Entre broma y broma, la verdad asoma.

Viviendo en plena era de la lucha por la visibilización de colectivos marginados a lo largo de la Historia junto a la generación ‘’Copito de nieve’… ¿Cómo coño diferenciamos cuando ofendemos y cuando no? Esa ley no escrita que define de qué temas se pueden hablar y bromear que trazan continuamente la línea divisoria entre el humor blanco y el humor negro. Hacer coñas es algo natural en todos nosotros y en ocasiones sentimos cierta liberación al hacerlo con temas prohibidos, esos tabúes con los que hemos crecido que sólo nos atrevemos a mostrar ‘’en confianza’’.

Gracias a programas como «La Vida Moderna» muchos hemos experimentado un desencorsetamiento humorístico que llevaba años atrapado en la blancura televisiva y radiofónica pero también ha levantado ampollas en las Redes Sociales. Actualmente todo se discute y cuestiona en estos espacios de expresión sin filtros y nos hemos dado cuenta de que si antes pedíamos liberación ahora queremos establecer ciertos límites para que nadie se sienta ofendido. ¿Cómo podemos diferenciar cuándo está bien hacer el clásico chiste sobre Irene Villa o Carrero Blanco?

Existen un sin fin de ejemplos musicales que juegan continuamente en ese peligroso límite ya desde los años 70 e incluso muchos otros que definitivamente han abandonado todo prejuicio y se atreven a llevarlo al extremo como Tu Madre es Puta (O los infinitos memes sobre la exhumación del cuerpo de Franco). ¿Es lícito practicar este humor negro carente de todo tacto? En este vídeo analizamos diferentes puntos de vista filosóficos y culturales para saber practicar el arte de «La Commedia» sin gestar una reputación de mierda y sobre todo saber si realmente aquel tema que se protege en demasía acaba siendo más tabú de lo que ya es.

¿Dónde leches están los límites del humor?

Goatklaw