Alter Bridge se consolidan en Barcelona mientras Halestorm ponen su primera piedra

¿Cuál es el verdadero punto fuerte de ALTER BRIDGE? ¿El pasado de sus miembros? ¿El talento vocal de Myles? No. El encanto reside en que es una banda que transmite, quizá una de las últimas dentro del rock más duro.

Soberbio show el que ofrecieron en Barcelona HALESTORM y ALTER BRIDGE. Los primeros como estrellas emergentes y los segundos como esperanza consolidada de lo que vendría a ser el hard rock de la generación actual y futura.

Unas ochocientas personas presenciaron la actuación de unos HALESTORM que se lo llevaron de calle. Lzzy Hale es un torbellino en directo, al estilo de las viejas guerreras del rock como Lita Ford, Joan Jett o Doro Pesch. Guerrera, imparable y capaz de mover la sala ella sola con su guitarra y unos tacones imposibles. Cabe decir que el atuendo de Hale es siempre motivo de comentario y en esta ocasión su ligereza de ropa fue la esperable. Triste, no obstante, que no solo sea la música la protagonista en una banda tan solvente como esta. Aunque, por otro lado, es obvio que en un panorama donde se ha normalizado el que una chica lleve las riendas de su banda, hagan falta elementos superficiales para ayudar a despegar. Lzzy, que no es tonta, sabe perfectamente esto y lo explota a su gusto con una actitud que va a camino entre lo sexy y lo mordiente sobre el escenario.

Tuvieron un buen sonido, pero unas luces de pena. Aún así, convencieron a un público que ya estaba muy entregado de antemano y que hace viable plantearse que vengan de cabezas de cartel. La gente coreaba, seguía y lo daba todo con HALESTORM, y eso no es lo habitual con un “simple” telonero. El setlist ayudó, pues no se dejaron nada de caña en casa: “Love Bites”, “Mz Hyde”, “It’s Not You”, “Freak Like Me”, “rock Show”…incluso hubo tiempo para un solo de bateróa y las infaltables “I Get Off”, “Here’s to Us” y “I Miss the Misery”. Lo que es curioso es, francamente, que actuaran como simples teloneros, cuando una parte importante de la gente venía a verles solo a ellos. Podrían haber venido perfectamente como co-cabezas de cartel y nadie se habría extrañado. Al final, la última vez que ALTER BRIDGE tocaron solos en Barcelona había 500 personas y ayer más del doble. ¿Tan bueno es “Fortress” o la señorita Hale tuvo algo que ver?

Tras un cambio de escenario de media hora, ALTER BRIDGE estaban listos para asaltar Barcelona con el que seguramente ha sido el mejor concierto que han hecho hasta la fecha en la ciudad. Fuertes, pasándolo bien en el escenario, con la soltura de quien se sabe bien ensayado y ganador seguro, los americanos ejecutaron un set que quedó muy equilibrado y que rozó las dos horas. La gran “Addicted to Pain” abrió el show, sabedores de que es el tema más accesible del disco, del mismo modo que “Slip to the Void” abría la gira anterior. El público, desde el minuto 0, volcado. Hay un interesante movimiento fan alrededor de la banda. Los asistentes no eran casuales, eran muy conocedores de la trayectoria de la banda y eso se notó en todo momento. No es lo mismo tener a 300 tios entregados y 1000 mirando que a toda la sala volcada.

Si bien el sonido fue mejor de lo habitual en Razzmatazz, no cabe duda de que en un futuro sería idóneo verles en un mejor lugar. ALTER BRIDGE no son solo caña y distorsión, como decían GIGATRON, sino que una buena parte de la belleza de su música reside en los detalles, a veces casi imperceptibles, y mucho de eso se pierde en una sala cavernosa y mal parida como Razz. En ese sentido, temas como  “Ghost of Days Gone By” sufrieron un poco, pero por lo general, el técnico de la banda salvó bastante bien la papeleta.

Con un repertorio muy fuerte (solo con que tocaran “Blackbird” y “AB III” enteros la gente ya saldría feliz), ALTER BRIDGE fueron leyenda en la ciudad Condal. No hubo un momento de flaqueza en el show, y ya fuera “Cry of Achilles”, “Waters Rising” o “Isolation”, lo que escuchamos fue temazo tras temazo. Saben conectar con la gente, especialmente un Myles Kennedy supremo a nivel vocal que reinó sobre el escenario toda la noche. Tiene todo el carisma que le falta a los cantantes de hoy en día, reunido en un solo y minúsculo cuerpo (que alguien le de un estofado al chico, por Dios). De la misma manera en que Kennedy se hizo amo de la derecha y centro del escenario, Mark Tremonti -pegatina de Dimebag incluída en su guitarra- se hizo dueño de la izquierda. Brian Marshall merodeó por todo el escenario de la misma manera en que sus lineas de bajo merodean por los temas de AB y Scott Philipps, discretamente escondido al final del escenario, llevó el peso rítmico del show de manera muy solvente.

¿Cuál es el verdadero punto fuerte de ALTER BRIDGE? ¿El pasado de sus miembros? ¿El talento vocal de Myles? No. El encanto reside en que es una banda que transmite, quizá una de las últimas dentro del rock más duro. Y mientras nos seguíamos preguntando esto, con “Calm the Fire” y “Rise Today” se fueron por donde habían venido, quedando claro que esto irá a más.