El dia amenazaba con no ser todo lo bueno que la ocasión merecía cuando un vuelo de Spanair aterrizaba en Bilbao esta mañana para traer a éste juntaletras y apretabotones hasta el Bilbao BBK Live 2007. Es más, la perspectiva de hacer un festival en plena montaña parecía que iba a dar quebraderos de cabeza a nivel meteorológico,pero según se va viendo en el cielo, la cosa es cuestión de mucho ruido y pocas nueces. O mejor dicho, muchas nubes y poca lluvia. En definitiva, el marco ideal para un festival: sin calor, fresquito pero sin helarse (cof…Atarfe…coff) y sin un sol de justicia capaz de enviar a la mitad de los asistentes a la ambulancia más cercana.

Son las 20.30 minutos y el Bilbao BBK Live ya está en marcha desde hace cuatro horas. La gente accede al recinto sin prisa pero sin pausa durante toda la tarde, de manera ordenada y con una afluencia algo inferior a la deseada para grupos como los que están tocando a estas horas. Si bien es cierto que el triplete inicial de VHALDEMAR; LAUREN HARRIS y BLOODSIMPLE no era como para eyacular de pura satisfacción, con STONE SOUR la cosa ya ha comenzado a ponerse seria. Y, por lo que parece, el público responde.

ACCESOS Y TRANSPORTE

El festival tiene en marcha un dispositivo bastante coherente de transporte público para que el acceso al monte de Kobeta sea lo menos farragoso posible. No hay nada peor que un atasco de tres horas cuando uno quiere llegar a un concierto, así que ni un solo vehículo privado accede a la zona del festival. Solo buses que salen desde el Termibús de Bilbao y otras paradas céntricas de Bilbao y , con suerte, taxis. Una gran manera de hacer las cosas.

El acceso de público se encentra a estas horas con el clásico goteo de personal que no cesara prácticamente hasta que empiecen su show IRON MAIDEN a las 22:15. La seguridad es severa pero nada más allá de lo habitual en cualquier fesrival. Nada de camaras, bebida, comida, etc…

HORARIOS

Al disponer de dos escenarios, el fesitval siempre o casi siempre va sobre horario. Sólo STONE SOUR parecen haber salido tres o cuatro minutos tarde a escena, porque por lo demás todos los grupos están cumpliendo a la perfección. 

AFLUENCIA DE PÚBLICO

En el recinto deben haber aproximadamente unas 3500 – 4000 personas, aunque en los próximos minutos, a medida que se acerque el momento del show de IRON MAIDEN contamos con que el recinto de Kobetamendi comenzará a llenarse mucho más.

El público es esencialmente público de la zona, gente de Euskal Herria y de las comunidades colindantes, con una representación generosa de las grandes capitales, Barcelona y Madrid. De todos modos, los vuelos de la mañana desde Barcelona no iban demasiado cargados de heavies por lo que se puede deducir que o bien la gente ha optado por transporte privado o por otros medios más baratos como el tren o los buses de linea.

INSTALACIONES

Si por algo se caracteriza el Bilbao BBK Live es por el amplio presupuesto destinado a que las cosas salgan lo mejor posible. Como casi todos los festivales, vamos, pero se nota que hay entidades muy importantes de la zona apoyando en todos los sentidos la cita rockera. Desde las indicaciones a la cantidad de lavabos, seguridad, taquillas, barras, etc… Todo está calculado al milímetro. Como suele pasar, el único problema es la ausencia de una zona de prensa preparada para la ocasión, aunque la organización está trabajando arduamente para conseguir suministro electrico en la carpa de prensa y que podamos subir crónicas habitualmente o que los compañeros de otros medios puedan enviar fotos a los diarios de la zona.

