Amorphis y su Kalevala finlandés

Parece que fue ayer cuando AMORPHIS grabaron uno de los mejores discos de metal de toda la historia. Y lo siento si la subjetividad me nubla la mente, pero “Elegy” es ese típico disco que te llevarías a una isla desierta si te dieran a elegir entre unos pocos. Sin duda, marcó un antes y un después en la carrera de los finlandeses, tanto en términos de popularidad como en términos musicales.

Parece que fue ayer cuando AMORPHIS grabaron uno de los mejores discos de metal de toda la historia. Y lo siento si la subjetividad me nubla la mente, pero “Elegy” es ese típico disco que te llevarías a una isla desierta si te dieran a elegir entre unos pocos. Sin duda, marcó un antes y un después en la carrera de los finlandeses, tanto en términos de popularidad como en términos musicales. Varios vaivenes en cuanto a estilismos y la entrada del vocalista de Tomi Joutsen, es el resumen de una banda que tras más de dos décadas siguen sorprendiendo por su imaginería compositiva. Y con su nuevo y gran trabajo “Circle”, la excusa para visitarnos como cabezas de cartel, estaba más que servida.

Pero antes de que salieran a escena en territorio sevillano, la joven banda de Chicago STARKILL, haría su papel de invitado, ante una sala muy lejos de llenar ni siquiera la mitad de su capacidad. Gozaron de cierta simpatía del escaso público presente, pero aunque ese revival de unos Children Of Bodom en pañales puede tener su gracia en estudio, no lo es en directo. Con  mucha técnica y melodías. Ok. Mucho quemar mástiles y poses. Ok. Pero lineales y con muy poco entusiasmo. Les queda mucho camino por recorrer.

Todo se preparaba para la humilde pero efectiva puesta en escena de AMORPHIS, que ya fueron aclamados con su sola presencia antes de que comenzaran a sonar las notas de “Shades Of Gray”, y dieran continuidad a la presentación de su nuevo trabajo con “Narrow Path”. Tomi Joutsen, con su peculiar micro, no paraba de airear sus largas rastas y subirse a una tarima para reclamar la participación desde la última a la primera fila de la sala. Y dicho sea de paso, fue el más dinámico de la formación. Las muescas y gesticulaciones del resto de componentes, se podían contar con los dedos de una mano. Eso sí, una ejecución y un sonido impecable hacía que temas como “Sampo” y Silver Bride” se pudieran degustar en su máxima expresión. La locura llegó de la mano de “Againts Widows”, y siguió con “My Kantele”, no sin antes interpretar “The Wanderer” como mediador de esas grandes muestras de su querido “Elegy”. Pero otra sorpresa guardaban dentro de este ecuador de un concierto que iba en sentido ascendente: “Into Hiding”. Os podréis imaginar cómo fue acogida entre los muchos que tienen en alta estima “Tales From The Thounsand Lakes”.

Le llegaba el turno a un largo bloque de la era Joutsen, y es que no se puede olvidar que los finlandeses han encarrilado varios números uno en ventas desde su enorme “Eclipse”. Aunque el térmico comercial está muy lejos de aplicarse en estos casos. “Nightbirth’s Song”, que les quedó de miedo, y una enérgica “The Smoke”, fueron la prueba de que su público las acoge a todas por igual. La única representación de “The Beginning Of The Times” fue su potencial single “You I Need”, y remataron su recorrido hasta los bises con “Hopeless Day” y “Leaves Scars”. El ambiente era fantástico, y ya se prepara el público para dar lo último de sí en una última traca.

“Sky Is Mine” fue el inicio de un final con dos grandes bombas a punto de estallar. “Black Winter Day” hizo que explotara toda la sala y fue más que notoria una subida de emoción con esta joya sonora. Y para rematar, “House Of Sleep”, donde los asistentes botaron con ganas y rabia al mismo tiempo, sabiendo que este era el cierre del concierto.

El público no fue todo lo numeroso que se hubiera esperado en esta incursión de los fineses en tierras andaluzas, pero la banda lo dio todo en un concierto inolvidable. Quedaron fuera representaciones de su debut “Karelian Isthmus”, de “Tuonela”, de “Am Universum”, de “Far From The Sun” e incluso y sorprendentemente de “Silent Waters”, pero es muy difícil hacer una selección entre tantas jugadas ganadoras. Lo único que se les puede echar en cara es su corta duración. Hora y media para una banda con tanto muestrario en su catálogo, fue suficiente, sí, pero nos supo a poco.