La jornada final de Rock Imperium estaba destinada a ser la más multitudinaria y espectacular principalmente por traer el que, en principio, sería el último concierto de Kiss en España, quienes son siempre un sinónimo de una producción escénica sin igual.

Presentando otro día que era una oda al sonido hardrockero más clásico, Rock Imperium se disponía a cerrar una segunda edición que por un lado ha supuesto muchas mejoras y por el otro ha planteado una nueva sarta de desafíos. Pese a todo, la propuesta murciana parece destinada está destinada a la vieja escuela, y vistos los cachés de quiénes han desfilado por sus escenarios solo cabe tratar de anticipar quién podría acudir el año que viene.

Arranca el último día

Con un gran telón de fondo y con el nombre de Death And Legacy en él se presentaban los zamoranos con su cantante Hynphernia enfundada al completo de cuero pese a las altas temperaturas que hacía a las 16:00h. Sonaron claros y potentes y presentaron varias composiciones de su reciente trabajo ’D4rk Prophecies’  junto a una pequeña sorpresa, la colaboración de Javi Sagittar, cantante de Killus, para interpretar dos temas: “The Unnamed Shadow” y “Damned”.

Death And Legacy (Foto: Jesús Martínez)

En una inesperada cancelación de última hora por problemas médicos de Tobias de Nestor, en el escenario Estrella de Levante, los murcianos 91 Suite tuvieron la oportunidad de volver de nuevo a Rock Imperium e impregnarlo todo con su hard rock al estilo Mr. Big. A pesar de su confirmación a última hora consiguieron reunir a varios fans a los que el sofocante calor no les achantó lo más mínimo en plena hora de la sobremesa. El sonido irregular de volumen se combinó con su propuesta musical y puesta en escena lineal, pero con unos integrantes muy entregados su nivel es digno de ser reconocido.

91 Suite (Foto: Lolo)

En cuanto la BSO de Terminator comenzó a sonar por las PAs (probablemente la banda sonora más usada antes de los conciertos), el público se dispuso a recibir a Elegant Weapons con entusiasmo pese al calcinante calor de media tarde. La banda salió con todo al ritmo de «Do Or Die», marcando el estándar de un concierto enérgico que no levantó el pie del acelerador.

Elegant Weapons (Foto: Jesús Martínez)

El simpático Ronnie Romero se encargó de animar a un público al que afirmó haber echado mucho de menos, ejerciendo de incombustible director de orquesta durante los sesenta minutos de actuación, pese a que Richie Faulkner se llevó un gran número de miradas con su airoso desempeño en la guitarra. Aunque la palabra supergrupo se me antoja rimbombante y hasta falaz, lo cierto es que el nivel de los músicos era muy elevado, y al final salta a la vista que lo que quieren es pasarlo en grande mientras sus proyectos principales se toman un descanso.

Elegant Weapons (Foto: Jesús Martínez)

Sí que se notó que el público estaba más ahí por el caché del grupo que por el conocimiento de su primer lanzamiento, volviéndose locos con la versión que hicieron de «Lights Out», con la que se subió la temperatura de un recinto a punto de estallar en llamas. Un «Downfall Rising» muy reminiscente de Pantera supuso el retorno a los temas propios, mientras que «Dirty Pig» llenó el escenario de unos gruñidos de cerdo que pillaron a más de uno por sorpresa.

Elegant Weapons (Foto: Lolo)

El final del show fue de la mano de «Bitter Pill» con la que este «supergrupo» supo mantener los niveles de intensidad por las nubes, valiéndose de una celebrada versión de «War Pigs» para concluir un concierto sin momentos bajos y que dejó ganas de más. Cabrá esperar si un proyecto tan peculiar se frecuenta por el circuito de salas para ver cómo se desenvuelven en un concierto propio, pero resulta innegable que las sensaciones que causaron en Rock Imperium 2023 fueron muy buenas.

