El Michael J. Fox de la música, el chico de la sonrisa perfecta, el hombre que no envejece: Benjamin Button Jovi, volvía a Barcelona. Bajo el marco de un espectáculo Open Air y con un set list que baila cada noche, hacía que la cosa prometiese. Desgraciadamente las entradas vendidas no eran las esperadas y la edición gallinero-low cost ha sido una gran idea ya que el estadio presentó una entrada espectacular, mucho mejor que la última visita. Fue una lástima que no trajesen un telonero de renombre, pero está claro que Bon Jovi es la estrella del evento, y nadie puede hacerle sombra.

Tras su última y desastrosa visita hace unos años en el mismo estadio Lluís Companys, pocas eran las expectativas que albergaba yo ante un Bon Jovi falto de voz y entrega. Esos pensamientos chocaron de frente nada más empezar su actuación. A las 22, 15 minutos más sobre la hora prevista, la imponente pantalla gigante mostraba unas imágenes espectaculares y la banda hacía la entrada. El inicio fue arrollador y el grupo, sin descanso alguno, golpeó a base de singles al personal. Bon Jovi le había robado a Ángel Cristo su casaca de domador de leones y demostraba que para él los años no pasan. En cuanto a entrega y voz estuvo excepcional. “Raise Your Hands” es perfecta para dar inicio, y el arranque de “You Give Love a Bad Name” provocó el delirio.

Iba a ser una noche de sorpresas y la primera fue la inesperada “Born to Be My Baby”, todo un regalo. El sonido era perfecto y la realización de pantallas muy cuidada y detallista. Veíamos todas las expresiones y sonrisas de David, Richie, Tico y Hugh. “We Werent Born to Follow” parece que se ha hecho un hueco entre los inmaculados hits del rubio vocalista y fue presentada con imágenes críticas con la sociedad actual y con imágenes de mitos de la música (no apareció Amy Winehouse). “I Believe” fue otra agradable sorpresa. Tras ella empezaron los breves parlamentos del vocalista. Se notaba a la banda feliz y enchufada. El feedback con el público era constante y la gente, a pesar de no llenar el recinto, llevaba en volandas a un grupo encantado de estar allí.

El delirio vino acompañado de “Its My Life”, ese tema perfecto que le dio a Bon Jovi una segunda juventud. Coreo masivo para luego volver a la calidez de “In These Arms”. La sorpresiva “Just Older” (¿alguien la esperaba?) dio paso a otra que parece que funciona perfectamente en directo: “We Got It Goin On”, un tema algo forzado que enfoca a sus primeros tiempos pero que se agradecía al romper el ritmo de ese álbum calmoso pero inspirado titulado “Lost Highway”. Desgraciadamente la banda sigue teniéndole cariño a un tema como “Captain Crash & the Beauty Queen From Mars”. El público acompañó la tonada con aspavientos al ritmo de la música, al puro estilo Bruce Springsteen cuando suena “Waiting for a Sunny Day”.

La atemporal “Bad Medicine” permitió que el grupo jugara a su antojo y se perdiera en versiones. Desde Buddy Holly a la inesperada “Vertigo” de U2 y jugando con los compases de “Shout”. Para algunos fue un castigo excesivo, para otros un precioso momento en el que cada músico tomaba su merecido momento de gloria. Espectacular David Bryan a las voces. Pero a partir de ese momento hubo un gran bajón debido al uso y abuso de baladas. La primera en caer fue la acaramelada “Bed of Roses” que incluyó un fragmento cantado en castellano. Todos los que vivimos nuestros años mozos en los 90 tuvimos que retener esa lágrima furtiva. Pero “Santa Fe”, sacada del baúl de los recuerdos, y “Diamond Ring” fueron tan inesperadas como prescindibles. Byrne incluso apareció con un acordeón para acompañar a Richie y Bon. Ambos estaban en la pasarela de la zona diamante, ese círculo de confianza (sí, ayer vi “Los padres de ella”). Gran momento fue también “Ill Be There for You” cantada a dúo.

Llevaban ya dos horas largas de repertorio pero el feeling que había prometía mucho más. “Ill Sleep When Im Dead”, la genial “Someday Ill Be Saturday Night”, muy coreada, y sobretodo “Have a Nice Day” devolvieron la electricidad y retomaron el pulso mágico del inicio. El final vendría de la mano de “Keep the Faith”, con un Bon Jovi armado con maracas y su tempo a lo “Welcome to the Jungle” de los Guns N Roses. Luego, vítores, aplausos y mil posturitas por parte de un Bon Jovi exultante. Los bises empezaron con “Something to Believe In” y “Hey God”, para muchos inesperada. Sambora se enfundó un gorro de cowboy en “Wanted Dead or Alive” que desembocó en un “Livin On a Prayer” empezado a capella. Aquí sí que hubo un desparrame general y todo el mundo se levantó de sus asientos. Es bonito ver el éxtasis colectivo en estos temas míticos. Un repaso visual en alrededores me permitió ver a parejas besándose, cuarentonas que parecía que bailaban politonos en la tele, una chica ebria dirigiéndose al público para que nos levantásemos y bailásemos y un imbécil intentando ligar, de rodillas, con las chicas de cruz roja. Cuando suena un tema inmortal la gente suele perder los papeles. Es el momento esperado para ello.

Hubo otro bis con ese baladón perfecto llamado “Always” y un fin de fiesta con mensaje: “I Love This Town”. Posteriormente se abrieron las luces y sonó la música en señal de: “esto se ha acabado, podéis colapsar ya la Avenida del Estadi. Todo el mundo salió con una sonrisa; no era para menos, tres horas de directo están al alcance de muy pocos… a pesar de que es imperdonable que no toquen “Runaway”.

Este concierto es un perfecto ejemplo de que Bon Jovi son una de las mejores bandas de estadio y despejan las dudas suscitadas en sus dos últimas venidas. Creo sinceramente que Bruce Sprinsteen ha marcado el camino a seguir con sus directos, y ahora toda banda que quiera ser leyenda debe tocar tres horas y cambiar el repertorio cada noche. Metallica, Cheap Trick y ahora Bon Jovi se han apuntado a ello, y eso les hace subir un peldaño más hacia el Olimpo. Podemos criticar mil cosas de Bon Jovi, cierto, muchísimas… pero al César lo que es del César, esa noche pudimos disfrutar de un ejemplo perfecto de lo que tiene que ser un concierto de estadio. Todo fue impecable. Una banda de ensueño tocando un repertorio perfectamente equilibrado entre pasado y presente, balada y himno y una escenografía y un montaje de lujo. Nunca creí que diría esto per, Bon Jovi, hoy en día, posee uno de los mejores directos del planeta.

Texto: Jordi Zelig Tàrrega / Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Doctor Music

Asistentes:40000

Día:27/07/2011

Hora:22

Sala:Estadi Lluís Companys

Ciudad:Barcelona

Puntuación:9