Hay determinadas giras que no sólo son interesantes por su banda principal, o Headliner, y eso es lo que precisamente ofrece el line up de la nueva gira de Avenged Sevenfold. Tres bandas únicas por sus directos y que son capaces de convertir una simple cita en una sala en algo memorable. Si a ello sumamos los carismas de los diferentes vocalistas, tenemos una batalla de frontmans en toda regla, sin claros vencedores, pero tampoco vencidos. Eso si, no cabe duda de que cuando aterrice en España va a ser uno de los eventos metaleros del año. El próximo 25 de noviembre actuarán en el Pavelló Olimpic de Badalona y al día siguiente en el Palacio de Vistalegre de Madrid.

Tras la caída de Device de la gira, los suecos Avatar fueron los elegidos para ocupar su lugar. Su propuesta no desmerece en absoluto y su directo todavía menos. Si hay alguna palabra que los define y que ellos mismos utilizan es un freakshow cargado de energía y espectáculo, en parte gracias a su frontman Johannes Eckerstörm, capaz de convertir a una masa de personas en una sola, moviéndola a su voluntad. Pese a tener cuatro largos, decidieron basar su media hora de actuación en su último trabajo; Black Waltz, donde Let it Burn, Ready For the Ride y Smells like a Freakshow jugaron un papel importante dentro de su escaso repertorio, motivando al público germano a no perder de vista nada de lo ocurría sobre las tablas, mientras la sala comenzaba a calentarse. Y es que no solo Johannes capta la atención, los guitarras Tim Öhrström y Jonas Jarslby apoyaban e intensificaban todavía más una actuación sorprendente. Cuando una banda sale a comerse la sala, lo hace, y no hay más.

Tras un rápido cambio de escenario, era el turno de un punto fuerte, los americanos Five Finger Death Punch. Según palabras de su propio vocalista Ivan Moody, sus seguidores son un tanto tarados, pero seamos claros, no lo son. Gracias a su hiperactividad sobre un escenario, son ellos los que convierten al más cuerdo y tranquilo en un auténtico torbellino. Y por supuesto en Munich, lo volvieron a hacer. Con ellos, comenzamos a ver Crowd Surfing, gente desgañitándose y disfrutando con la alta dosis de adrenalina que emanaba del escenario. Su actuación comenzó con Under and Over It, dejando ya claro que no iban a andarse con remilgos. Burn It Down, Hard to See y Lift Me Up siguieron mostrándonos un Frontman más que carismático, con Zoltan Bathory (a la guitarra) salido de sí, al igual que su compañero de instrumento Jason Hook siempre en primera línea animando constantemente. Atrás tampoco se quedó Chris Kael al bajo, que recorría el escenario de un lado a otro acompañando a Moody. Por supuesto no podía faltar Bad Company seguida por Burn MF, en la que hubo un intento de subir a alguien al escenario pero que finalmente terminó en la creación de un Circle Pit, un tanto tímido en su inicio, pero que fue creciendo en intensidad.  Tras Coming Down y Never Enough, y una pequeña pausa, Moody saltó al escenario para cantar a capela las primeras estrofas de Far Form Home y terminar con The Bleeding. Los de Los Angeles son capaces de una sola canción, dejarte con el ansia viva de querer más, y pese a que su actuación no fue corta, esa sensación nos la dejaron de todas formas. El título de teloneros, se les queda corto, de eso no cabe la menor duda.

El cambio de escenario se produjo de forma vertiginosa, dejándonos solo entrever un telón, las plataformas frontales en las que se suele subir la banda y los focos móviles a los laterales. Nada más. Expectación había, y quedó demostrada con los gritos histéricos que comenzaron a oírse nada más caer éste, mostrando el símbolo por excelencia de la banda, un gigantesco deathbat en 3D detrás de la batería.

Tras caer el telón, el primero en salir a escena fue Synyster Gates, al que se sumaron poco a poco el resto de sus compañeros, siendo M.Shadows el  que dio el pistoletazo de salida con Shepherd of Fire . Como no podía ser de otra forma, la entrega de los de Huntington Beach fue inmediata. La voz de Shadows está en su mejor momento, sin fallos, sin inhibiciones, controlada y con la potencia necesaria para golpear sin masacrar, el tándem Synyster Gates – Zacky Vengeance tampoco falla, ni tampoco su compañero a las cuatro cuerdas Johnny Christ. Pero el que brilló fue sin duda su nuevo batería Arin Ilejay, que demostró estar mas que a la altura del listón que dejó The Rev tras su muerte, siendo preciso y contundente a partes iguales.

La siguiente en caer fue Crittical Acclaim donde Shadows nos avisaba que en esta ocasión, Munich se quedaba sin ver su show completo debido a la imposibilidad de  disponer de la pirotecnia siendo avisados de ello a las seis de esa misma tarde (es decir, la hora de apertura de puertas). Sin embargo, la banda está en el punto en el que no le hacen falta bolas de fuego, explosiones o cualquier tipo de adorno visual para enganchar y convencer, por lo que, sin más nos adentramos en Welcome to the Family.

Era hora de retornar a su último largo con Heil of the King, más que bien recibida seguida por Doing Time. Con el escenario prácticamente a oscuras, salvo un pequeño foco que iluminaba a Synyster, éste nos adentraba en Buried Alive, donde el público se volcó al completo, gracias también a la facilidad que tiene el tema en cuestión de ser seguido y motivar a la gente a formar parte de él. Bajada de revoluciones fue lo que siguió con Fiction, para volver a hacer participes a todo el público con Nightmare y Afterlife. Era el turno del guitarra solista de mostrarnos su habilidad con dicho instrumento, pero en esta ocasión Synyster no estuvo solo. Si bien es cierto que comenzó solo, poco a poco Vengeance, Christ e Ilejay le siguieron creando una especie de Jam Session sobre el escenario, preparándolo todo para la vuelta de Shadows  con Requiem y Bat Country, clásico (si es que se puede hablar de clásicos con ellos) que no podía faltar y que por supuesto desató la locura en la sala Zenith.

Tras ello, vinieron los bises, manteniendo el nivel que dejó Bat Country, con Chapter Four e Unholly Confessions. Los cambios en su setlist no son muy habituales, pero tener un espectáculo tan milimetrado tiene ese pequeño inconveniente. No obstante, eso no resta para poder considerarlo como uno de los puntos fuertes de la banda.

Hablar de Avenged Sevenfold en muchas ocasiones supone suscitar a la polémica: sus problemas con los logos, su último álbum al que denominan álbum de covers, la continua referencia a ellos como la eterna promesa del metal… y un sin fin de críticas más… sin embargo, lo cierto es que Avenged Sevenfold convence y eso queda demostrado en la horda de fans que esperan cada uno de sus conciertos. Para muchos siguen teniendo que demostrar algo, para otros sin embargo, su lugar dentro de la escena musical está más que asegurado. Como todo, su evolución (si es que realmente tienen que evolucionar) la dará el tiempo, pero mientras tanto, su directo no falla y su capacidad para convertir un simple concierto en algo grande, tampoco.

Promotor:PGM KONZERTAGENTUR GMBH

Día:2013-11-14

Hora:19:00

Sala:Die Kulturehalle

Ciudad:Munich

Teloneros:Five Finger Death Punch Avatar

Puntuación:9