Kamelot: Ghost Opera

Poco a poco, siguen creciendo. Los noruego/americanos KAMELOT editan nuevo disco y con él devuelven un pedacito de esperanza al Heavy Metal actual, algo que algunos ya dabamos prácticamente por perdido. “Ghost Opera” es la nueva obra de la banda de Roy Khan y Thomas Youngblood y, como suele ser el caso, no decepciona.

Hacía un par de años desde que Kamelot editaran su último trabajo de estudio, “The Black Halo”. El disco fue uno de los más exitosos de la carrera de la banda, consiguiendo que algunos de sus temas, caso de “March Of Mephisto”, pasaran a ser clásicos instantáneos para los fans de la banda. Poco después, en el 2006 la banda decidió grabar un CD y DVD en directo que sirvió como aperitivo para ir haciendo boca hasta la llegada del nuevo disco. Y ciertamente, ahora ya en el 2007, podemos decir que “Ghost Opera” es uno de los mejores trabajos de la historia de la banda, aunque la sombra de “The Black Halo” es realmente extensa.

A priori, “Ghost Opera” es un disco más complejo. Las instrumentaciones son inevitablemente las propias de Kamelot, pero si que se puede observar una cierta modernización en el sonido habitual de la banda. Guitarras con afinación baja en algunos temas, un Roy Khan bajando alguna octava y cantando mucho más dramaticamente que nunca antes, un aire melancólico que supera el de todos los discos anteriores de largo… Toda una serie de pequeños movimientos hacia delante que, sin duda, han convertido a Kamelot en una banda incluso más apetecible que la última vez que editaron un disco.

El disco se inicia con la intro “Solitaire”, protagonizada por un violín abandonado de triste sonido que sirve para ambientar al oyente y dar la entrada perfecta a “Rule The World”, un buen tema para iniciar el disco. Posee un trabajo de guitarra sobradamente familiar para aquellos que sigan las andanzas de Thomas Youngblood tras las seis cuerdas desde que Kamelot sacaron la cabeza hace ya unos añitos, con profusión de momentos tipicamente utiles para mover las melenas de izquierda a derecha. Roy Khan canta el tema como si practicamente te lo estuviera cantando en la oreja, algo que no deja de sorprenderme nunca con este tipo. Su habilidad para hacer sentir al oyente una cierta dosis de cercanía es admirable.

En el tema que da título al disco, KAMELOT hacen un ejercicio de heavy metal sofisticado con ciertos toques progresivos y que se aleja de la senda que muchos esperaban que la banda tomara cuando editaron un disco como “the Fourth Legacy”. Por así dcirlo, KAMELOT son hoy en dia – a nivel sónico- lo que QUEENSRYCHE eran hace veinte años. La diferencia más obvia es que las orquestas llenan mucho mejor el sonido y que Roy Khan tiene una voz algo más grave que la de Geoff Tate, pero dejando a un lado esos detalles, hay que admitir que Kamelot han conseguido una estatura compositiva que justifica la comparación.

La temática medioambiental hace acto de presencia en la durísima y casi industrial “The Human Stain”. Es uno de los temas que uno jamás esperaba escuchar de Kamelot en lo que a la música se refiere. Es extraño, misterioso pero a la misma vez es extremadamente simple y cargado de guitarras aplastantes. En “Blücher” actúa como invitada una buena amiga del grupo, Simone Simons de EPICA. Si bien su colaboración es acertada, es mucho mejor y más destacable la de Amanda Sommerville en dos ocasiones, caso de “Love You To Death” y “Mourning Star”

El lado más sensible de Roy Khan queda al descubierto con la intima balada “Anthem”, donde sólo hay dos protagonistas: el piano y Khan. El tema está dedicado al hijo recién nacido de Roy y, sinceramente, se nota el empeño que ha puesto su padre a lo largo de la canción. Es ciertamente emocionante escuchar a Khan cantando algo como “I’ll be the best I Can” en ese contexto…

Si alguien pensaba, cuando Kamelot tocaban para 50 personas en la ya extinta sala Garatge de Barcelona, que era una banda fruto de la explosión del power metal a nivel europeo, sólo cabe decir que estaba muy equivocado. Pocas bandas han conseguido evolucionar tanto y sin fallecer en el intento como los de Oslo / Florida. Bien por ellos.