Cuero, tachas, calaveras, cadenas y motos son ahora símbolo del rock y de hombría, pero claro está que en los 60 toda esta parafernalia estética estaba en manos de otro colectivo.

Kenneth Anger no es un cineasta fácil. En 1964 realizó una polémica cinta de apenas 30 minutos, “Scorpio Rising”, en la que dio rienda suelta a su vena más homosexual pariendo una película corta que anticipó a los videoclips y a la MTV. No hay diálogos y sí un curioso filo argumental mezclado con imágenes que se combinan con 14 éxitos de la música pop-rock de los 50-60. Ricky Nelson, Ray Charles, el “Blue Velvet” de Bobby Vinton, Elvis Presley y demás se funden con imágenes de su protagonista, Bruce Byron, preparándose para una fiesta. Posteriormente hay una caótica combinación en la que se mezclan imágenes, símbolos nazis, cómics y una vieja película de la vida de Jesús de Nazaret.

Obviamente el film fue prohibido el día de su estreno y se quejaron tanto organizaciones cristianas como el partido nazi americano. El film insinúa más que muestra pero en cada parpadeo uno puede perder fotogramas provocadores que buscan justamente eso: provocar. Aparecen varias imágenes de sex symbols de la época como James Dean o Marlon Brando mientras suena la música y Scorpio va preparando su moto para salir de fiesta. Esta sube de tono y los primeros planos de hombres con el torso desnudo asoman constantemente mientras calaveras, cuero e imágenes de motos se cruzan ante nuestros ojos. Todo avanza hasta el trágico final. Fácilmente podemos conectar esta obra con “Easy Rider”, con la película “Terciopelo Azul” de Lynch y con muchas otras. Cuando Jesús cura a un ciego se puede tomar como que Scorpio puede hacer salir a la gente del armario (abren los ojos). Lleva una linterna que simboliza la luz, y cuando sube a su moto se combina con un corte en que Jesús sube al burro antes de entrar a la ciudad. Las letras de los temas juegan con las imágenes y la impronta de Scorpio armado con su metralleta y dando un sermón ha inspirado a muchísimas películas a la hora de mostrar al héroe de turno.

Cuero, tachas, calaveras, cadenas y motos son ahora símbolo del rock y de hombría, pero claro está que en los 60 toda esta parafernalia estética estaba en manos de otro colectivo. Creo que de todos es sabido de dónde Rob Halford tomó la inspiración, aunque desconozco si el visionado de este film llegó a ser determinante. Se lo preguntaremos la próxima vez que le entrevistemos. Anger fue un pionero a la hora de meter temas pop en películas siendo hoy en día algo más que habitual. Siempre está bien echar la vista atrás y ver los orígenes. Provocadora, rara, oscura y para mucha gente absurda e insoportable.