Elegant Weapons (Foto: Lolo)

Caldeando aún más el ambiente en el Heretic Stage, en su primera vez en Murcia, los chicos de Rise To Fall sin duda enamoraron tanto a fans como a curiosos a pesar de coincidir con Ronnie Romero y compañía con Elegant Weapons. Su sonido arrasador con grandes influencias de los primeros discos de In Flames han cautivado al personal, incluso cuando tocaron canciones de su reciente nuevo disco, que suelen ser un riesgo en festivales. Fueron cercanos y tuvieron una energía descomunal en todos los temas a pesar del aumento del calor en la última jornada del festival.

Rise To Fall (Foto: Jesús Martínez)

Desde que Lordi participasen en Eurovision 2006 obteniendo el triunfo de dicho concurso, su reputación ha ascendido vertiginosamente. Aunque están lejos de ser una banda que tire de clichés o convencionalismos a la hora de crear su música, y de aquella formación que les vio triunfar en el continente europeo tan sólo queda Mr. Lordi. En lo que a su participación en este festival se refiere, en la jornada de hoy su presencia ha sido más que acertada, y es que Kiss es una de las influencias principales del grupo finés, como bien señaló el citado vocalista.

Lordi (Foto: Jesús Martínez)

Comenzaron con «Dead Again Jayne», que forma parte de su nuevo trabajo de estudio ‘Screem Writers Guild’. Centrados en este redondo, la primera parte de su show, se hizo algo más espesa, pues solo destacó de su primera mitad la mítica «Blood Red Sandman», donde el frontman se acercó con un saco de confeti rojo con el que bañar a sus compañeros de escenario.

Lordi (Foto: Jesús Martínez)

Pasado el ecuador, llegó la neófita «Scarecrow», preludio de la gran traca final. Tras el solo del recién incorporado Kone «Devil Is A Looser» que puso a bailar a la gran totalidad de gente que se amontonaba en los aledaños del escenario principal. El ritmo no decayó, pues el icónico ‘The Arockalypse’ de 2006 salió a relucir con ‘Who’s Your Daddy?. «Would You Love A Monsterman» solo fue el aperitivo perfecto para que «Hard Rock Hallelujah» pusiera el broche de oro.

Lordi (Foto: Lolo)

Quizá Lordi sea una de esas bandas que se disfrutan más con un espectáculo más íntimo. El calor abrasador tampoco ayudó al desarrollo de la experiencia, mucho menos para los músicos, que con los disfraces a punto estuvieron de morir de insolación. Para lo que sí que sirvió el sol, fue para la sarta de bromas entre tema y tema. Está claro que la actuación de Lordi cuadraba perfectamente con la de los cabezas de cartel, y fue un buen entretenimiento en la larga espera que había por delante para su actuación.

Lordi (Foto: Lolo)

Le tocaba asaltar el escenario pequeño a los barceloneses Redshark, que llevan ya un tiempo recorriendo Europa presentando ‘Digital Race’. Como ya pasara con Iron Curtain, un grupo de fieles se congregaron para recibir «The Drill State», un misil de Speed Metal que definió con solvencia cuál iba a ser la tónica del espectáculo.

Redshark (Foto: Lolo)

Uno tras otro, los temas rápidos y agresivos de los catalanes fueron cayendo sobre sus fieles y sobre los viandantes que se detuvieron a contemplar el concierto. Cortes como la homónima «Digital Race'» o «Kill Your Idol» calaron especialmente bien por sus estribillos coreables, auspiciando que la interacción con el público les diera aún más energía.

Redshark (Foto: Lolo)

La nota amarga fueron sin duda los problemas en la guitarra de Javi Bono, al que se le llegó a apagar el instrumento hasta en dos canciones. Se dice aquello de que los escenarios pequeños tienen el sonido maldito, pero afortunadamente el grupo supo capear la incidencia de forma que no menoscabara a su música, destacando la presencia sobre las tablas de su cantante Pau Correas, que supo ejercer de fronman y sacar adelante al grupo pese a los problemas técnicos.

Redshark (Foto: Lolo)

El sprint final del concierto, con unas palabras de agradecimiento del guitarrista Philip Graves incluidas, las compusieron una «I’m Falling» muy cantada y todo un trallazo como «Stronger Than Ever», que allanaron un concierto que aunque breve y accidentado, presentó a un grupo en un fantástico estado de forma.

