Be Prog! My Friend calienta motores con una sobresaliente velada de presentación de la mano de Soen y Vulture Industries

¿Qué puedes hacer cuando tienes uno de los festivales destinados a ser uno de los eventos del año? ¿Qué hacer cuando tienes completo un cartel tan espectacular que es admirado por seguidores del progresivo a lo largo y ancho del globo? Pues te montas una mini-gira de presentación con 5 bandas más, para que no se diga.

El formato On Tour del Be Prog! My Friend ha llevado a Soen, Vulture Industries y Persefone a Madrid y Barcelona, abriendo para ellos Quaoar y Cheeto’s Magazine respectivamente en cada ciudad. Lamentablemente, de las dos bandas más pequeñas de cada cartel tan sólo se pudo disfrutar media hora, un pequeño sacrificio que había que realizar por tal de poder ver a los noruegos tocar casi una hora en su debut español y a los suecos brindar 80 minutos de set en su primera visita como cabezas de cartel.

Dos años han pasado desde el lanzamiento de «Spiritual Migration», un álbum que marcó en la trayectoria de Persefone un giro hacia sonidos más modernos y agresivos, sin descuidar ni mucho menos el factor prog de su música. Presentando a su nuevo batería Bobby, a quien ya conocíamos de los excepcionales Nami, los andorranos encañonaron al público con el repertorio más cañero de la noche (algún momento de calma hubo, eso sí) y una buena dosis de virtuosismo, viéndose tan sólo ensombrecidos por un sonido algo embarullado que les restó puntos a su show. Toda una lástima, esperamos poder verlos en condiciones pronto (¡y presentando nuevo disco a poder ser!).

Los triunfadores de la noche fueron, sin ningún lugar a dudas, Vulture Industries. Cautivando a propios y ajenos, la banda de metal vanguardista presentó un espectáculo digno de enmarcar, de esos que recordaremos como uno de los mejores momentos de este 2015 sin pestañear. Un sonido aplastante, una presencia escénica descomunal y una presentación teatral estratosférica a nivel de interpretación y carisma hicieron que los noruegos pasasen por Razzmatazz 2 como un auténtico circo de los horrores (nunca mejor dicho) que hace furor en la ciudad.

Respirando decadentismo en cada una de sus notas, Bjørnar y compañía presentaron extensivamente ese «The Tower» que se postula como su mejor obra de momento y definitivamente uno de los discos imprescindibles de 2013. La potencia vocal con la que temas como «The Hound» o «The Pulse of Bliss» pusieron pelos como escarpias es simplemente de otro planeta, mientras que las raíces black metaleras tuvieron su protagonismo en dos joyas de la talla de «The Bolted Door» y «A Path of Infamy», extraídas de sus anteriores trabajos.

«Blood Don’t Eliogabalus» fue uno de los puntos álgidos de la noche, con una extravagante marcha sacada de un freak show teniendo lugar en medio de la sala, y el discurso final con el que nos decían «si os ha gustado podéis comprar algo de merch, si os hemos parecido horribles podéis hacerlo de todos modos y regalarlo a alguien a quien odiéis» nos dejó una sonrisa que fue la guinda del pastel a un concierto inmejorable.

Con el listón demasiado alto salieron Soen, quienes de todos modos ofrecieron una muy buena actuación completamente distinta, mucho más centrada en la emotividad y los detalles técnicos. «Tabula Rasa» es un opener excepcional, haciendo que todo el público corease uno de esos estribillos marca de la casa que tanto emocionan, mientras que «Delenda» nos llevaba atrás en el tiempo, hacia aquel debut que ya postulaba las bases de ese regusto a Tool y A Perfect Circle que predomina en la música de los suecos.

El mítico ex-miembro de Opeth, Martín López, llevó a cabo una interpretación sensacional de las complejas líneas de los dos álbumes que llevan esta «nueva» firma, demostrando que su pegada, calidad técnica y groove no han variado ni un ápice desde que abandonase a los de Åkerfeldt en la época de «Ghost Reveries». Por su parte, Stefan Stenberg se mantuvo en primer plano a lo largo del concierto y demostró que no tiene nada que envidiar a predecesores como Steve DiGiorgio gracias a un sonido de bajo devastador y una técnica exquisita.

Kim Platbarzdis gozó de protagonismo en la jam extendida de «Void», mientras que Joel hizo un buen trabajo con su característica voz pese a soltar repetidos gallos aquí y allá. A destacar «Kuraman», «Koniskas», «Fraccions» y «Savia» de un setlist que mezcló a la perfección los mejores temas de ambos discos del conjunto. Para el bis se reservaron «The Words» y «Pluton», dos canciones perfectas para hacernos cantar y dejar un estupendo sabor de boca antes de marcharse.