Brad Pitt tiene finalmente su película de zombies… ¿Las semejanzas entre la película y el libro de Brooks? Una. El título. Nada más. Es una lástima pues el éxito del libro del hijo del Mel Brooks era precisamente que era original y aportaba ideas y desarrollos diferentes a un tema ya tan manido y sobado como es la literatura zombie. Las espectaculares historias cortas situadas después de la Guerra Z se han esfumado para volver a caer en todos los tópicos habidos y por haber. Evidentemente, eso sí, el film no decepciona a base de imágenes espectaculares y escenas dantescas y apocalípticas, pero todo termina siendo un remake de “Estallido”.

Pitt tiene en su film a la familia perfecta con niñas rubitas a pesar de que se intente dar en la película el intento de globalización y protagonismo por parte de todas las etnias mundiales. La familia vive en primera persona el estallido del brote en Philadelphia de una supuesta rabia iniciada en Asia. El carrusel de persecuciones y escondites acabará haciendo que la ONU recurra al único hombre que puede arreglar esta crisis de dimensiones globales: Brad Pitt. Tampoco juega muy a favor el hecho de que por momentos los zombies provoquen más risas que terror. Eso sí, hay que darles el mérito a los guionistas de que por primera vez podamos ver a no-muertos haciendo de “castellers”. El asalto a Jerusalén parece inspirado en la saga de “El señor de los anillos”.

Dos horas de zombies con sustos y suspense predecible no convencerán para nada a quienes se enamoraron del libro de Max Brooks. Estaba claro que daba más para una serie televisiva que para una película. De todos modos hay muy buenos momentos y la cosa queda entretenida. Efectos visuales y sonoros espectaculares y algunas escenas de mérito, pero poco más. Lo que podía haber sido una película que reinventase el género ha quedado como una más con la tecnología del siglo XXI.