WACKEN 2012 DISNEYLAND-METAL BAJO BARRO
Ya estamos aquí después de haber vivido otro Wacken genial –y ya van 13-. Llueva o haga sol Wacken sigue siendo Wacken y nunca se suspende, pero este año ha sido, y de largo, el más duro de todos. No ha llovido tanto como en Wacken 2005 pero esta vez la organización no ha cubierto de paja y madera las zonas comunes ni las vías principales o espacios de conciertos, así que el caos ha reinado, y para muchos, esa es la sensación primera que nos llevamos. Esperábamos su comparescencia en el “Farewell” y ya avisaron que policía, bomberos y campesinos de la zona habían estado desbordados a la hora de abrir vías para que ambulancias, camiones de abastecimiento y policía pudiesen maniobrar. Supongo que lo primero es lo primero, pero hubo asistentes absolutamente rallados y desbordados por la situación.
Pero esto no quita que lo vivido fue histórico y excepcional… como siempre. De entrada deciros que los grandes triunfadores fueron Dimmu Borgir con la orquesta, In Extremo en un show colosal y Volbeat demostrando, otra vez más, que apuntan a futura banda de estadios. También cabe destacar el gran show de Coroner, el alucinante unplugged con orquesta de Moonspell, los mil trucos de directo de DAD, el despliegue pirotécnico de In Flames o los aplastantes Testament con un sonido brutal. Mención especial merecen Amon Amarth –alucinantes- y The Boss Hoss con mariachis. Esto sigue siendo Wacken y aquí las bandas juegan en Champions. Puedes verlas en otros festivales, sí, pero no es lo mismo. En Wacken todos van a muerte y dan lo mejor de sí. De Scorpions quedará más un show en el que salieron tarde, hicieron un solo de batería de 10 minutos y llovió a cántaros, cosa que pasó con Kamelot y Overkill y la gente tuvo que salvarse como pudo.
Ya os haremos un especial de todo lo sucedido, pero son imborrables las imágenes de gente revolcándose sobre el fango, los mil disfraces de la gente y el buen rollo reinante en todo momento. A pesar de todo la organización ha estado muy bien y hay muchas más cosas positivas que negativas, pero repito: ha sido el Wacken más duro en los últimos 15 años. La imagen de gente arrastrando por el fango maletas enormes y dejando miles de tiendas allí básicamente porque era materialmente imposible recogerlas queda para el recuerdo. Algunos recogimos la tienda y vimos que estábamos literalmente acampados en una ciénaga con gusanos enormes allí habitando. Pero a pesar de todo, uno levanta la cerveza y grita ese clásico WACKEEEEEEEN!!! Y ve que es feliz. Aunque la Disneylandia del metal esta vez haya sido negra, viscosa e inestable…
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