Angelus Apatrida son el mejor ejemplo de cómo el trabajo duro, la perseverancia y la paciencia tienen sus frutos. Su fama no se debe a ningún evento concreto que los catapultase al éxito, ni a ningún golpe de suerte momentáneo. Clara y simplemente, se debe a su altísima profesionalidad, a su propuesta firme y compacta y a su infatigable trabajo día a día, ladrillo a ladrillo, nota a nota.

Angelus Apatrida son el mejor ejemplo de cómo el trabajo duro, la perseverancia y la paciencia tienen sus frutos. Su fama no se debe a ningún evento concreto que los catapultase al éxito, ni a ningún golpe de suerte momentáneo. Clara y simplemente, se debe a su altísima profesionalidad, a su propuesta firme y compacta y a su infatigable trabajo día a día, ladrillo a ladrillo, nota a nota. Siete años han pasado desde su álbum debut (sin olvidar el largo tiempo desde su fundación hasta la publicación de este) y desde entonces no han hecho más que crecer. Poco a poco se hicieron hueco en la escena nacional, con incontables actuaciones por toda la península, y años más tarde, consiguieron dar el salto al resto de Europa. Desde entonces se han convertido en una banda habitual en los escenarios del viejo continente, puesto que con una gira o con otra, acaban tocando en gran cantidad de países prácticamente cada año. Y es que esa es su manera de hacer las cosas. No han pasado de ser unos desconocidos a ser una de las bandas de metal españolas más conocidas hoy día de la noche a la mañana. Lo han hecho con paciencia, dedicación y, sobretodo, constancia.

Así pues, tras tanto tiempo trabajando incansablemente por ser una banda de referencia, aquí los tenemos, agotando entradas en Barcelona dos años seguidos: en 2012 con la gira de su cuarto redondo «The Call» en Music Hall, y ahora con la reedición de sus dos primeros álbumes «Evil Unleashed» y «Give ‘Em War». Acompañados por el excelente cuarteto americano Havok y los ingleses Savage Messiah,  tristemente tuvimos que ver como muchos fans confiados, que no habían comprado entrada anticipada, se quedaban fuera de la sala observando el cartel de «Sold Out» y probablemente esperando a que alguien les pudiera revender algún ticket en la puerta. Llegamos justo a tiempo para ver los dos últimos temas de la primera banda de la noche, y el panorama nada más entrar a la sala era absolutamente asfixiante. La ubicación de la entrada es terrible, y es que, al estar justo al lado del escenario, para llegar a la parte posterior de la sala (donde hay algo más de sitio) tenías que atravesar las abarrotadas primeras filas. Es difícil de comprender cómo, ante las expectativas de un lleno total, no se cambió el recinto si se sabía que el poder de congregación de Angelus Apatrida era mucho mayor que el escaso aforo de la Sala Bóveda. Suponemos que por parte del promotor, es más fácil ir sobre seguro y saber que se va a llenar una sala pequeña que no arriesgarse a trasladarlo a una más grande y que exista la posibilidad de perder dinero.

Dejando de lado los asuntos de logística, por lo poco que pudimos ver de Savage Messiah apreciamos un potente heavy/power veloz que, con un deje moderno, sonaba bastante fresco y potente. Sorprendente fue ver que la mayoría de público ya se encontraba en la sala para presenciar la actuación de los teloneros, un buen gesto que no siempre se ve, ya sea por motivos de horarios o por motivos de vagancia para escuchar a otras bandas. Después de ellos subieron al escenario Havok, quienes venían presentando su nuevo trabajo «Unnatural Selection» y a los que había ganas de ver otra vez después de que en la gira de «Time Is Up» ofrecieran un concierto en la Sala KGB con el característico mal sonido de ese recinto. Yo mismo tenía mis dudas sobre el sonido de Bóveda, dado que más de una vez que habían comentado que no era ninguna maravilla… pero salí gratamente sorprendido. Obviamente gran parte de esto se debió a que los estadounidenses traían a su propio técnico de sonido, pero la acústica de la sala fue bastante mejor de lo esperado y en general pudimos disfrutar de un sonido definido, en el que cada instrumento tenía su espacio y donde el conjunto sonaba con mucha fuerza y empuje.

