Preguntado sobre los motivos que le llevaron a meterse en un centro de rehabilitación, Halford se sincera. “Fue un cataclismo” explica. “La mayoría de hombres que me atraen, incluso ahora, son heterosexuales. El chico con el que estaba saliendo en aquel entonces tenía un problema con la cocaína. Teníamos una atracción física brutal, y había una enorme cantidad de violencia.

Hace unos años, navegando por internet, me encontré con una larga y jugosa entrevista que se publicó en la revista estadounidense The Advocate. Esta publicación es una de las más decanas dentro de la comunidad LGTB, fundada en 1967 y por cuya portada ha pasado desde Hillary Clinton a George Michael pasando por Ellen DeGeneres. Fue allí donde Robert John Arthur Halford decidió salir del armario, alrededor del mismo tiempo en que también concedió la reveladora entrevista a la MTV. Se encontraba en plena promoción del proyecto TWO, donde la androginia y la ambigüedad sexual se daban la mano con un estilo más industrial y –por entonces- actual.

Además de muchas preguntas por su vida como homosexual en los años 70 y 80 en el marco de una gran banda de heavy metal, Halford se sinceró frente a hechos menos conocidos de su vida personal. Halford admitía que es un celoso (“soy el típico tío celoso disfuncional, porque para mi está bien tontear por ahí, pero no quiero tu lo hagas”) y admitía sus desencantos con los hombres (“una gran parte de mis relaciones fueron esencialmente con hombres heterosexuales que de golpe se iban y se casaban. Simplemente experimentaban conmigo”).

Halford también hablaba de sus propios sentimientos de aislamiento en un mundo predominantemente heterosexual, el del rock and roll. “Era horrible” explicaba. “El show termina y todo el mundo se va al bar de strippers y se llevan a un montón de chicas a sus habitaciones. Yo no era así. Soy un hombre gay. Así que estaba muy aislado y solo. Haces un show delante de miles de fans que te adoran y luego…”. Halford bromeaba: “Imagínate, todos esos hombres delante de ti y te vas a tu habitación totalmente solo. Son las 11:30, cierro la puerta en el hotel y veo el The Tonight Show y me quedo dormido mientras todo el mundo está corriendo por los pasillos y haciendo cosas orgiásticas propias del rock and roll”.

Pero uno de los momentos clave de la entrevista llega cuando Halford es preguntado por su adicción al alcohol, que terminó con el vocalista metido en rehabilitación el 6 de enero de 1986, semanas después de haber acabado la grabación de “Turbo”, uno de los discos más controvertidos de JUDAS PRIEST.

Preguntado sobre los motivos que le llevaron a meterse en un centro de rehabilitación, Halford se sincera. “Fue un cataclismo” explica. “La mayoría de hombres que me atraen, incluso ahora, son heterosexuales. El chico con el que estaba saliendo en aquel entonces tenía un problema con la cocaína. Teníamos una atracción física brutal, y había una enorme cantidad de violencia. Nos golpeábamos todo el tiempo en nuestros momentos de locura alcohólica y cocainómana. Y un día, estábamos peleando y me largué por mi propia seguridad, llamando a un taxi. Mientras me estaba metiendo en el taxi, el vino y me dijo ‘escucha, quiero que sepas que te quiero mucho’. Cuando se dio la vuelta, vi que tenía una pistola. Momentos después se llevó la pistola a la cabeza y se suicidó”.

Desde aquel entonces, presuntamente, Halford dejó el alcohol y está recuperado desde hace años.  Curiosamente, no he sido capaz de encontrar ninguna letra de Rob informada por este trágico suceso, aunque “Love You to Death” de “Ram it Down” podría contener algunos elementos atribuibles al suceso.