Ciertamente no me esperaba a aquel matrimonio de sesenta y tantos, el con camisa azul impoluta y jersey anudado al cuello y ella con maneras exquisitas, al fondo del City Hall al acabar el concierto de KILLING JOKE. No tenían pinta de ser fans típicos de la banda, pero se habían pasado el show atentos al escenario y vitoreando a la banda. Así que, o bien eran amigos de una de las muchas épocas que la banda ha habitado en nuestro país  mientras grababan discos o bien eran seguidores de los inicios de la banda, reconvertidos ahora en respetables ciudadanos que terminan agitándose ante el ataque sónico que sigue representando el repertorio de la banda británica.  Pero más sorprendente aún fue otro detalle: tendemos a pensar que KISS inventaron el shock rock, tendemos a pensar que U2 inventaron el rock escapista con efectos de flanger en la guitarra, tendemos a pensar que IRON MAIDEN inventaron el heavy metal y que RAMMSTEIN inventaron el metal industrial, tan solo porque fueron las expresiones más exitosas de sus respectivas propuestas. Pero lo cierto es que antes de KISS estuvo ALICE COOPER y THE CRAZY WORLD OF ARTHUR BROWN, antes de U2, PINK FLOYD sentaron las bases, antes de IRON MAIDEN, THIN LIZZY crearon la mayoría de elementos que estos luego popularizarían y antes de que Till Linderman mirara gélidamente al público en medio de un ataque rítmico y sensorial con RAMMSTEIN, Jaz Coleman estaba haciendo lo propio desde 1979 con KILLING JOKE. De hecho, es impresionante comprobar la cantidad de elementos que Lindermann ha tomado prestados del bueno de Coleman. A lo largo de los 90 minutos de show de la banda, Coleman conquistó a un público predispuesto. No en vano, la banda no había pasado por España desde el 2008 y había ganas de escuchar los temas de “Absolute Dissent” y “MMXIII” en directo.

Con puntualidad, la banda salió a escena a las 21:30 y atacaron directamente con “European Super State”, “Sun goes Down” y “Rapture” para comenzar. Por delante de todo, el contraste entre la anti-armonía que expresa la voz de Coleman y la sincronía total de Kevin Walker, Martin Glover y el gran baterista Paul Ferguson, que fue una maquina rítmica imparable toda la noche.  Las nuevas “Pole Shift” o “Fema Camp” conjuraron imágenes que recordaban a la época gloriosa de la banda y cuadraban perfectamente en el set. Incluso la reacción del público parecía a la altura de los grandes clásicos de la noche. Era complicado no contagiarse del nivel de entrega de un Coleman que no dejó de agitarse, de poner caras y de intentar dar miedo durante toda la noche (aunque a estas alturas, como respetable cincuentón ya no lo consiga tanto).

Con un sonido muy decente, especialmente en el caso de una banda con tendencia a saturar, el show de KILLING JOKE se apoya especialmente en la contundencia con la que la banda ejecuta. Pese a todas sus raíces punk y el caos que asoma en sus canciones, KILLING JOKE son una locomotora en directo. Si hubo un tema que sonó a absoluta gloria fue “The Great Cull”, de su penúltimo disco. Absolutamente a la altura de cualquier cosa que parieran en su “época de gracia” de principios de los 80. Coleman ofreció una interpretación muy convincente que le reafirma en su papel de vocalista y frontman de la banda tras treinta y tantos años.

El fin del show llegó, como no podía ser de otra manera, con “Wardance” y finalmente “Pandemonium”, con la sala bañada en flashazos de luz y la banda dando lugar a un final repleto de ruido y el feedback más hiriente. Como debe ser.

Texto y fotos: Sergi Ramos

Promotor:Doctor Music

Asistentes:250

Día:17/04/2012

Sala:City Hall

Ciudad:Barcelona

Puntuación:8