PELÍCULAS: LA COSA ( JOHN CARPENTER) 1982
De películas de terror y gore hay muchas, pero si aplicamos el filtro del tiempo y pensamos en títulos de más de 30 años que hayan envejecido bien, llegaremos a la conclusión de que no hay tantas.
De películas de terror y gore hay muchas, pero si aplicamos el filtro del tiempo y pensamos en títulos de más de 30 años que hayan envejecido bien, y que todavía contengan grandes dosis de miedo, angustia o que sean capaces de convencernos… llegaremos a la conclusión de que no hay tantas. Nuestro compañero redactor de esta casa: Penumbra, siempre ha sido un gran fan de esta obra de Carpenter, y tras visionarla, creo que hay que darle la razón. No es una obra perfecta, pero las reminiscencias a Lovecraft (“Las montañas de la locura”) y al relato de John W. Campbell Jr.(“Who Goes There?”) le avalan. Puede que no sea la mejor película de toda su filmografía pero este inquietante film merece sobradamente el título de película de culto. Incluso los efectos especiales (100% Carpenter) han llegado a pasar la prueba del paso del tiempo, no así la música, intrascendente, de todo un Ennio Morricone.
La acción se sitúa en la gélida Antártida y la sorpresa llega con un impactante inicio: Un helicóptero noruego dispara sobre un perro huski que huye asustado hasta llegar a una base norteamericana. El cánido es portador-huésped de “la cosa”, un engendro extraterrestre capaz de cambiar su forma y de adaptarse a todo tipo de formas de vida. La paz de la base se trunca tras descubrir cómo había quedado la base noruega; y poco a poco, el grupo de hombres va descubriendo que algo realmente grave puede ocurrir. La avanzadilla escandinava había dado con una nave extraterrestre y en ella moraba algo más que hierros y chatarra espacial. Pronto el ser mutará y cambiará de forma extendiéndose y reproduciéndose con imitaciones perfectas de animales y personas. La paranoia y la desconfianza entre los hombres de la base hará que se tengan que tomar drásticas decisiones. Una oportunidad perfecta para que Carpenter saque a relucir todo tipo de prótesis plásticas y efectos. Desgraciadamente se tira mucho de susto, de asco y de gore, cuando quizá haya que valorar la atmósfera oprimente y la sensación de desconfianza instalada.
Hay momentos realmente logrados y la trama funciona. De todas formas hay algunas actuaciones algo criticables y algún momento en el que nos muestran una tecnología absolutamente impensable para el año 1982 que, eso sí, ayuda a vertebrar la lógica del guión. El final, discutible, puede defraudar o parecerte genial, así que optaré por la segunda opción. Pese a que en su día fue una adaptación de una película de los 50, esta obra consigue convencer y hasta ha dado juego para crear una precuela. De hecho, hasta se podría llegar a rodar otra película sobre lo que podría haber pasado después de ese gran final. Lovecraft ya nos advirtió que la misteriosa Antártida posee un sinfín de secretos para descubrir. Otra cosa es que estemos realmente preparados para ello.
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