Esta banda ofrece unos conciertos tan increíbles a nivel emocional que es difícil no conectar con ellos, incluso con material que pudieras rechazar en primera instancia, y esto es un excelente ejemplo del potencial de Anathema y de cómo son capaces de hechizar a prácticamente cualquiera... hasta a aquellos que renegaban de ellos.

Cualquiera que me conozca un poco (o me lea de vez en cuando) sabrá que servidor nunca había sido gran amante de los últimos trabajos de Anathema. Los notaba demasiado azucarados y algo estancados comparados con aquellas obras maestras que uno considera «Judgement» y «A Natural Disaster». No obstante, con la publicación de «Distant Satellites» mi perspectiva comenzó a cambiar: empecé a ver otros aspectos que antes no me había parado a apreciar. Este disco causó sentimientos enfrentados, algo que quedó reflejado en mi reseña del mismo, pero gran parte de las críticas que pudiera hacer desaparecieron cuando los vi en directo en el festival Be Prog! My Friend. Esta banda ofrece unos conciertos tan increíbles a nivel emocional que es difícil no conectar con ellos, incluso con material que pudieras rechazar en primera instancia, y creo que esto (teniendo también en cuenta lo testarudo que puedo llegar a ser) es un excelente ejemplo del potencial de Anathema y de cómo son capaces de hechizar a prácticamente cualquiera… hasta a aquellos que renegaban de ellos.

Pero empecemos por el principio. Mother’s Cake fueron los encargados de tan difícil tarea como es abrir para los de Liverpool, y sin lugar a dudas cumplieron con creces. Para muchos fue chocante la propuesta que nos encontramos al entrar a la sala, puesto que su acertadísima mezcla de funk y rock setentero no era lo que podíamos esperar de una banda que telonea a Anathema… pero ellos supieron dar una patada en la boca a nuestros prejuicios. Durante 45 minutos este explosivo trío procedente de Austria estuvo despeinándonos a base de trepidantes ritmos, endiabladas líneas de bajo y enérgicas voces que hacían bailar hasta al más pintado. Si os los perdisteis en directo, redimid vuestros pecados y al menos buscad sus dos álbumes por Internet.

Tras una larga espera en la que nos pudimos dedicar a observar ese precioso backdrop con la portada de «Distant Satellites» (había que aprovechar porque sería el único momento del concierto en el que se vería… seguimos sin encontrarle el sentido a esto), a las 21:20 Anathema arrancaron su actuación, encadenando las dos primeras partes de «The Lost Song» y obteniendo una calurosa acogida por parte de las 580 personas allí congregadas. Se nota que son una de las bandas del momento y que desde su vuelta a la actividad discográfica todas sus visitas a la ciudad condal han sido un éxito. Con sus correspondientes dos entregas también llegó «Untouchable», proporcionando uno de los puntos álgidos de la actuación… y recordándonos que uno de los pocos problemas que tiene esta banda en directo son sus seguidores: gente que no sabe cuál es el volumen adecuado para cantar en un concierto y acaban dejándose los pulmones para desgracia de aquellos que se encuentran a su alrededor, que acaban oyendo mucho más altos los desentonados alaridos del vecino que a los propios Anathema. A todos nos gusta cantar, pero hay que saber dónde está el límite.

Como era evidente, la velada se centró en la presentación de ese estupendo «Distant Satellites» (para deleite de muchos, entre los que me incluyo), el cual interpretaron prácticamente en su integridad (tan sólo faltaron «Dusk (Dark is Descending)» y «You’re Not Alone») añadiendo algunos de los temas icónicos de sus dos predecesores. Es el caso de «Thin Air», la joya «The Beginning and the End» y la absolutamente excepcional «Universal» que dejó el listón tan alto que tan sólo podía ser superado por ese regalo de los dioses que es «Closer». La banda acertó enormemente al decidir hacer pocas pausas entre canciones para no alterar el cauce emocional que sus temas crean, pero en esas escasas ocasiones se recrearon mostrando una faceta muy amigable y divertida. Del español de Danny guardaremos en la memoria ese «yo soy un marinero» o  el policíaco»yo soy aquí quien hace las cuestiones» que nos arrancaron una sonrisa… así como el cante de «te quiero máh que a mi vía» de Vincent. Un ambiente insuperable que nos hizo sentir muy cómodos y que contribuyó a que sus 105 minutos de actuación se pasasen en un abrir y cerrar de ojos.

Imposible no destacar la excepcional labor de Daniel Cardoso a la batería (este hombre suena como los dioses), contribuyendo también al teclado en varias canciones y dejando en esos momentos a John Douglas tras las baquetas para darle algo de protagonismo (estamos convencidos de que sigue en la banda porque les apena tener que echarle después de tanto tiempo, pero su aportación al directo es prácticamente nula… esas percusiones son altamente irrelevantes). Del mismo modo, algo que uno no se explica es que teniendo 3 teclados y 6 personas sobre el escenario, todavía existiese la necesidad de samplear algunas partes. Quizá estaría bien que John aprendiese a tocar esas secciones con el teclado. Quien brilló con luz propia durante toda la velada fue Danny, dejando patente que, pese a que la mayoría del peso escénico se lo lleve Vincent como frontman, él sigue siendo el cerebro de la banda. Su dominio de la guitarra es sencillamente impresionante: sin hacer ninguna virguería técnica, el control que tuvo en las partes más emotivas de temas como «Ariel» o «Universal» nos dejó petrificados.

Para la recta final del concierto reservaron los temas electrónicos de su último trabajo, empezando por el tema título… que se cortó a los dos minutos por un fallo en el portátil de Cardoso. La cara que se nos quedó fue de postal, y todavía peor cuando Danny intentó justificarlo diciendo que «creo que el problema es que hay demasiado humo en el escenario».  ¿En serio? ¿No había una excusa peor? ¿Cómo iba a afectar eso? ¿El humo entró por el puerto USB y reinició el ordenador? Afortunadamente pudieron reemprender ese gran tema y acabarlo como es debido… junto a un «fucking computers!» que precedió a la bella «A Natural Disaster» antes de reemprender la tónica digital con la excepcional «Take Shelter». Para el bis, cómo no, se reservaron una «Fragile Dreams» que es el perfecto fin de fiesta. Por supuesto, dolió que no tocasen nada de «Judgement»… pero no nos acordamos de eso hasta que acabaron. Chapó por un banda que acaba de firmar uno de los conciertos del año. Chapó por una banda que se acaba de ganar el fervor de un seguidor más.

Promotor:RRS Promo / Eclipse Group

Día:2014-10-08

Hora:19:30

Sala:Apolo

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Mother's Cake

Puntuación:9