Segunda vez que la promotora Hard Times, acompañada de diferentes asociaciones
del pueblo malagueño de Alhaurín el Grande, ponen empeño e ilusión en ofrecer
un festival veraniego al sur de Andalucía. Y segunda vez que la asistencia deja
mucho que desear. Aunque supera la de la primera edición, parece ser que de
nada sirve que se amplíe el cartel con 8 bandas en esta segunda edición (5 en
la primera, con SARATOGA como cabezas de cartel), más de una de primera línea
dentro del panorama estatal; de nada sirve tampoco que se amplíe los medios
técnicos con la financiación correspondiente que esto supone, dígase un escenario
de mayores dimensiones, mejor equipo de sonido y de luces… y en resumen, de
nada sirve que este festival se condicione con gran mejoría en todos los aspectos
(me aventuro a decir que más que algunos festivales con cierto renombre), porque
la gente no va a los conciertos y esto hace que su crecimiento no sea a paso
agigantados. Esta es la cruda realidad y no hay excusas que valgan. En Andalucía
no existe la saturación de conciertos y de festivales que pueda haber en las
grandes capitales españolas, por lo que la baja asistencia se convierte en un
motivo de inexplicable naturaleza. O una de dos, o en el sur no hay seguidores
del estilo (cosa que dudo, porque en ciertas giras, con ciertos grupos, se han
superado las cifras respecto a grandes capitales), o el esperar a que lleven
a IRON MAIDEN al lado de tu casa se convierte en una costumbre cómoda que se
extiende peligrosamente más de la cuenta. Amigos míos, déjenme que les explique,
que si un festival no supera las x personas de asistencia, difícilmente se logrará
meter en el cartel de una próxima edición un grupo internacional o un grupo
nacional de gran calibre y así, sucesivamente. Eso sí, los andaluces nos quejamos
como nadie, que si no hay conciertos, que si no hay festivales…y a la hora de
la verdad… Perdónenme que inicie esta crónica con este gran tirón de orejas,
pero hay cosas que queman mucho, y en esta ocasión, más que críticas y quejas
a la organización, que por cierto no las hay desde mi punto de vista, habría
que criticar otros aspectos, como la pasividad del público malagueño y andaluz.

Sin más, os relato lo acontecido encima del escenario.

CONCRETE TREE

Lo que difícilmente puede prever cualquier organización de un festival es la
situación climatológica. Espero que el infierno no sea tal como lo pintan, porque
si su temperatura es semejante al sufrido a primeras horas de la tarde….. Era
para morirse.

Ante poco más de medio centenar de personas salían a escena provenientes de
Fuengirola CONCRETE TREE, para ofrecer en pocos minutos algunos de los temas
correspondientes a su primer y recientemente editado trabajo  “Sunrise In The
Sunset”, que si no me equivoco está auto producido y solo se puede obtener a
través de su página web. Al ritmo de temas como “Another Minute” o “Someday
(Three Steps To Walk)”, nos inundaron con sus fuertes descargas de metal cogido
de la mano con estilos como el hardcore o el scremo. A su vocalista Jacob Poulen
(danés de nacimiento) le faltó expulsar los pulmones por la boca, por la increíble
rabia y potencia que sacó a lucir con su voz. Con “1984”, los malagueños cerraron
una buena actuación donde tristemente los pocos ojos observadores fue la nota
predominante. Por cierto… ¿un batería tocando de espaldas al público? La primera
vez que lo veo.

KAOTHIC

Con el mismo calor y prácticamente con el mismo público, los madrileños KAOTHIC
pisaban el escenario para presentar su único trabajo editado hasta la fecha:
“Order To Chaos”. Este grupo comandado por el vocalista de TERRORISTARS, David
Curtonates, y por el guitarrista de SKUNK D.F., Alberto Marín, dejaron a más
de uno boquiabierto con su particular visión y mezclas de estilos dentro del
metal extremo que bañan cada una de sus composiciones. Personalmente destacaría
la técnica vocal que posee su vocalista, muy a tener en cuenta, aunque lo más
llamativo sea su extravagante imagen (y ya no digamos las pintas que se gasta
el tío en su banda madre). Garra, fuerza, melodía y mil atributos más, servirían
para describir el potencial del señor Curtonates que además de berrear con verdadera
credibilidad, es capaz de combinar partes melódicas de forma coherente y con
ejecuciones perfectas. Todo ello sin dejar de citar el dinamismo en escena y
la complicidad que consigue con el público. Su lado más melódico y melancólico
se vació de lleno en la versión (según sus palabras, “humilde tributo”) del
“Them Bones” de los grandiosos ALICE IN CHAINS. Supuso una sorpresa que rindieran
homenaje a una banda estilísticamente tan diferente a KAOTHIC. Por supuesto
que se agradece, y más ante tan magnífica interpretación.

