¡¡Majesty, Majesty, Majesty!!, esta vez sí. Cayó a base de insistencia por parte de un público entregadísimo y de una banda que parece que recupera mucha de la credibilidad que había ido perdiendo progresivamente. No es normal empezar una crónica así, pero es lo más destacado dentro de un mundo en el que lo mecánico y predecible están a la orden del día. Cuando una banda toca un set-list en el primer concierto de su gira ya sabes qué es lo que puedes esperar de ella. Hoy en día es todo un hito que el público consiga que las bandas hagan caso a las peticiones de los presentes. Una lástima pues mi idea de concierto y de interacción con la gente se aleja bastante de lo que se da en estos días. Tampoco hace falta llegar a extremos como los de Bruce Springsteen, pero detallitos como los de ayer hacen que los fans salgamos satisfechos y con una amplia sonrisa.

Parecía que pintaban bastos al anunciarse que el guardián ciego estaría en la mediana de las Razz, todo un bofetón pues estos germanos habían llegado a reventar la sala principal con sold outs tiempo ha. La verdad es que A NIGHT AT THE OPERA y TWIST IN THE MYTH no están a la altura de sus predecesores y sus constantes venidas o participaciones en festivales hacían presagiar una noche entre amigos.

Finalmente las cosas mejoraron y la sala grande acogió al grupo con unos tres cuartos de capacidad. Faltaron muchos fieles pero lo que sí es innegable es que la entrega del público fue soberbia. Temas cantados de cabo a rabo, griterío inagotable, saltos y aplausos, muchos aplausos. No era para menos, Blind Guardian ya demostraron en el Kobetasonic que están en muy buena forma. Dos horas ininterrumpidas y con el telón del IMAGINATIONS presidiendo el escenario.

“War of Wrath” sonó muy bajita al igual que “Into the Storm”, que desató las pasiones más allá de las primeras filas. Hansi estaba más que bien de voz y ha mejorado esos movimientos de teleñeco que nos ofrece desde que colgó el bajo. La banda estuvo muy solvente y destacó Frederik Ehmke a la batería llevándole el pulso a la actuación con muy buenas maneras y ejerciendo de preciso metrónomo.

Cuando suenan piezas como “Born in a Morning Hall” o “Nightfall” todo fan del grupo se emociona pues somos muchos los que hemos crecido con ellas. La verdad es que no hace mucho los Guardian habían bajado enteros en cuanto al directo y les llegué a ver shows muy aburridos. Afortunadamente parece que las aguas vuelven a su cauce, aunque todavía hay que enderezar su carrera discográfica. “Fly” o “Otherland” no desentonan pero el bajón que provocan es espectacular. Con ellas y con “This Will Never Ends” muchos aprovecharon para ir a por cerveza o visitar el lavabo.

No hay posible comparación con “Valhala”, coreada masivamente, y con el típico final en el que Hansi nos hace cantar una y otra vez. Afortunadamente no llegó a hacerse cansino como suele pasar en los festivales. “The Script of My Requiem” y “Welcome to Dying” estuvieron entre lo mejor de la noche. Esos cambios de ritmo y el monumental estribillo de la primera lucieron con un Hansi bastante happy y comunicativo en todo momento. Cabe mencionar la gran actuación de André y Marcus en sus guitarras secundados por un teclista y un bajista absolutamente en segundo plano.

Es espectacular oír a toda la gente cantar “Lord of The Rings” de pe a pa con ese gran final que hizo botar hasta a los camareros. Emocionante y bella como pocas, incluso llegó a ser más intensa que la archiconocida “The Bard’s Song”. Antes había sonado “Bright Eyes”, la maravillosa canción sobre Gollum que en momentos llega a poner la piel de gallina. Como sorpresa relativa podemos hablar de “Time Stands Still (At the Iron Hill)”, grandiosa y trabajada canción que brillaba especialmente en el NIGHTFALL y que finalmente se ha hecho un merecido hueco en los set-lists. Las veces que la tocaron en esa gira no conseguían ni el sentimiento de ayer noche ni Hansi llegaba a enganchar las melodías vocales.

La discutible “And Then There Was Silence” agradó a algunos y aburrió soberanamente a muchos otros. Es un tema genial que creo que debería caer en ocasiones señaladas y no ser fija en las giras, pero bueno, es de lo mejorcito del ANATO. No fue la mejor interpretación que les haya visto del tema pero el final coreado por todos le hace ganar mucho al tema.

Tras un primer parón con amago de despedida caía otra de las imprescindibles: “Imaginations From the Other Side”, emotiva, contundente y ya con la sala absolutamente entregada. Fue aquí cuando Kursh hizo una sonrisa de complicidad y viendo la insistencia de la gente anunció “Majesty”, absolutamente inesperada pues no aparecía en el set-list. Os podéis imaginar la efervescente reacción de la sala y los botes del personal. Sin duda el gran momento del concierto.

Lo que quedaba estaba cantado: “The Bard’s Song” y “Mirror Mirror” que sí, son sus mayores himnos pero cuando uno los ha visto ya tantas veces pues la alegría ya no es la misma que se puede experimentar que con “Majesty”. Tamaños clásicos que siempre funcionan pero que no llegaron a encandilar como otras veces. A pesar de ello la entregada audiencia vació sus pulmones y botó hasta el final. Superaron las dos horas y dejaron claro que vuelven a estar en plena forma.

Tampoco podemos hablar de resurrección pero tampoco hay que esperar que vuelvan a los tiempos del TOKYO TALES. Estuvieron perfectos y consiguieron convencer a una gran mayoría a pesar de que el set-list siempre es una cuestión algo discutible. Personalmente firmaría que sus conciertos fueran siempre tan intensos y completos como el de anoche. Esperemos que la próxima vez recuperen algún tema más de cara al sufrido fan. ¿Qué tal Last Candle, Traveler in Time, Goodbye My Friend o Run for the Night?. No estaría mal, pero lo que preocupa realmente de estos chicos es más el trabajo en estudio que el de directo. ¿Volverá el ángel compositivo a Blind Guardian?

Jordi Zelig Tàrrega / Fotos: Marcelo Gonzalez

Promotor:Last Tour International

Asistentes:1200

Día:12/09/2008

Hora:21:30

Sala:Razzmatazz I

Ciudad:Barcelona

Puntuación:9