Chickenfoot: III

Suele haber dos tipos de discos: los que tienen uno o dos temas remarcables adornados de otros que quedan por debajo (o que son relleno, directamente), y otros que son compactos y no tienen ninguno en concreto que destaque sobre los demás, haciendo del conjunto su mejor baza. Luego cada uno tiene subdivisiones, pero a grandes rasgos se podrían dividir tan solo en esos dos casos. ¿Para qué digo esto? Pues porque ‘III’ de CHICKENFOOT ha conseguido que el bloque de los diez temas que lo forman sea su fuerte, y que por separado cada canción tenga potencial suficiente para ser single o al menos ser recordada escuchándola un par de veces.

Hacía tiempo que no me ocurría encontrarme un disco con un gancho tan fácil como esta segunda obra de la banda nacida hace escasamente tres años; no quiero que se malinterprete eso de fácil, porque aquí las composiciones no son simples, sino que las han hecho muy accesibles. Bendito el momento en que Sammy Haggar y Michael Anthony se juntaron con Joe Satriani y Chad Smith para dar forma a este supergrupo; porque este sí que lo es, que ya se sabe que ese calificativo es usado muy a la ligera cuando músicos de renombre de distintos grupos se unen en un nuevo proyecto. Para este han repetido formación para la grabación, pero el puesto de batería para la gira lo ocupará Kenny Aronoff ante la imposibilidad de Smith con la salida de la nueva obra de RED HOT CHILI PEPPERS.

Lo que nos encontramos en ‘III’ no es más que una continuación de su notable debut: rock clásico, tanto en estructuras como en sonido, donde (de igual manera que las canciones en sí) no destaca ninguno de los músicos sobre los demás: aquí no hay espacio para el virtuosismo de Satriani, porque para eso ya tiene otra carrera, pero sí para solos a la altura de las canciones. ‘Big Foot’, con su curioso vídeo (ya con la aparición de Aronoff) sirvió como adelanto perfecto: tema de ritmo machacón y pegadizo, con la inconfundible voz de Hagar bien acompañada en momentos puntuales por los coros de Anthony. Ahora multiplicamos por diez esa frase con distintas variantes, y tenemos el resultado final del álbum.

Muy parecida al single suena ‘Up Next’, que viene precedida por un trío de ases que abre el disco. ‘Last Temptation’ algo más pesada, ‘Alright Alright’ subiendo las dosis de gancho con su estribillo, y ‘Different Devil’ con un ritmo incresdendo. ‘Come Closer’ pone la nota distinta, partiendo el trabajo en dos; un medio-tiempo con aire de balada a la antigua usanza donde Haggar despliega todo su sentimiento; si no el mejor corte, uno de los más destacados. Algo máss experimentales se muestran en ‘Three And a Half Letters’, a la par que directos y crudos en alguna de sus partes, siendo el tema donde cobra algo más de protagonismo la guitarra. Para la recta final vuelven transmitir buen rollo en ‘Dubai Blues’, se calman en el segundo medio tiempo ‘Something Going Wrong’, antes de terminar de manera alegre y algo acelerada en ‘No Change’, con esos coros que están llamado a ser una fiesta en sus conciertos.

‘III’ es la confirmación de la continuidad de un grupo nacido casi de la nada. CHICKENFOOT tienen recorrido, y más si siguen sacando discos así. Parecen sacados de otra época (por otro lado, lógico si vemos quien está tras el grupo), pero suenan a la vez modernos. Rock clásico en el siglo XXI, demostrando que los viejos rockeros nunca mueren.