Los escenarios son grandes, tan estandards en ese sentido como los de cualquier fesitval. Estan ornamentados con todo lo referente al festival (lonas, telas y demás por todos los sitios…que nadie se olvide de en qué festival está, vamos) y la configuración de luces y sonido es tan típica como la de cualquier festival. A falta de ver como queda todo en plena noche, cabe decir que el sonido es bastante potente y que los graves son revienta-oídos, sin miramientos. Pasar por al lado del escenario es casi igual que pasar frente a las obras del Metro.  Quien quisiera caña, por ejemplo, con MASTODON debe haberse ido del concierto con el estomago del revés debido a las vibraciones.

LOS SHOWS

LAUREN HARRIS

El festival ha comenzado para un servidor con la actuación de la guapa (aunque mi criterio sea nulo para estas cosas, como ustedes sabrán) Lauren Harris. Ciertamente, la chica ha evolucionado mucho desde sus shows con IRON MAIDEN a finales del año pasado. Quienes por entonces la criticaban de niña de papá parece que poco a poco van teniendo que recular puesto que, si bien la chica y su banda no son los nuevos LED ZEPPELIN, si que tienen una consistencia bastante remarcable. Claro que, la cantidad de oportunidades que tiene la chica no las tiene cualquier banda que empieza. Si desde el primer día uno está tocando ante grandes audiencias, está claro que sus ganas de mejorar y hacerlo lo mejor posible van en aumento. Habría que ver cual hubiera sido el resultado si la chica se hubiera tenido que patear cientos de conciertos con 40 personas en la sala y afrontar la desmoralización que ello conlleva…

El set ha sido corto, de apenas cuarenta y cinco minutos, y Lauren Harris ha dado buena cuenta de su progreso. La chica opta por enseñar carnes y derrochar voz al más puro estilo Joan Jett / Wendy O Williams, sin finuras de ninguna clase. Pantalones de cuero, voz rasgada, banda de peludos maduritos y a tirar milla. Otra cosa es que las canciones lleguen a conectar con la gente aunque, por lo visto, las primeras filas fueron bastante devotas, incluso con carteles de apoyo a la hija del bajista de IRON MAIDEN.

El tema que más aplausos se llevó fue el rockero y pegadizo “Get Over It”, donde Harris demostró que hay cosas que se llevan en la sangre. No obstante me da la ligera impresión de que Bruce Dickinson ha enseñado a la chica algunos de sus movimientos escénicos, especialmente en lo que a movimiento de brazos mientras uno canta se refiere.

STONE SOUR

La banda de Corey Taylor es un entorno infinitamente más favorable para el vocalista que sus compañeros de SLIPKNOT. Taylor nunca ha sido un tipo demasiado dado a las actuaciones tranquilas y pacíficas sobre el escenario, pero se nota a millas que se entrega un 200% más en STONE SOUR. Cuando la banda sale al escenario, es como si un torbellino arrasara la zona. Curiosamente, no había más que unas dos mil personas frente al escenario cuando comenzó la actuación, aunque la cifra se fue incrementando a medida que el público escuchó el ataque sonoro de la banda americana.

Girando la cabeza como un poseso, Corey fue recibido como una especie de mesias del metal más potente facturado en Estados Unidos.  La banda salió a escena con “30/30 – 150” y provocó el delirio, aunque ciertamente, la aceptación fue bastante mayor en su anterior gira de salas con ALICE IN CHAINS. Probablemente, el hecho de que gran parte del público fueran curiosos y no fans definidos de la banda tuvo bastante que ver. Eso sí, poco a poco, Corey fue ganandose al público, con la ayuda de dos maquinas de hacer riffs de guitarras monstruosos como son James Root y Josh Rand. Root demostró ser el más desquiciado de los dos, haciendo todo tipo de piruetas con su guitarras a lo largo de los cincuenta minutos de que duró la actuación.

El set fue muy parecido al del resto de la gira, con mención especial para los hits obvios, como “Through Glass”, “Reborn” o la ya clásica “Get Inside”. Gozaron de buen sonido, puesto que el emplazamiento del festival propicia una acústica más que buena.

Poco después del concierto algunos fans se encontraron con Jim Root en el espacio que iba del escenario al backstage y el músico aprovechó para hacerse fotos y firmar unos cuantos autógrafos, manteniendo – eso sí- su mirada ausente y adormecida.

