunto.
En resumen, una experiencia única, difícil para aquellos a los que no les satisfaga el álbum y espectacular y épica para los que desde ya, amamos este disco como uno de los mejores de la carrera de la banda. Con una apuesta en escena que podría haber dado mucho más de sí y que se queda algo corta al final (se podrá ver en el DVD que caerá a buen seguro). Con un Rudess infinito que se lo borda y disfruta en las melodías sublimes que ha creado para este disco; un Petrucci espectacular que asume su rol de líder que ya no necesita ejercer de guitar hero en cada tema, y un Myung…algo pasa con Myung, que ha renunciado por completo a cualquier protagonismo (si es que alguna vez lo tuvo, al menos sí musicalmente), y que parece aislado del resto de compañeros durante todo el show. Me atrevería a pronosticar que será el siguiente en abandonar el barco. Y un Mangini del que no hablaré más, me cae bien este hombre y sé que Portnoy no encaja ya en el tipo de música que están haciendo ahora pero no veo a Mangini en dos álbumes más… y por último con un triunfador absoluto en lo musical, The Astonishing es La Brie, La Brie es Astonishing. Punto. C’est la Brie.
Texto: Pomper Ario / Foto: Sergi Ramos (Archivo)
Día:2016-03-05
Hora:20:00
Sala:Palais des Congres
Ciudad:París
Puntuación:9
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