Había mucha, pero mucha expectación por ver a los AC/DC en el país que los vio nacer como banda, y es que para los australianos son un icono del país, tanto como los canguros y los boomerangs.

No estamos hablando solamente del tiempo récord en que se agotaron las entradas (una estrategia de publicidad más), con el consiguiente lleno absoluto en todas y cada una de las noches en que estan tocando (en grandes estadios) por todo del país. Hasta aquí sería lo que más o menos todo el mundo espera de una banda tan consagrada. Pero es que en Australia, en estos días, parece que ir a uno de los conciertos, el evento del verano, es  imprescindible para ser alguien.

La fiebre AC/DC se ha extendido por todos los ámbitos: desde programas especiales en radios generalistas, pósters de regalo con el “Dayly Telegraph” y promociones regalando entradas en todo tipo de productos.

Incluso la exposición estrella estos últimos meses en el Melbourne Art Centre -un museo de importancia nacional- ha sido AC/DC Australias Family Jewels”, donde se mostraba la trayectoria de la banda y se se exhibía una recopilación de memorabilia, exponiendo desde disfraces varios de Angus Young, el cañón de la gira de “For those about to rock” o el pasaporte y cartas personales de Bon Scott. Abrieron el concierto del jueves los “Calling all cars” a quien nadie hizo demasiado caso, y les siguieron “Wolfmother”, con sus toques zeppelianos.

Una vez caída la noche, todo estaba a punto para que las más de 70.000 personas que atestaban el estadio olímpico de Sydney dieran rienda suelta a su mitomanía. El concierto estuvo a la altura: el gran escenario con la locomotora de fondo, la larga pasarela, el sonido impecable y potente y un setlist dominado por los clásicos. No mucha diferencia con los conciertos que se pudieron ver en Europa hace unos meses: la campana de “Hell»s Bells”, el striptease de Angus en “The Jack”, los fuegos artificiales al terminar… Y esto es quizás lo que más me llamó la atención: con toda la expectación generada, siendo la primera vez que tocaban en Australia en muchos años, una se había hecho ilusiones de que el concierto tendría algún toque que lo hiciera más especial. Pero no. Ni un guiño a la audiencia, ni nada que hiciera sospechar que ese concierto no era el mismo que en todas partes. Comunicación con el público la mínima, y ni una triste mención a Bon Scott, más allá de las fotos proyectadas en las pantallas durante “High Voltage” y eso que esa noche se cumplían exactamente 30 años de su defunción. A parte de eso, hubiera sido difícil que decepcionaran a un público tan entregado, incluso cuando a Brian Johnson le empezó a fallar la voz hacia el final del concierto.

Tienen su show tan por la mano, y les funciona tan bien en todas partes, que da la sensación de que no necesitan modificar nada. Quizás podrían divertirse un poco más, pero eso ya sería otra cuestión.

Setlist:

  • 1. Rock N» Roll Train        
  • 2. Hell Ain»t a Bad Place to Be         
  • 3. Back in Black         
  • 4. Big Jack         
  • 5. Dirty Deeds Done Dirt Cheap         
  • 6. Shot Down in Flames         
  • 7. Thunderstruck         
  • 8. Black Ice         
  • 9. The Jack        
  • 10. Hells Bells        
  • 11. Shoot to Thrill        
  • 12. War Machine        
  • 13. High Voltage        
  • 14. You Shook Me All Night Long        
  • 15. T.N.T.        
  • 16. Whole Lotta Rosie        
  • 17. Let There Be Rock + A. Young Solo        
  • Bises:        
  • 18. Highway to Hell        
  • 19. For Those About to Rock (We Salute You)

Texto: Merimetal Fotos: Metaltravellers

Promotor:Desconocido

Asistentes:30000

Día:18/02/2010

Hora:20:00

Sala:Estadio Olímpico de Sydney

Ciudad:Sydney

Teloneros:Wolfmother + Calling All Cars

Puntuación:8