Desde luego la historia de estos chicos no es nada común. Todavía recuerdo
el día en el que vi aparecer aquel “Plays Metallica by Four Cellos”. Aunque
aquello me pareció una buena idea para los curiosos y los sibaritas lo cierto
es que no logró llamar especialmente mi atención.  Una propuesta algo vacía
y carente de interés más allá de la anécdota para alguien que ama el rock duro.
A partir de ahí fueron cayendo nuevas obras de estudio de impecable factura
pero de discutible pegada, donde las versiones todavía tenían cabida, pero a
título personal no fue hasta “Reflections” que volvieron a interesarme como
banda. Composiciones ya algo musculosas, en gran parte gracias a la inclusión
de partes de batería por cortesía de Dave Lombardo de SLAYER, nos mostraron
a unos APOCALYPTICA que no querían conformarse con lo que ya tenían y que comenzaban
a levantar el vuelo como banda de heavy metal a golpe de cello. De hecho, si
he de sincerarme, no ha sido hasta su última obra de estudio cuando he podido
pensar “ahora sí”. Es en “Apocalyptica” donde podemos encontrarnos ya a un grupo
con pegada y con composiciones que por fin enganchan, dentro de las premisas
que maneja el grupo, por supuesto, pues, sin ir más lejos, una formación que
no cuente con un cantante entre sus filas nunca se podrá tachar de comercial.
Qué mejor ocasión que la presentación de este disco como excusa para acercarse
a la poco aprovechada sala Apolo de Barcelona a pegarse un baño de refinada
caña.

Con algo más de tiempo y en mejores condiciones de las que los pudimos ver
en el festival Metal Manía ahora hará dos años, los finlandeses llegaban a Barcelona
sin COILBOX, telonero anunciado que finalmente sólo abrió para la banda en la
actuación en Madrid. Con una sala que para mí sorpresa se encontraba llena a
reventar salieron los señores y sus cellos a escena para golpearnos de entrada
con un “Path” que sirvió para que todos nos pusiéramos el chip y  mediante un
inicio devastador no echáramos en falta la voz de Sandra Nassic (GUANO APES),
la cual prestara en el pasado sus cuerdas vocales para la grabación de una segunda
versión de este tema que abría el “Cult”.

A diferencia del concierto de Madrid en esta misma gira, tan sólo Paavo Lotjonen
 y Antero Manninen aparecieron sentados en sendas estructuras metálicas a modo
de tronos, con una calavera semblante a la de la portada del “Cult” trazada
en el respaldo, siendo ellos las dos personas que cerraban el semicírculo sobre
el escenario. Aunque la formación actual está compuesta de tres miembros como
ya he puntualizado antes para las giras se siguen haciendo acompañar del señor
Antero, que formó parte del grupo durante los dos primeros discos. Y, para acallar
posibles rumores, ya os comento que a pesar de las gafas de sol, los movimientos
extraños y del hecho que sea el único que no se mueve de su asiento en toda
la actuación  NO es ciego. En las giras el susodicho cumple el papel opuesto
al que cumpliría Eicca Toppinen: serenidad, seriedad y conservación de las formalidades
de corte más clásico que se les podrían suponer a una banda que tiene entre
manos nada más que unos cellos.

Con el segundo tema, “Master Of Puppets” se pudo comprobar lo inevitable: a
los fineses todavía les quedan editar unos cuantos discos magistrales con composiciones
propias para que las versiones de los de San Francisco no sean las más coreadas
de la noche con diferencia. Lo de “grupo de versiones de METALLICA con violines”
es un sambenito del que ya nunca se podrán librar, y a buen seguro que Eicca
y compañía son conscientes de ello, pues la sombra de Hetfield y compañía es
alargada… y mastodóntica. Versiones a las que, por cierto, han acertado en dar
un nuevo punto de vista con la aportación de las líneas de batería, que ayudan
a dotar a las composiciones del ritmo trepidante del que adolecían en el pasado.
Evidentemente estas nuevas percusiones no son omnipresentes y tan sólo son aportadas
a los temas que más lo reclaman, a los temas con más garra, dejando que en el
resto sea el sonido de las cuerdas el que se lleve el total protagonismo. Asimismo,
cabe reconocer la certera pegada del batería del que se hacen acompañar, Mikko
Siren, que si bien no es Dave Lombardo reinterpreta sus partes con una técnica
fuera de toda duda.