 “Strange Confusion”, “Seven Times Seven” y la deathmetalera “Sphere” para
cerrar,  donde Alberto Marín, por si no había quedado claro, demuestra su maestría
en las seis cuerdas, fueron algunos cortes que interpretaron durante su corto,
aunque enérgico y aplastante, show.

DREAMAKER

Poco a poco iba llegando más público al recinto, aunque el calor no dejaba
de ser sofocante. Con más demora de la cuenta en las pruebas de sonido, “I Live
My Own Life” ponía el punto de partida para la participación en este festival
de los madrileños DREAMAKER. Se notaba que aunque el número de personas que
se disponían a disfrutar del show de Elisa y compañía era aún relativamente
reducido, muchos eran los conocedores de los temas que interpretaron el grupo,
sin duda una baza que jugó a su favor. La nota anecdótica la puso Oscar de LUJURIA,
que casi desde el primer momento se sumo a las primeras filas para dar ánimos
a la banda y de paso animar más el cotarro.

DREAMAKER basó su set-list prácticamente en su segundo álbum “Enclosed”, y
dicho sea de paso, era lo más lógico y gratificante, ya que la banda se ha desvinculado
totalmente del…digamos arquetípico power metal, del que hacían alarde en su
disco debut “Human Device”, que por otro lado, y como muchos saben, estaba compuesto
por muchos temas que Elisa, Albert y Jorge escribieron de cara a incluir en
un próximo disco con sus ex compañeros DARK MOOR. Solo, y si la memoria no me
falla, “Without Angel” sirvió como apunte de dicho disco. El resto, como decía,
canciones pertenecientes a su contundente “Enclosed”, un giro de tornas a un
estilo netamente heavy con elementos propios del thrash o del death en menor
instancia; sirvan como ejemplo “Living In Fear”, “The End Of Your Suicide”,
“Innocence Blood” o “Reverse Universe”, ésta última una de las mejores y de
las más esperadas.

Al igual que están haciendo en casi todos los conciertos de esta gira, incluyeron
en su listado de temas un medley de versiones compuesto por “Roots Bloody Roots”
de SEPULTURA, “Cemetary Gates” de PANTERA y “Du Hast” de RAMMSTEIN, que fue
acogido con los brazos abiertos y animó en gran medida a los allí presentes,
aunque a modo personal, dichas interpretaciones no pasan el listón de un simple
correcto. Todo lo contrario que en las ejecuciones de sus temas propios, donde
los miembros de la banda se sienten más cómodos y se desenvuelven con más seguridad,
y donde en particular Elisa, desarrolla mejor y más su voz a unos parámetros
más desgarradores. No se les puede achacar nada en este aspecto. Por cierto,
el guitarrista Javier Jiménez de los también madrileños EBONY ARK formó parte
del grupo durante el concierto, sustituyendo temporalmente (mientras encuentran
un sustituto) la baja de Matías Sosa, que abandonó el barco hace unos meses
por motivos personales.

En líneas generales, y teniendo en cuenta que su tiempo en escena se redujo
por las pruebas de sonido que antes mencionaba, DREAMAKER cuajó una correcta
y completa actuación.  

SPHINX

Mentiría si no dijese que una de las bandas que más ganas tenía de ver en este
festival eran los gaditanos SPHINX. Más que nada observarlos desde otra situación,
esto es, en un escenario grande, ya que mis anteriores experiencias han sido
en una sala cutre y siempre te quedas con la sensación de que les falta espacio
en todos los sentidos. Su vocalista Manuel Rodríguez me comentó en una entrevista
con motivos de promoción de su último y tercer trabajo “Paraíso En La Eternidad”,
que SPHINX era un grupo que salía a partirse la cara hubiera la gente que hubiera;
y tras su actuación solo tengo que darle la razón.

Con “No” y “Destino” iniciaron una actuación en las que las ganas nunca les
faltaron, y donde todos los miembros del grupo (excepto Justi que sigue tocando
sentado por problemas de espalda) dieron dinamismo y juego a todos los presentes.
Sobre decir que su vocalista siempre presta su voz al límite, sin omitir agudos,
y sin decaer en potencia a lo largo de todo el show. Prácticamente sin respiro,
siguieron con “Condenado a Vivir”, tema de su disco debut, que puso lo ánimos
más exaltados, y si a ellos le sumamos la versión de “The Trooper” que interpretaron
a continuación (¿hace falta decir de que grupo es?), la algarabía que se formó
entre el público fue más que notable.