MASTODON

Madre de Dios. Pocos se interesaron por MASTODON –la cantidad de público no fue el rasgo más destacable de esta primera jornada del festival hasta que no llegó el turno de IRON MAIDEN- y apenas habría la misma gente que en STONE SOUR viéndoles en el segundo escenario, pero no veas como se las gasta el grupo de barbudos. Parece mentira que cuando tocaron por primera vez en España apenas hubiera cien personas en la sala Mephisto para verles, todos ellos tipos de estos que sólo escuchan Opeth, Hypocrisy y Mastodon, con perilla y gafas.

A cada lado del escenario estaban situados Brent Hinds y Bill Keliher, de los cuales emanaba una especie de riff continuo con diferentes variaciones e intensidades que pareció ser la base del show. La banda, que sigue presentando el aclamado “Blood Mountain” tras haber girado en el Unholy Alliance y haber hecho sendas giras como cabezas de cartel y como teloneros de TOOL, demostró ser una fuerza única en el mundo del Heavy Metal. No hay más que ver al bajista Troy Sanders, que canta de la manera más expresiva que uno puede llegar a imaginar, moviendose, agitandose, tamblaeándose, saltando, encarandose con sus propios amplificadores. Es todo un espectaculo verles sobre un escenario, puesto que sienten todas y cada una de las notas que están tocando, y eso ya es mucho a día de hoy.

La banda incluyó en el set gemas como “Iron Tusk”, “March Of The Fire Ants”, “Crystal Skull” y otros temas. En definitiva, fue menos de una hora, pero extremadamente intensa, pese a los problemas de sonido que marcaron el inicio del show.

JULIETTE & THE LICKS

Triunfó por todo lo alto cuando vino a tocar hace unos meses a nuestro país. Sin embarg, la banda de la actriz Juliette Lewis junto a Todd Morse y compañía, no fue tan bien recibida en Kobetamendi. Quizá fue por su reciente gira española y por su no tan lejana actuación en el Azkena Rock del 2005, pero el público se mostró frío durante buena parte de la actuación. Era el cumpleaños de Lewis y esta intentó vaciarse todo lo que pudo. Sin embargo, no estaba todo lo inspirada que debía. Esa misma mañana, cuando un servidor coincidió con ella en el ascensor del hotel en el que se encontraba alojada parecía bastante cansada y sin demasiadas ganas de enfrentarse a un buen monton de fans de IRON MAIDEN que venían a hacer tiempo viendo a su banda.

No obstante, la profesionalidad de Lewis es considerable, y su actuación – tanto a nivel musical como escénico- fue aceptable. Pero quizá no era el lugar adecuado, o el día adecuado para canciones como “You’re Speaking My Language” y “Got Love To Kill”. Entretuvieron pero no convencieron.

IRON MAIDEN

Para ser IRON MAIDEN, extrañó bastante que un cuarto de hora después de la hora de inicio estipulada la banda aun no estuviera sobre el escenario. La puntualidad británica falló, aunque probablemente tuvo algo que ver con que todo el equipo de IRON MAIDEN llegara con cinco horas de retraso al recinto del festival. “Pensábamos que no ibamos a hacer el show” explicó Bruce Dickinson al borde del final de show a toda la audiencia. “Pero nuestro road crew ha montado toda esta mierda en tan solo tres horas” dijo, aprovechando la ocasión para darles las gracias a todos y cada uno de los técnicos que acompañan a la doncella en gira.

A pocos minutos de comenzar el show, los técnicos de la banda probaron sonido con todo el personal ya concentrado ante el escenario principal del festival. ¿Y como probaron sonido? Interpretando íntegro el “Highway To Hell” de AC/DC, lo que provocó el furor entre los fans que llevaban horas agolpados ante el escenario principal. Una vez acabó la prueba, salió la banda a escena, con su intro de la última gira. La aparición inesperada de Nicko fue la más vitoreada, con un sector del público incluso canturreando el nombre del bateria de nariz inexistente. Cuando la música de la intro para, Nicko suelta su clásico “’Arryyy” y la banda entera aparece en escena al son de “Different World”. Dickinson, como siempre, no se escucha en los primeros versos, pero la cosa queda rapidamente arreglada. La banda corre arriba y abajo, pateandose el escenario con el entusiasmo habitual. Es más, por una vez parece que hasta se lo están pasando genuinamente bien en las tablas, riendo y haciendo bromas entre ellos continuamente.