Desde el inicio con «Covering Fire» hasta el final con «Time Is Up», Havok demostraron por qué son una de las bandas de thrash de nueva ola más con más reconocimiento hoy día. Una base rítmica inquebrantable: por un lado, el magnífico Pete Webber, que es una auténtica máquina a las baquetas, y por el otro, la excelente presencia escénica y sólida ejecución al bajo de la más reciente incorporación en la banda, Michael Leon. Dispararon sin piedad grandes temas, desde lo más reciente como «I Am the State» hasta temas más antiguos como «Afterburner». Un setlist variado y una actuación donde estaba presente la falta de tiempo (tan sólo tuvieron 45 minutos), que hizo que fueran a destajo. El público conocía bien las canciones y su respuesta fue inmejorable a cada uno de los nueve temas que desgranaron, de hecho estoy convencido de que los de Denver se fueron más que impresionados con la entrega del público catalán.

Cuando llegó la hora de Angelus Apatrida, muchos no estábamos muy seguros de lo que íbamos a presenciar aquella noche. Al ser la gira de la reedición de sus dos primeros plásticos, pensé que el setlist estaría centrado en estos dos trabajos, y que de sus últimos álbumes sólo caerían dos o tres temas. En vez de esto, lo que recibimos fue una mezcla a partes iguales de lo que podemos considerar sus dos etapas (seis temas de Evil Unleashed / Give ‘Em War y seis temas de Clockwork / The Call). Me sentí ligeramente decepcionado por el hecho de que mayormente los temas interpretados de los dos trabajos reeditados fueron canciones que podemos escuchar en cualquier gira de los de Albacete («Thrash Attack», «Give ‘Em War», «Versus the World», «Fuck You»…), pero esto no quita que la actuación del conjunto fuera simplemente arrolladora. Para el deleite de los que esperábamos joyas escondidas interpretaron una magnífica «Gone Away» que raramente suena en directo, pero ahí se quedó la cosa. El comienzo con «Violent Dawn» fue explosivo, y pese a los problemas de sonido al principio, pronto nos encontrábamos destrozándonos las vértebras al ritmo de «Vomitive» y «Fresh Pleasure».

El concierto fue una continua exhibición de buena ejecución y conexión con el público, y es que todos esos años de experiencia se notan, porque Angelus Apatrida sobre el escenario saben brillar como nadie. La banda, visiblemente emocionada, se deja la piel sobre las tablas y son constantes las muestras sinceras de agradecimiento por parte de Guillermo. Y al público nos encanta ver cómo, pese a estar logrando triunfar, siguen teniendo una relación tan cercana con aquellos que los apoyan y cómo saben perfectamente de dónde vienen. Mención especial a David, quien pese a tener intensos dolores de espalda aguantó todo el concierto entregándose en cada riff y cada solo.

Para un final de infarto se reservaron «You Are Next» y «Blast Off», justo antes de enseñarnos la «pequeña sorpresa que habían reservado para Barcelona». Cayeron dos covers con invitados especiales, la primera, un «Be Quick or Be Dead» de Iron Maiden con un pletórico Dave Silver de Savage Messiah a las voces, y la segunda, la mítica «Domination» de Pantera, para la que contaron con la ayuda de Havok con David Sanchez a la voz y Reece Scruggs a la guitarra, y en la que el escenario se convirtió en una auténtica fiesta. ¡Uno de los momentos más divertidos de la noche, sin duda! Para el final reservaron «Thrash Attack» y se despidieron hasta el año que viene, y es que pase lo que pase, estoy convencido de que Barcelona es como un segundo hogar para los de Albacete. Y nosotros agradecemos poder verlos cada año ofreciendo conciertos con semejante nivel de calidad. Eso sí, ¡antes tocará verlos en Hellfest!

Promotor:Holy Cuervo

Día:2013-12-06

Hora:20:00

Sala:Bóveda

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Havok Savage Messiah

Puntuación:8