Pero desgraciadamente SPHINX no las tuvieron todas consigo, fueron los más
castigados del festival, ya que sufrieron un gran recorte en su tiempo de actuación
para cuadrar los posteriores horarios que se llevaron a rajatabla, por la que
muchos temas esperados por su seguidores (“Momentos De Lucidez”, “Recluso 943”,
“Ángel Sin Piedad”…, por decir algunas) se quedaron fuera forzadamente. Además,
el sonido no les acompañó en todo momento (los solos de Justi sonaron a un mayor
volumen que los de Santi), aunque estos problemas quedaron en un plano secundario,
ya que la fuerza y la entrega que dejaron patente, aún con un calor de mil demonios,
fueron las notas protagonistas.

Cerraron su actuación con dos temas de su último disco, “A Las Puertas Del
Infierno” y “Esclavo De Tu Maldición”. Una gran participación fue la que SPHINX
nos ofreció a base de heavy metal sin concesiones consiguiendo que sus seguidores
se quedaran con ganas de más. Y eso es buena señal.

LUJURIA

Con la caída del Sol, el público que se iba acercando dispuesto a pasárselo
en grande era mucho más notorio, y si tenemos en cuenta que la siguiente banda
en aparecer por el escenario sería LUJURIA, la fiesta estaba asegurada. Y es
que, amigos míos, Oscar podrá ser el tío más hortera del panorama estatal, un
vocalista donde las palabras técnica y Oscar Sancho no tiene cabida en la misma
frase, pero carisma tiene más que dos o tres cantantes juntos. LUJURIA, sus
canciones, sus discos, y sus actuaciones en directo pertenecen a otro mundo.

Al igual que su última entrega discográfica, “¡¡¡Únete Al Escuadrón!!!” (un
directo grabado con los cojones de los 80 y la tecnología del 2000), “Escuadrón
69” y “Mozart Y Salieri” fueron la excusa perfecta para que LUJURIA pusiera
al respetable en pie de guerra. Los miembros de LUJURIA cumplen su cometido
a la perfección, pero es que la atención que acapara Oscar los deja la mayoría
de las veces en sombras. Y es que el tío….no para. No para de moverse a lo largo
y ancho del escenario, no par de hacer gestos que…(os imagináis, ¿no?), de hacer
comentarios (dedicados al Papá, a George Bush, a su madre….) que no puedes evitar
llegar a las carcajadas…A la misma vez que está cantando le da tiempo a bajarse
al foso de fotógrafos, ponerse un sombrero de palma que le arrojaron y de paso
saludar a TIERRA SANTA que estaba llegando al recinto en su caravana. Puro nervio.

Por supuesto que no faltaron una buena retahíla de temas insignia que guardan
en su cosecha: “Dejad que los niños se acerquen a mí”, “Hijos de la furia”,
“Levántate y Anda”, “Jeckyll & Mrs Hyde”, la emotiva “Espinas En El Corazón”,
“Maria martillo”…

LUJURIA aprovecharon bien su tiempo en escena (de hecho salieron a escena un
cuarto de hora antes para tocar más tiempo), interpretaron buenas canciones,
el sonido les acompañó, las luces comenzaron a funcionar en la segunda parte
de su concierto, y el gran ambiente que crearon, principalmente de la mano de
su vocalista, siempre es de agradecer.

Conciertos como este hace que servidor se rinda a los pies de los que muchos
consideran “la vergüenza del heavy metal español”. El grupo disfrutó de lo lindo,
el público más aún, y eso es lo que cuenta.

SKUNK D.F.

La verdad es que los madrileños tenían muchos factores a favor a la hora de
encarar este concierto. La noche había dado comienzo y las personas que ya había
en el recinto a las diez de la noche para asistir a este concierto formaban
una buena masa delante del escenario. Por otra parte, los juegos de luces podían
utilizarse en todo su esplendor añadiéndole a la actuación de SKUNK D.F. un
extra importante en su puesta de escena. Claro que de nada de esto sirve si
un grupo no saben hacer buen uso de dichos factores y mucho menos si no se tienen
buenas canciones para sacar a la palestra que es lo que verdaderamente importa,
pero lejos de todo eso, los madrileños supieron aprovechar al máximo estos condicionantes
y ofrecieron un gran concierto. Sin ser injustos ni irrespetuosos con el resto
de bandas que pasaron este día por el festival, SKUNK D.F. se llevaron el gato
al agua, y es que son ya muchos los años escenario tras escenario, y esa madurez
y experiencia que cargan a sus espaldas se refleja claramente cuando sacan adelante
un show tan redondo.

