DIEZ AÑOS SIN LAYNE STALEY
En estas fechas se cumplen dos tristes aniversarios. Uno, del que todo el mundo se acuerda y que se magnificó hasta el extremo por el momento, por la figura del músico y por la manera de morir. Kurt Cobain estaba en la cima de su carrera, pero de una manera incómoda, asqueado de la fama que le rodeaba. Después de más de una sobredosis, su cuerpo sería encontrado el 8 de Abril de 1994 en una habitación sobre el garaje de su casa. La causa oficial de su muerte fue la de un disparo en la cabeza, apuntando al suicidio; lo que no se explicaba era la cantidad de heroína y tranquilizantes en sangre, lo que hizo disparar las teorías conspiratorias. Moría el músico/persona, nacía el mito.
Por el contrario, hace diez años también moría otra figura clave en la música de los 90, la de Layne Staley, en unas circunstancias muy distintas pero con algunas coincidencias. A uno se lo encontraron tres días después de fallecer; a Layne dos semanas después, el 19 de Abril de 2002. Layne se había metido de lleno en un infierno y un pozo del que era imposible que saliera de otra manera; era consciente de ello. Sus problemas con las drogas venían de lejos; de ahí que el grupo estuviera en un largo letargo. Tras su desgarradora interpretación dentro de las ediciones de Mtv Unplugged, el grupo sólo daría cuatro conciertos como teloneros de KISS en 1996; el último concierto de esa formación fue el 3 de Julio de ese año en Kansas. Previamente, un año antes, habían sacado un disco homónimo que no tuvo gira de presentación, y Layne grabaría el debut de MAD SEASON, al que le pasó algo parecido, con algún concierto esporádico. Ni un comunicado avisando del parón ni nada parecido, simplemente se esfumaron. La figura de Layne se había ido una década, pero su voz se apagó un poco antes.
Una de las diferencias fue la manera en que nos enteramos de la noticia. Las televisiones (incluso las de aquí) se hicieron eco de que el líder de NIRVANA nos había dejado. En cambio, para un grupo como ALICE IN CHAINS tuvimos que saberlo a través de internet, que ya entonces empezaba a ser un monstruo a la hora de dar a conocer noticias al momento. Uno fue el icono de un movimiento, pero el otro fue seguramente la voz más personal de esos años gloriosos. No hubo nadie como Layne, y seguramente no lo habrá. Era único, y a pesar de que los focos se olvidaron de él, sigue presente como uno de los artistas que grabó algunos de los mejores discos de una época para recordar. Ambos unidos por el éxito de sus respectivos grupos, pero sobre todo por el de unas adicciones que terminaron con ellos antes de tiempo. Descansen en paz.
Para ahondar más en todo ese movimiento grunge, aprovecho para recordar el reportaje con sus distintas entregas que se hizo el verano pasado en estas páginas y al que se puede acceder a través del siguiente enlace. Muchos años han pasado, pero algunos grupos de aquella época están más vivos que nunca.
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