Blind Guardian nos regalan uno de los conciertos del año

Blind Guardian no realizaron el mejor concierto de su vida ni tampoco el mejor que hemos vivido en Barcelona, pero son muy pocas las bandas que a día de hoy son capaces de tocar más de dos horas, cambiar los setlists durante la gira y sobretodo: aceptar un bis cuando el público te lo pide.

Cartelazo para acoger una de las grandes giras de la temporada: los bardos ciegos y los cada vez más grandes Orphaned Land. Los alemanes venían con nuevo disco bajo el brazo, recibido con diversidad de opiniones. Son muchos los fans clásicos que echan de menos los temas más directos, estribillos coreables y menos densidad compositiva y pompa. Por vez primera han optado por dar mucha cabida a los temas de discos de “A Night at the Opera” en adelante, algo siempre arriesgado. Desgraciadamente el tirón que tenían antaño ya no es el mismo y se pasó del Sant Jordi Club a la mayor de las Razz, pero no hubo llenazo, sí una buena entrada.

Orphaned Land no contaron con un gran sonido de inicio y era mucha la gente que les desconocía. Se marcharían con una gran impresión para muchos a pesar de que han tenido mejores tardes tocando como cabezas de cartel. Su música es hechizante y la clave oriental les hace sumamente distintivos. Ya en “All Is One” y “The Simple Plan” uno ve que estaban tocando con un espacio realmente reducido debido al gran montaje que llevaba la banda principal. Obviamente serían los cortes pertenecientes al mágico “Mabool” (“The Kiss of Babylon” y “Birth of the Three”) los que más conectaron con la gente junto a la maravillosa “Sapari”. Consiguieron hacer botar a la gente en momentos puntuales y la entrega del grupo estuvo fuera de toda duda. Como siempre Kobi Farhi ejerció de maestro de ceremonias con esa imagen a lo Jesucristo. El frontman dio su tradicional mensaje de paz y convivencia a través del heavy metal. Han sido una banda amenazada por fanáticos en Israel y en su última gira se llevaron a una agrupación palestina de gira. Obviamente el fin de concierto fue con la excelente e hímnica “Norra el Norra”, fundida con “Ornaments of Gold”. Buen final convenciendo a muchos de los que no les conocían. Son ante todo un grupo original…

Blind Guardian no realizaron el mejor concierto de su vida ni tampoco el mejor que hemos vivido en Barcelona, pero son muy pocas las bandas que a día de hoy son capaces de tocar más de dos horas, cambiar los setlists durante la gira y sobretodo: aceptar un bis cuando el público te lo pide. Arriesgado pero necesario el hecho de arrancar con la extensa “The Ninth Wave” con todas las ampulosas orquestaciones. Confieso que los temas nuevos en vivo ganan enteros pero el peso de los clásicos es abrumador, y en “Banish from Sactuary” la gente enloqueció. Nunca había vivido en directo el “Banish” ni tampoco “The Last Candle” y la verdad es que sonaron a gloria. Un sueño cumplido para muchos. Las principales novedades eran la buena forma física de Hansi y el nuevo bajista Barend Curbois, en un segundo plano. También el teclista Mi Schüren en segunda fila y un set de batería enorme para disfrute de Frederik Ehmke.

“Nightfall” obtuvo uno de los momentos más bellos con toda la gente coreándola y “Fly” ya posee el peso de clásico a pesar de ser considerada de “las nuevas”. “Tanelorn (Into the Void)” y “Prophecies” fueron un bajón para mucha gente y a ello hay que sumarle que Hansi estuvo muy hablador y comunicativo. Por otro lado el set acústico (impresionante lo rápido que lo montaron) estuvo muy bien. “Miracle Machine” funciona en su desnudez acústica y la sorpresa monumental fue “Lord of the Rings”. La mayoría no la esperábamos. Quedaban esos dos o tres temas que van variando cada noche y Barcelona sería agraciada con “Welcome to Dying” y la monumental “And then there Was Silence”. La última vez que la vi en Wacken me pareció asombrosa pero esa noche quedó bastante deslucida. Nada que objetar a la dupla de guitarristas formada por André Olbrich y Marcus Siepen.

Habría tres tandas de bises. Todo un regalazo. Primero la potente “Into the Storm” seguida de la preciosa “Twilight of the Gods”. Posiblemente el mejor tema de su nueva obra. Una que nunca falta a la cita es “Valhalla”, uno de sus mayores himnos y en el que se explayaron al final como antes lo hicieron con el final de “The Last Candle”. En la segunda tanda cayó “Wheel of Time” y un “Bard’s Song” en la que Hansi Kürsh cantó más de lo habitual. Siempre funciona, siempre mágica y bella. Un tema de esos que hay que vivir en directo por lo menos una vez en tu vida. Marcus y André salieron a escena ataviados con camisetas del Barça. Con “Messi” y “Blind Guardian” escrito en sus espaldas. Supongo que en Madrid saldrán con la camiseta del Real. El final estaba cantado con “Mirror, Mirror”, para muchos su mayor himno y otra de las favoritas de la audiencia por mucho que haya gente que preferiría que terminasen con algo diferente pues siempre la tocan. Es como “Valhalla” o “The Bard’s Song”… siempre caen.

Como era de esperar la gente pidió más con el recurrente “Majesty” que siempre inunda la sala barcelonesa en la que tocan. Os puedo asegurar que el tema no estaba en la lista pero el grupo sabe que la pediríamos. La última vez fue pedida desde el minuto 1, esta vez la concurrencia esperó hasta el final. Que bonito ver al grupo optando por añadir un tema más. Es algo que deberíamos vivir más a menudo en conciertos de heavy metal. Éxtasis total y sensación de que la banda fue de menos a más. Son una agrupación especial y volvieron a demostrarlo. El grupo salió a charlar con la gente y a firmar autógrafos. Hablé con Hansi y parece que no hay planes para tocar en festivales veraniegos. Le pregunté si la locura de pedir “Majesty” en Barcelona por parte de los fans era algo que sólo sucedía en la Ciudad Condal, pero me dijo que en España es habitual que suceda en la mayoría de ciudades. Como dato curioso remarcar que no tocaron nada del “Imaginations from the other Side”, disco que solía vertebrar la mayoría de sus setlists. Grabaron el directo para un futuro disco en vivo y le pedí que de Barcelona eligieran “Majesty”. ¿La respuesta? Una sonrisa…