Tras apenas hora y 20 de actuación, la banda se despidió con una sonrisa de oreja a oreja denotando lo cómodos y arropados que se habían sentido en todo momento, gracias sobretodo a una actuación honesta, humilde pero con ese grado de misticismo que siempre rodea a las grandes bandas y tan poco común en chavales de 20 y poco años que justo empiezan. ¿Hasta donde pueden BLUES PILLS llegar? Nadie lo sabe, pero está claro que lo tienen todo de cara y salvo sorpresa mayúscula o defunción prematura, todo apunta a que serán uno de los grandes nombres de la escena rockera de los próximos años.

A ojos de muchos, los suecos BLUES PILLS podrían parecer los nuevos niños mimados de Nuclear Blast -y ciertamente lo son (con el permiso de sus compatriotas GRAVEYARD)- lo que no quita que estén donde estén por méritos propios, trabajos sobresalientes y mucha carretera y manta. Y es que en apenas 4 años de vida, a parte de haber tocado en prácticamente todos los grandes festivales europeos, la banda procedente de Orebro (aunque con miembros franceses y alemanes en sus filas) carga a sus espaldas con más de 200 bolos, un trabajo debut homónimo que logró encaramarse al número 4 de las listas de ventas germanas, un par de EP’s y un nuevo disco previsiblemente a editar a las puertas del verano.

Pese a su escueta trayectoria, BLUES PILLS pisaban en esta ocasión la Península de nuevo tras pasar por aquí hace un par de años y haber debutado en nuestra tierra con una extensa gira en el pasado 2012 una de cuyas fechas en Torredembarra (Tarragona) servidor tuvo el placer de presenciar por pura casualidad. Aún recuerdo como si fuera ayer el gozo que me supuso saborear en directo la música de esta gente en un entorno tan proclive y mágico como es La Traviesa, una comuna hippie legendaria que lleva desde los tiempos del Pleistoceno allí afincada y que recibió con los brazos abiertos a los por entonces jovencísimos BLUES PILLS.

Los años pasan y pese a su juventud, se les nota a los suecos unas tablas propias de gente que lleva 20 años en el negocio. Ya no son solo sus habilidades técnicas sino su saber estar sobre un escenario, sobretodo su vocalista Elin Larsson quién se lo come como si de una diva de la música que lleva toda la vida ejerciendo la profesión se tratase.

Con una sala Apolo a reventar con el cartel de Sold Out colgado con días de antelación, la velada arrancó a ritmo de PRISTINE, una banda desconocida para un servidor y seguramente para la inmensa mayoría del público. No es normal -por lo general- que un telonero cuente con mejor sonido y se coma a la banda cabeza de cartel y ciertamente no sabría asegurarles si así fue, pero lo que está claro es que los noruegos PRISTINE le pusieron las cosas muy difíciles a los protagonistas de la noche y siempre es de agradecer ver a bandas encargadas de abrir con un nivel tan descaradamente alto, tanto musical como visual, escénico y dramático. Con 2 discos previos en su haber (“Detoxing” y “No Regret”) y uno nuevo recién salido del horno (“Reboot”), la banda capitaneada por ese torbellino de mujer que era Heidi Solheim salió ante la mirada un tanto escéptica del personal para acabar yéndose 40 minutos después bajo sonoras ovaciones y una audiencia completamente rendida, ya no solo ante la fuerza y carisma de su vocalista, sino sobretodo ante el poderío de sus temas, lo compenetrados que sonaban y lo sobrados técnicamente hablando que iban todos los miembros del grupo, más en concreto su guitarra quién me pareció un fuera de serie de los que escasean hoy en día. El estilo de PRISTINE no dista mucho del de BLUES PILLS aunque quizá suenan algo más pulidos y comerciales y no tan psicodélicos. Las raíces están claras, ZEPPELIN, PURPLE, CREAM, Hendrix, Janis Joplin… Seguramente todas estas bandas hayan sonado en el autobús de gira y no creo que nadie se haya quejado.

Tras una prolongada espera, la banda protagonista salió a escena a ritmo de “Bliss”, el tema que abría su primer EP del 2012, desatando así la histeria de sus incondicionales. La sala para entonces ya estaba abarrotada, tanto de gente casual como de fanáticos del grupo y sobretodo fotógrafos que poblaban las primeras filas y bombardeaban a la pobre Elin como si de una celebrity se tratase. Con el público en el bolsillo tras apenas unos minutos de actuación, los suecos empezaron a desgranar su primer y todavía único LP del cual creo recordar que tocaron todos los temas excepto un par, incluyendo sus canciones más conocidas como “No Hope Left for Me”, “Gypsy”, “Black Smoke”, “High Class Woman” y por supuesto “Devil Man”, con la que cerraron y que provocó que la gente entrara prácticamente en trance. También tuvieron tiempo los BLUES PILLS de presentar un par de temas nuevos, imaginamos de su nuevo y próximo trabajo, como fueron “Elements and Things” y la genial “Yet to Find” en el tramo final del concierto, un tema acústico espectacular donde la vocalista Elin Larsson puede demostrar todo su potencial.

Tras apenas hora y 20 de actuación, la banda se despidió con una sonrisa de oreja a oreja denotando lo cómodos y arropados que se habían sentido en todo momento, gracias sobretodo a una actuación honesta, humilde pero con ese grado de misticismo que siempre rodea a las grandes bandas y tan poco común en chavales de 20 y poco años que justo empiezan. ¿Hasta donde pueden BLUES PILLS llegar? Nadie lo sabe, pero está claro que lo tienen todo de cara y salvo sorpresa mayúscula o defunción prematura, todo apunta a que serán uno de los grandes nombres de la escena rockera de los próximos años.

Promotor:Madness Live

Día:26-02-2016

Hora:21:00

Sala:Apolo 2

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Pristine

Puntuación:9