De nuevo AFTER FOREVER se marcaban una serie de shows por nuestro país para demostrar una vez más que lo suyo es patear culos y dejar por los suelos a toda banda que ose hacerles sombra. Aunque también es cierto que, si bien las comparaciones son odiosas, en el caso de los holandeses toda similitud posible cae rápidamente en saco roto, por lo cual me libro de ser apuntado con el dedo. ¿La razón? Pues que tal y como llevo diciendo desde que editaran su primer disco “Prison of Desire”, AFTER FOREVER traspasan las fronteras del gothic metal con todas las de la ley. Y si no díganme qué grupo de estas características puede ofrecernos en un mismo pack retazos de heavy progresivo, estribillos ochenteros ultrapegadizos o gothic metal sinfónico sin caer en el batiburrillo onanista, en el delirio disociativo o en la autocomplacencia carente de gancho. Coherentes, excepcionales y en evolución constante, la banda puede presumir de haber dado a luz, por poner un ejemplo ilustrativo, dos discos tan distintos como “Decipher” y “Remagine”, demostrando que se puede recorrer un largo sendero sin llenarse de tierra los zapatos. Mención a parte merecen las cualidades vocales de Floor. Quien todavía tenga dudas sobre quién es la cantante más sobresaliente de la música metal, que vaya corriendo a un especialista; ¿es posible dominar tantos registros a la perfección?

A pesar de lo exaltado de dichas afirmaciones he de decir que el concierto de AFTER FOREVER no es uno de los mejores que le he visto a la banda. Si bien se trató de un show excelente, no llegó al nivel estelar de otras ocasiones (como por ejemplo, el que les pude presenciar en el Graspop del pasado año), detalle que no viene a ser más que una pequeñez cuando ante ti has presenciado una experiencia que te ha hecho vibrar. Sin teloneros se presentaron en la Ciudad Condal y con un ambiente que no necesitó más de dos canciones para caldearse, la banda ya dejó claro su buen hacer desde un principio, por mucho que tuvieran que enfrentarse a un imprevisto que les obligó a tocar algo más concentrados de lo normal. Y es que tras haber interpretado, si mal no recuerdo, un par de temas ( “Discord” y “Transitory”, del nuevo disco) el guitarrista Sander Gommans nos anuncia que siente un dolor muy molesto en su brazo derecho, cuyo origen desconoce, y que no va a poder seguir tocando. Desconozco si el dolor estaría relacionado con el problema de salud que lo mantuvo alejado durante este verano de la banda, pero lo cierto es que todos los que allí nos encontrábamos nos quedamos bastante sorprendidos. Así pues, a partir de este momento, Bas Maas carga con todo el peso de las guitarras y Sander solo sube al escenario a hacer las voces black en las canciones que las requieren. Hasta ese momento, por otra parte, me fijé en que la voz de Floor tampoco había estado al 100%. Para nuestro regocijo, este hecho no duró demasiado, y ya al tercer o cuarto tema, habiendo calentado lo suficiente, comenzó a agasajarnos con ese chorro de voz tan característico. A este respecto, el punto culminante en el cual se nos cayó la piel a rodajas tuvo lugar durante la interpretación de la balada “Lonely” (bonustrack del último álbum de la banda). Y si no pregúntenle al señor Sergi Ramos, que en ese momento pasaba por allí y un poco más y se nos cae de espaldas (teniendo en cuenta que el señor Ramos no es precisamente un fanático del estilo, pues su mérito tiene, oye). Y es que, sin ser este tema la panacea de la composición, y resultando un corte que puede pasar desapercibido a más de uno escuchándolo en su casa, es necesario comprobar la potencia y la garra interpretativa de Floor Jansen en directo para impregnarse por unos momentos de majestuosidad. La magia de la música en directo.

Antes de que ello tuviera lugar, tuvimos la ocasión de escuchar otros temas, entre los que sobresalieron “Monolith of Doubt” que, hoy por hoy, podría considerarse uno de los clásicos inamovibles de la banda, el tema de influencias arábigas más representativo del combo, “My Pledge of Allegiance No.1: The Sealed Fate”, y la genial “Face Your Demons”, uno de los mejores temas de “Remagine”, sino el mejor. En las dos primeras pudimos comprobar un hecho que ya viene siendo habitual a lo largo de estos últimos años: si bien Floor ahora mismo es una cantante más capaz, con más registros y más técnica que la de hace 7 años, también es menos explosiva y, me atrevería a decir, espectacular. Los gritos agudos de los dos primeros discos que en su día la vocalista sostenía durante largos períodos de tiempo a día de hoy ya no tienen cabida en los directos de la banda (válgase como ejemplo la última estrofa de los dos temas del “Decipher” citados). La razón es bien sencilla. Nuestra querida Floor a día de hoy sabe cómo cuidar su voz, no se fuerza, se reserva y antepone la técnica y la experiencia a los destellos de lucidez. A cambio, hoy podemos disfrutar de una excelente cantante. Algunos echamos de menos según qué detalles, pero no se puede tener todo y hay que admitir que gracias a un par de sacrificios AFTER FOREVER tienen entre sus filas a la mejor vocalista que podemos encontrar en la presente década.