El inicio del concierto, por descontado, fue sombrío. Ha de serlo cuando interpretas canciones en las que hablas de guerras y bombas atómicas, como “These Colours Don’t Run” y “Brighter Than a Thousand Sons”. No obstante, cuando suena “Wrathchild” – ésta vez sin que Dickinson se caiga por ninguna parte- las cosas vuelven a su sitio y el pùblico responde adecuadamente. Por mucho que IRON MAIDEN vayan cambiando su repertorio, siguen siendo los clásicos los que despiertan la mejor reacción de los fans. Ergo, cuando arranca “The Trooper” y Dickinson ondea su union jack vestido de soldadito de plomo, los “ahs” y “ohs” del público son todo un clamor. No lo fueron tanto cuando interpretaron la mítica “Children Of The Damned”, celebrando así los veintinco años del disco “The Number Of The Beast”. Parece mentira que los fans solo conozcan los temas más típicos de algunos discos y se olviden de algunas obras de arte como la mencionada.

El concierto llegaba a su parte central, con las interpretaciones de “The Reincarnation of Benjamin Breeg” y “For The Greater Good of God”, dos de los mejores temas del último disco de IRON MAIDEN, “A Matter Of Life And Death”. Si, fueron bien recibidos. Algunos sectores del público los cantaban con todas sus ganas. Pero cuando sonó la introducción de “The Number of the Beast”, aquello se vino abajo, comprensiblemente. Hasta hubo un diablo apareciendo desde la parte trasera del escenario, con cuernos y todo, como mandan los cánones. Y de “Fear Of The Dark”, mejor ni hablamos. La locura.

Llegando al final del concierto, la banda ofreció versiones de “Run To The Hills” y “Iron Maiden”. Curiosamente, Dickinson confunció el orden de los temas y gritó un  “Scrrream for me Bilbao” antes de “Run To The Hills” que corrigió rapidamente un eficiente Nicko iniciando el ritmo del viejo hit. Fue uno de los momentos más emocionantes de la actuación, sin duda, porque – en el fondo- las aproximadamente diez mil personas que estaban viendo a IRON MAIDEN en ese momento, sólo querían cantar esa canción. Pero, ahora sí, faltaba el final ultra-heavy de “Iron Maiden”, con aparición del tanque incluída. De todos modos, y comparando el show con el de Barcelona en noviembre de 2006, la reacción en ese momento clave de la escenografía del show fue bastante más fría. Casi como diciendo “ah , coño, un tanque, mola”. Curioso.

Después de que la banda volviera a escena, hubo uno de los momentos más graciosos del show. Bruce Dickinson estaba especialmente dicharachero esa noche y comenzó su discurso habitual sobre que el año que viene volvierían a España para tocar temas de “Powerslave” como “The Rime Of The Ancient Mariner” y con la escenografía de aquella gira. Pero claro, en Bilbao decir “sí, el año que viene volveremos a España” no es siempre bien recibido. Dickinson captó el mensaje rapidamente. “Cuantas personas de las que hay aquí son españolas?” preguntó, ante unas pocas y timidas manos levantadas. “Veamos ahora: cuanta gente de la que hay aquí es vasca?” preguntó de nuevo ante el griterío generalizado. “¿Véis? Mi geografía no es tan lamentable” dijo Dickinson. “Y es más, no me jodáis, así es como comienzan las guerras” espetó. Finalmente preguntó “¿Cuánta gente de la que hay aquí es fan de IRON MAIDEN?” y claro, la gente perdió el oremus considerablemente. A aquello de las 23:55, por muy poquito, la banda comenzó a tocar “Two Minutes To Midnight”, recibida como si de maná divino se tratase. Lo mismo sucedió con “The Evil That Men Do”, donde apareció nuevamente Eddie, pero en ésta ocasión andando por el escenario y bailando por momentos. En la canción se dio otro de los momentos graciosos del show, cuando Bruce sujeto los cables de guitarra de Dave Murray y Janick Gers, forzando que no se pudieran mover del sitio en el que estaban durante buena parte del tema. Dickinson cantó el tema mientras se descojonaba de la risa y mientras Harris se acercaba al grupito para ver que sucedía y se unía a las risas. En pocas palabras, Dickinson tenía cogidos a IRON MAIDEN por los huevos. Casi como en el periodo 1993 – 1998.