Y es que hay que tener pelotas para enfrentarse de esta guisa a trabucazos
como “Fight Fire With Fire” (posiblemente el tema más cañero de METALLICA) y
transmitir la potencia y rabia suficiente como para que todo el público de la
parte delantera estalle en una eclosión de headbanging que no sólo venga motivada
por la evocación de dicho tema sino por la fuerza escénica que logran plasmar
estos chicos. “Somewhere About Nothing” es una de esas canciones que si suenan
como han de sonar transmiten una carga de emotividad de lo más válida… Afortunadamente
el sonido de la sala, sin ser impoluto, estaba acompañando, hecho que nos permitió
disfrutar de composiciones como esta en gran parte de su plenitud. Tras la triste
y sosegada “Farewell” a modo de tremenda balada, llegaría el turno de la acertadísima
“Quutamo”. Lo cierto es que me encantó la versión de esta misma canción que
la banda incluyó a modo de “hidden track” en su último disco cantada en francés
por Manu de DOLLY, pues más allá de la calidad del tema esta colaboración le
daba un enfoque totalmente romántico y sensual que consiguió cautivarme, por
lo cual no puedo negar que eché un poco de menos dichas partes vocales en su
ejecución en directo, muy a pesar de que la canción original es tal y cómo la
interpretaron.

En cambio, no eché tanto de menos las voces de Valo de HIM y de Lauri de THE
RASMUS cuando llegó el momento de “Bittersweet”, pues aunque reconozco que ambos
introducen matices bastante interesantes en el disco, me quedo antes con la
colaboración más cañera que hace Lauri solo en el primer tema del álbum, “Life
Burns”, canción cuyas líneas vocales, si no recuerdo mal, fueron reproducidas
en mayor o menos medida por unos de los cellos, aspecto a señalar y que resultó
vital para que no quedara tan vacía.

Respecto al resto de temas, destacar un “Nothing Else Matters” cantado por
el público, aunque de forma no tan impactante cómo hemos podido ver en otras
ocasiones, y un “Betrayal” salvaje (la canción más trallera de APOCALYPTICA),
en la cual pocos pudimos dar crédito a la que estaban liando esta gente, muy
bien comandados en esta ocasión por Mikko desde su kit de batería. Asimismo
también impactó sobremanera la fidedigna reproducción del solo del “Seek&Destroy”,
con un baile de cuerdas digno de cualquier virtuoso de la guitarra. Por si no
fuera poco, no tardaron mucho en aparecer los ya míticos paseos de Eicca por
el escenario violonchelo en mano, que no dudó en acercarse más de una vez al
público para animar o bien tocar desde cualquier sitio del escenario que fuera
propicio para ello. De hecho, en uno de los temas decidió dejar su instrumento
de lado para subirse a la tarima y acabar golpeando los platos de la batería
de Mikkolápiz (lo siento, no me he podido aguantar, es que encímale chaval es
delgadito…).

Paavo también se encargó de gritar a la concurrencia y animar a dar palmas
siempre que tenía la oportunidad de separar las manos con su instrumento, pero
son Eicca y Perttu los que se encargan de cargar algo más con la batuta y de
dar la cara a la hora de dirigirse al público entre tema y tema.  

Tras la interpretación de otros tantos cortes entre los que se encontraban
el “Refuse/Resist” de SEPULTURA (con la voz de Max volviendo a ser insinuada
con algunas líneas de cello), “Inquisition Symphony”  o un vitoreado “Enter
Sandman”, los finlandeses pondrían el broche de oro al show con el tema “Hall
of the Mountain King”, tema del compositor noruego Edward Grieg, la primera
pieza estrictamente clásica en pasar por las manos de la banda, perteneciente
al disco “Cult”, que se encargaron de ir acelerando hasta desembocar en una
greguería sónica tan notable como increíble.

Tras agradecer con sinceridad y entusiasmo el gran apoyo prestado por el público
en todo momento, los componentes se despedirían por la puerta grande. Quién
lo iba a decir quince años atrás: cuatro tíos con violonchelos desapareciendo
del escenario entre los vítores de una masa de peludos enfervorecida tras haber
perpetrado una descarga de heavy metal…

Texto y Fotos: Penumbra

Datos:Sala Apolo
Barcelona
Promotor: Gamerco
Publico: Sold Out

Día:19/05/2005

Puntuación:8