Árbol de navidad, piano y preguntas. Una noche íntima con Steve Hogarth (Marillion)

A veces se hace difícil explicarle a la gente el por qué Marillion son una banda tan especial y el por qué ajenos a modas siguen contando sus fans a miles y llenan por dónde van. La respuesta está en noches como estas en las que el artista desnuda su alma, está a unos palmos de ti y te permite preguntarle por cualquier cosa que quieras. Las mismas preguntas son las que hacen que Hogarth toque una canción u otra. Estábamos tan a gusto que un par de horitas más se hubieran agradecido. El mejor regalo de navidad, árbol incluido.

La que es la voz de Marillion, Steve Hogarth, ha realizado recientemente una gira íntima y sumamente especial que recaló en Barcelona. La Razz 3 acogió una velada soñada para el fan en la que Steve desnudó su alma y tiró de proximidad sin ningún guión escrito. No había set list, podíamos preguntarle todo lo que quisiéramos y hasta hubo alguna lectura de su diario personal. Hogarth buscó la comodidad de los asistentes empezando con una perorata de veinte minutos que nos hizo sonreír una y otra vez. Frente a su piano y flanqueado por un árbol de navidad, y varias botellas de licores nobles, nos invitó a que subiéramos y adornásemos el arbolito con motivos navideños. La recompensa era un chupito.

Steve Hogarth nos animó a preguntarle sobre cualquier tema… “¿cuál es mi miembro favorito de Marillion?, ¿Cuál es el que me cae peor?”, bromeó, también sobre la situación política entre Cataluña y España y nos confesó que traía dos banderas… por si acaso. Fino humor inglés para arrancar con un “Video Killed the Radio Star” sorpresivo. Fue tan sorpresivo que incluso falló en algunas notas. Steve paraba las canciones cuando no recordaba algún acorde, hacía comentarios sobre la historia de las muchas versiones que entraron en el set y se fue por las ramas ilusionado con cada pregunta. Obviamente los temas de Marillion ocuparon un grueso importante de una velada que se encaramó hasta las dos horas y 10 de concierto. “Map of the World” emocionó recordándonos ese set especial que se marcaron Marillion en el Casino de la Aliança en el que tiraron de unplugged.

Steve Hogarth

“Living in FEAR” representó el último disco pero lo más atractivo de todo eran las versiones y las preguntas de la gente. “Instant KARMA!” de John Lennon nos emocionó. Es impresionante como suena la voz de Steve desnuda, acompañada por las teclas blancas y negras y con esa iluminación tan cálida. Mientras siguió el degoteo de gente adornando el árbol al que se acercó una niña de cuatro años inclusive. ”Here Comes the Flood” de Peter Gabriel inundó la sala cuadno alguien le preguntó si había tenido algún profesor de canto. Steve nos habló de su infancia y de que acudía a un programa de tele en el que los niños que cantaban se les recompensaba con chocolate. Hogarth dejó el programa cuando dejaron de darle chocolate… ¡Es lógico!

Steve Hogarth

Entre temas de Marillion discurrió una noche en la que brilló “Road to Moscow” de Al Stewart. El vocalista destacó la maravillosa letra sobre el soldado ruso en la Segunda Guerra Mundial. Recordó también sus fines de semana con sets especiales de Marillion; concretamente el de Montreal. Allí me encontraba yo, aunque no pude asistir a ninguno de los dos conciertos. Rizó el rizo con “Rocket Man” de Elton John que enlazó con una lectura de su diario. El mismo día que estuvo charlando con el hijo de Neil Armstrong recibieron Marillion una llamada de la estación espacial. Excelentemente enlazado todo. Se despidió con una sentida versión de “A Day in Life” de los Beatles que puso punto y final a una noche de ensueño para todo fan de Marillion.

A veces se hace difícil explicarle a la gente el por qué Marillion son una banda tan especial y el por qué ajenos a modas siguen contando sus fans a miles y llenan por dónde van. La respuesta está en noches como estas en las que el artista desnuda su alma, está a unos palmos de ti y te permite preguntarle por cualquier cosa que quieras. Las mismas preguntas son las que hacen que Hogarth toque una canción u otra. Estábamos tan a gusto que un par de horitas más se hubieran agradecido. El mejor regalo de navidad, árbol incluido.