El show llegó a su fín con la èpica “Hallowed Be Thy Name”, que disfrutó de la gloria habitual por parte de todo el público. Janick Gers, Dave Murray y Adrian Smith se entregaron al máximo a lo largo de los múltiples solos de la canción, haciendo delirar al público hasta extremos médicamente peligrosos. Harris corrió arriba y abajo, ametrallando al público con su bajo y ofreciendo las últimas gotas de su sudor a las primeras filas. Y tal y como acaba la canción, dos furgonetas esperan al grupo a pie de escenario. Y antes de que acabe de sonar la mítica “Always Take a Look at the Bright Side Of Life”, Iron Maiden ya deben estar en su avión privado camino del Reino U nido.

WITHIN TEMPTATION

Costó bastante, pero finalmente Within Temptation salieron de una vez a escena. Claro que, salir justo después de IRON MAIDEN, más o menos como estaba previsto, era tocar delante de cien personas. Los holandeses dieron tiempo a que el público llegara al segundo escenario y cuando hubo unas tres mil personas congregadas en el lugar, Sharon Den Adel y el resto de la banda aparecieron en escena, por quincuagésimo cuarta vez en suelo español desde su eclosión a principios del 2005.

Con un sonido bastante correcto, aunque la vocalista parecía tener algnos problemas con su sistema de monitor “In-ear”, la banda comenzó el concierto con el triplete “The Howling”, “Frozen” y “Stand My Ground”. La mitad del público gritaba piropos a la vocalista y la otra mitad prestaba atención al desarrollo musical de la actuación, algo ya clásico en el caso de los holandeses. No obstante, el cansancio y el frio reinante en un monte bilbaíno a esas horas de la noche provocaron que el público fuera algo más tranquilo de lo normal a la hora de afrontar el concierto.

La banda aportó su diseño escénico habitual, con sendas tarimas para el batería  y para el teclista , aunque sin efectismos añadidos. De música era de lo que se trataba aquello, y música fue lo que dieron los holandeses. Tanta que, en un visto y no visto, ya no estaban sobre el escenario. Para el recuerdo dejaron aptas interpretaciones de “Mother Earth”, “Jillian” y “Ice Queen”.

CONCLUSIÓN

Buen balance de la primera jornada del Bilbao BBK Live, aunque algo escasa de público. No obstante, IRON MAIDEN – que eran el principal reclamo- ya habían tocado en un show con entradas agotadas en Barcelona a finales de noviembre y tras haber asolado España en mil ocasiones durante la última decada, es lógico que la doncella no despierte un interés tan desmesurado para que la gente viaje desde la otra punta del país solo para verles. Claro que, ellos se lo pierden. Un concierto de MAIDEN, como pasa con SAXON, nunca decepciona.

El festival demostró estar a la altura ya desde el primer día, algo extraño en nuestro país. No obstante, todavía había algo de confusión respecto a cosas esenciales como la compra de la moneda oficial del festival o algunos accesos. Nada que una segunda jornada del festival no arregle. Nosotros volveremos el viernes próximo para ver como METALLICA reinan por encima de cualquier otra banda!

Texto y Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Last Tour International

Asistentes:15012

Día:21/06/2007

Sala:Kobetamendi

Ciudad:Bilbao

Puntuación:9