La historia de la música se escribe desde diversas perspectivas y estas a su vez son objeto de múltiples interpretaciones… ¿Dónde está el verdadero origen del Heavy Metal? ¿Dónde está esa chispa primigenia que lo originó todo?

El big bang de calidez sureña unida a un espíritu de reivindicación feroz y un poco de juego ‘’oscuro’’ repleto de simbología fueron los detonantes de una cultura que hoy en día mueve masas en el pit. Pudo abrirse paso en una Sociedad marcada por el control religioso que vio su primer enemigo en el rock and roll, que sentó las bases de todo un crisol de estilos musicales que crecieron de manera imparable a lo largo y ancho del planeta. Muchos tuvieron que estar en la cárcel e incluso llevarse unos cuantos palos para reivindicar un movimiento que ha inspirado a generación tras generación.

Ni el mismísimo Asa Carter, líder del Ku Klux Klan fue capaz de amedrentar todo lo que se avecinaba a nivel musical, catalizador de una Sociedad que estaba cambiando en valores y aspiraciones. Queremos ponerle nombre y apellidos a todo pero… ¿Qué es el heavy metal sino un crisol de culturas tintadas de riffs, bajos, baterías y voces poderosas? Quizá el estudio del mismo desde una perspectiva musical es dar la espalda a millones de matices que conforman un espíritu inquebrantable de rebeldía, actitud y determinación.

No era una cuestión de Satanismo, el ‘’baile de los negros’’ (Como se denominaba en la década de los ’50 al género rock and roll) sin quererlo estaba destapando un pozo oscuro de intereses de control mediático y social. Dio igual en qué punto el orbe estuviésemos, fue un espíritu colectivo que se abrió paso en forma de riffs imposibles y técnicas vocales extremas. Quizá descubrir de dónde salen los cuernos no nos hará descifrar por qué los Duplantier nos levantan de la silla con sus manos magistrales pero quizá nos hará comprender por qué estamos aquí y por qué sabemos que dentro de 50 años seguiremos amando este género.

Goatklaw