Para nuestra fortuna, pudimos disfrutar de un sonido claro y potente durante toda la velada, condiciones que por alguna razón brillaron por su ausencia en la anterior visita de la banda a la Ciudad Condal en la sala Razzmatazz. Así, pues la convincente “De-Energized” o el acertado hit single en potencia “Being Everyone” evidenciaron las equilibradas dosis de delicadeza y de garra por las que destacan en sus respectivos compactos. Llegado el momento para dar un respiro a las cuerdas vocales de Floor, el resto de la banda se dispone a interpretar una versión. ¿”For Whom the Bell Tolls”? Veamos, será un tema todo lo interesante que ustedes quieran, pero es la MISMA canción que tocaron en su última visita a Barcelona. ¡Será que no hay canciones para versionear! Invito a los señores de AFTER FOREVER a que llamen a su compinche Marco Hietala de NIGHTWISH para que les dé ideas si andan escasos, que por versiones que se ha sacado de la chistera este señor desde que está en la banda no será. En fin, minipunto negativo, por mucho que tenga su gracia ver a Bas Maas haciendo las veces de un James Hetfield jovencillo y empedernido. Con “Dreamflight”, por otra parte, tuvimos ocasión de deleitarnos con el lado más “progresivo” de la banda, y es que quien no se quedó embobado al escuchar esta extensa pieza es que sencillamente no se encontraba allí. Posiblemente fue el tema que alcanzó más cotas de intensidad esa noche, y que nos permitió descubrir interesantísimos matices de los que, al menos yo, no me había percatado durante la escucha del último disco. También fue en los nuevos temas donde pudimos comprobar el buen hacer del teclista Joost van den Broek, que se mueve en escena e interactúa con sus compañeros como si llevara en la banda desde el primer día, teniendo que recurrir a su teclado-guitarra en algún que otro momento para acercarse al frontal del escenario y poder seguir liberando así junto al resto del grupo adrenalina a lo largo de más metros de tablas.

El bis se compuso de los temas Forlorn Hope y la genial Follow In The Cry, lo que me pareció todo un detallazo para con sus fans más añejos, y es que hubiera sido un gesto fácil colarnos al menos uno de los singles de los últimos trabajos, sobretodo teniendo en cuenta que se trata de temas de los dos primeros discos de la banda y que fueron compuestos por el exiliado Mark Jansen. Especialmente emotiva resultó la arábiga “Follow In The Cry”, tema emblema donde los haya donde pudimos gozar una vez más con esos sorprendentes cambios de ritmo y las sorprendentes voces de Floor, especialmente de las tesituras más altas.

Se tocaron la mitad del nuevo disco, seis canciones, lo cual se podría considerar ligeramente exagerado viendo el bagaje que ahora mismo posee la banda y la calidad que atesora cada uno de los plásticos. A ello quizá sea menester añadir que la banda no estuvo más de una hora y veinte minutos en escena, pero ya se sabe, a la gran mayoría de músicos les motiva sobretodo interpretar temas nuevos en sus directos. Por lo demás, nada que objetar.

Al acabar el show la banda anunció que en breves instantes estarían firmando y conociendo a los fans en el interior de la sala a modo de improvisado Meet & Greet, lo cual resultó ser todo un detalle para el público asistente. Tristemente, ello implica tener que contemplar situaciones vergonzosas, como la de dos fans intentando toquetear a Floor mientras ella les espetaba algo parecido a “Eh, que soy una cantante, no un muñeco” (obviamente, los susodichos no sabían ni papa de inglés y no reprimieron sus actos), pero en fin, qué se le va a hacer, ¡estamos en España! Y no es la primera vez ni mucho menos que veo a los músicos molestos con la actitud de quienes se acercan a ellos, ya vayan drogados, bebidos o simplemente sean unos mamarrachos sin más.

Concierto sobresaliente, ejecución impecable, cantante estelar y una banda sin parangón en la escena. Considérate afortunado si eres capaz de empaparte totalmente de todo lo que la banda te ofrece. Si era la primera vez que veías AFTER FOREVER en directo, esperemos que este no sea más que el principio de tu estupor.

Texto y fotos: Penumbra

Promotor:Frontline

Asistentes:250

Día:24/09/2007

Sala:Sala Apolo

Ciudad:Barcelona

Puntuación:9