Su listado de canciones se basó en gran medida en sus dos últimos disco “El
Año Del Dragón” y “Neo”, que por otro lado son los que más popularidad les ha
dado. “Edén”, “Musa”, “La Nueva Voluntad”, “Este Dolor”, “Alicia”, “Dosis De
Fe”, “Icaro”, “Cirkus”, “En 5 Minutos” fueron algunos temas en caer de estos
dos citados trabajos, y la excusa perfecta para que todos los asistentes no
pararan de botar y corear cada letra de todas las canciones. El vocalista Germán
se mostró muy comunicativo con el respetable, Pepe D.F. (que traía consigo nuevo
look) y Alberto Marín (por segunda vez encima del escenario) cumplieron su cometido
de sobras y también jugaron un papel importante a la hora de dar dinamismo al
concierto. Y ni que decir la gran pegada y control de bombos del batería Álvaro
García….El gran ausente fue Fernando Almoneda, que actualmente está de ruta
con los SAVIA de Carlos Escobedo, aunque su sustituto Roy, participó con tal
naturalidad que parecía que llevaba bastante tiempo en la banda.

No se olvidaron de interpretar algunos temas más antiguos y convertidos en
clásicos, dígase por ejemplo “Anestesia” de “Dentro”, o “El Cuarto Oscuro” de
“Equilibrio” que sirvió para finalizar su actuación. Aunque a simple vista SKUNK
D.F. tienen un estilo dentro del metal un tanto distante del grosso de grupos
que participaban en el cartel (su metal de nuevo cuño va dirigido a un público
en concreto, o por el contrario, a un público abierto de miras), su concierto,
la gente que participó y disfrutó de su tiempo de show, y la calidad que atesoran
tanto como músicos como de personas, les dio la razón para estar presentes esa
noche.

TIERRA SANTA

Seré sincero. No es que sea TIERRA SANTA mi banda predilecta, pero aún así
les guardo cierto respeto por todos los años que llevan en el candelero, y por
todos sus discos editados de forma tan continuada. Bien es cierto que fui seguidor
en su día de sus primeros discos (aunque letras como “Drácula” me siguen causando
las mismas arcadas que por aquel entonces), pero no lo es menos, que sus últimas
publicaciones me resultan un discurso reiterativo y repetitivo por mucho que
incluyan tintes más propios del hard rock ochentero. Como con toda seguridad,
poco os importa mi opinión sobre la música de los riojanos, definitivamente,
seré objetivo.

Bastante público había expectante ante la actuación de TIERRA SANTA. Sin duda
era el grupo que más público acarreó, casi al nivel del cabeza de cartel, y
es que pueden presumir de tener una fiel masa de fans que les sigue allá donde
vayan. La primera parte de su concierto se basó en temas de sus más recientes
discos, teniendo como principal protagonista a su último “Apocalipsis”. “Nerón”,
“Alas de Fuego”, la propia “Apocalipsis”,”Nací Siendo Libre” o “Rumbo a las
Estrellas” se iban conjuntando con temas ya convertidos en himnos de la banda,
como “Sangre de Reyes”, “Indomable”, “Juana De Arco”, “Tierras De Leyenda”, 
“Pegaso” o la balada “Una Juventud Perdida”, que fue el reposo de su actuación,
ya que el resto de su repertorio iba cayendo casi sin descanso, a lo sumo con
presentaciones cortas por parte de Ángel.

Lo que no entiendo, son las críticas que recaen sobre TIERRA SANTA por su poca
movilidad encima del escenario. Joder, tampoco son estatuas. Se mueven lo justo
y lo suficiente que requieren sus canciones, es algo que se sabe de ellos, que
no coge por sorpresa a nadie y tampoco les hace restar puntos en sus actuaciones,
por lo menos desde mi punto de vista. Para cerrar su actuación echaron mano
de dos temas insignias de la banda, “La Canción del Pirata” (muy coreada por
todos esas estrofas iniciales de Espronceda”), y su mítico “Legendario”.

