El mundo de la música ha evolucionado constantemente ya no solo en géneros y formas de ejecutarla, sino también en el modo de escucharla o, claro, de hacer de ello un modo de vida. Debido a la reciente aparición de una página web y con otros casos del pasado, Spotify y otras plataformas están en el debate del público: ¿pagan lo que deberían?

Aunque el crecimiento del formato físico a través del vinilo está teniendo una crecida de ventas a costa de la caída de la venta del CD, la forma más popular de consumir música sigue siendo el streaming. Normalmente el oyente tiende a pensar si merece la pena pagar un servicio de streaming pero no se detiene a pensar algo: ¿cobra el artista lo que merece por el servicio que utilizamos?

No han sido pocos los artistas que han rechazado aparecer en estas aplicaciones por intereses o convicciones propias, los hay incluso como Amanda Palmer que rompió con su discográfica y ofreció todas sus composiciones a una empresa por entonces desconocida llamada Bandcamp. 

Detrás de estas aplicaciones se encuentran siempre preguntas acerca de cuánto gana un artista por cada reproducción (como en Spotify, Apple Music y demás), si todas las ganancias son para el artista o si merece la pena meterse simplemente por publicidad en estas plataformas.

En el vídeo que nos ofrece Musicografía se da una versión sobre todos estos problemas que atacan directamente a la industria y para acompañarlo, se muestra qué artistas de metal extremo son los que más ingresos generan con su música.

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Musicografía