TIERRA SANTA cuajaron una correcta actuación y con un buen sonido en líneas
generales (algo que les faltó en su actuación en el Metalway Festival). Es lo
que se esperaba de ellos, y su puesto tan alto en el cartel, estaremos todos
de acuerdo, que era más que justo.

ROSENDO

Y la segunda edición del Alhaurín Rock llegaba a su fin con la actuación del
tito ROSENDO, por supuesto, con el recambio generacional en las primeras filas
del público correspondiente. Poca presentación necesita este personaje que a
día de hoy se mantiene con perfecta salud musical tal como deja reflejado en
sus últimos trabajos de estudio. Aunque su paso por este festival dejó cierto
sabor agridulce.

Con pocos minutos de retraso respecto a su hora prevista (1 y media de la madrugada),
Rosendo salió a escena con su típica pinta de andar por casa que siempre luce,
y acompañado por un bajista y un batería. El juego de luces e incluso la pantalla
luminosa de fondo hacía ver las prestaciones de las que goza un cabeza de cartel
aunque sea en un festival compuesto por bandas estatales. Como iba diciendo,
ROSENDO no cuajó una actuación mítica, ni personalmente, cubrió las expectativas
en torno a tan antológica figura. Su primera hora de concierto fue un compendio
de temas pocos conocidos por la mayoría de los presentes, esto es, como ocurre
en la mayoría de las actuaciones de las viejas glorias del rock y con toda la
injusticia del mundo, canciones en su mayoría pertenecientes a sus últimos discos,
en este caso de su reciente estrenado “Lo Malo Es…Ni Darse Cuenta”. Y es que
cortes como “Atajo De Cobayas”, “El Acogote”, “Cada Día”, de este último, o
“Sufrido” y “La Fauna” también de sus últimas entregas, podrán ser canciones
con una calidad indiscutible, pero sin combinarse con temas clásicos y conocidos
por un gran sector del público, tiene el peligro de introducir el  concierto
en una dinámica sosa y aburrida, como fue el caso.

No fue hasta “Masculino Singular” (aún siendo una canción de su penúltima entrega,
ya se ha convertido en todo un clásico), habiendo transcurrido ya la mayor parte
de la actuación, cuando el público levantó los pies del suelo un poco más. Los
momentos claves del concierto fueron escasos, y casualmente y con toda lógica,
vino de la mano de cortes míticos en la carrera del madrileño. ¿Ejemplos? “Flojos
De Pantalón” (ese solo de guitarra lo tendrían que enmarcar en oro), “Maneras
de Vivir”, “Agradecido”, y….poco más, sinceramente. Como tema de cierre eligió
“Navegando”, y se marchó tras una actuación que no llegó ni por asomo a la hora
y media de duración.

Señor Rosendo Mercado, antes de nada todos mis respetos se merece usía, pero
¿Dónde estaba el resto de clásicos que todos esperaban? ¿Cómo un cabeza de cartel,
el cual tiene que dar ejemplo y marcar la diferencia en más aspectos que los
puramente técnicos, hace una actuación tan corta? Vale; aquejaba problemas de
garganta por culpa del aire acondicionado, pero, y usando su lenguaje, se podrían
haber “enrollao” un poco más dada la situación. En fin, poco más que decir,
mucho ruido y pocas nueces.

Aunque con una pequeña decepción personal, el Alhaurín Rock merece una valoración
global de notable. La organización estuvo a un gran nivel cumpliendo los horarios
la mayoría de las ocasiones, montando una gran barra, evitando siempre las colas,
para que el público consiguiera cumplir con comodidad sus ansias y sed y de
hambre,  entreteniendo al personal en las cortas esperas de pruebas de sonido
con actuaciones de mimos, bailes étnicos, malabares…. También había varios puestos
de camisetas y demás adornos metaleros, además de uno que era exclusivamente
de vinilos, por lo que muchos coleccionistas tuvieron que recogerse las babas,
o por el contrario, vaciar sus carteras. Los grupos también estuvieron a un
gran nivel, y lo dice alguien que es casi antipatriótico musicalmente hablando,
aunque hay que reconocer que hay muchas y grandes bandas en España que pueden
satisfacer incluso más que las foráneas. En resumen, un gran día (y noche) que
esperemos que se vuelva a repetir en una tercera entrega. Por supuesto con más
público. Y si no es así….Tenemos lo que nos merecemos.

Texto y Fotos: Satur Romero

Datos:Campo de Futbol
Alhaurín (Málaga)
Publico: 1300 personas
Promotor: Hard Times Music

Día:27/08/2005

Puntuación:8