Como ya ocurrió con Elegant Weapons, el término superbanda es excesivamente rimbombante, pero cuando un grupo consigue alinear calidad musical e historia, tal vez sea adecuado emplearlo. The Winery Dogs arrancó y el doble pedal de Portnoy hizo estallar el escenario sin necesitar la pirotecnia de Kiss.

The WInery Dogs (Foto: Lolo)

Desde el minuto 1 se escuchó a una banda que se movía a la precisión milimétrica de un reloj, y que aún así derrochaba más energía que grupos más cañeros al ritmo de «Captain Love» y «Hoy Streak»,que tras un breve problema técnico, pudo tocarse íntegramente. Volvieron a la carga con «Desire», que con su ritmo algo más sesgado logró equilibrar el concierto.

The Winery Dogs (Foto: Jesús Martínez)

The Winery Dogs ocupaba una extraña posición de sub-cabeza de cartel, tocando algo más que el resto de bandas, pero a la sombra del grupo principal, al que le hicieron de muleta. Las máquinas de humo con las que acompañaban su espectáculo funcionaron especialmente bien en temas como la misteriosa «Stars». Aún así el grupo sufrió una sección intermedia que se hizo algo larga, aún cuándo en ningún momento perdieron la atención ni del público que estaba esperando a Kiss.

The Winery Dogs (Foto: Jesús Martínez)

Tampoco ayudó el mal sonido que tuvo que padecer el grupo, especialmente en la parte final del concierto, la más crucial, impidiendo que «Oblivion» pudiera brillar como debía. Aun así el grupo pudo brillar con «Regret», con la que consiguieron alimentarse de la clase de energía que hay en el ambiente de antes de un concierto importante.

The Winery Dogs (Foto: Jesús Martínez)

En el momento en que «Elevate» cayó como una caricia de despedida sobre el público, el ambiente seguía tan festivo como al principio del show, lo que, dadas las circunstancias, es una victoria. El estilo encajó como un guante respecto a lo que iba a deparar la noche, y The Winery Dogs tuvo la oportunidad de lo controlados que tienen los escenarios más grandes.

The Winery Dogs (Foto: Jesús Martínez)

Una de las bandas top en el Heretic eran Misery Index, que para todo buen amante del death metal fue la antesala perfecta para lo que se avecinaba después con Aborted. Reuniendo a una buena cantidad de forofos que se dejaron la piel con un sonido limpio a la par que demoledor. Su setlist fue corto pero resultón, y junto a la versión de Nailbomb “Wasting Away”, resonaron “Traitors” y “New Salem” entre el resto de canciones. Sobrios pero poderosos sin duda.

Misery Index (Foto: Jesús Martínez)

Los reyes del festival: Kiss

Después de realizar sus últimos conciertos de su historia en España en 2022 con sendos shows en el Barcelona Rock Fest y en el Wizink Center de Madrid, Kiss volvieron a España para realizar un último (ultimisimo, de verdad, esta vez sí) show hasta que anuncien su próxima gira. Con Simmons y Stanley hemos aprendido a creernos el hype y, a decir verdad, la banda tiene todos los números para retirarse de verdad.

Kiss ( Foto: Sergi Ramos)

Viendo sudar a Simmons bajo el maquillaje en una tórrida noche levantina, uno se plantea cuánto tiempo más puede aguantar sobre un escenario rodeado de focos, llamaradas y trajes de spandex sin caer desplomado. Lo mismo con Paul Stanley. Pero, a decir verdad, una vez la banda ha encontrado fórmulas más o menos creativas para hacer que el show suene y luzca bien sin estar supeditados al desgaste de la edad y la carretera (ahí entran en juego las grabaciones vocales), tengo la sensación de que Kiss podrían seguir adelante hasta el final, es decir, hasta que Simmons o Stanley caigan muertos sobre un escenario.

Kiss ( Foto: Sergi Ramos)

Pude verles momentos antes de salir al escenario, mientras atendían a algún medio y se hacían las ya clásicas fotos de recuerdo con los fans que pagan una nada desdeñable cantidad por el privilegio de saludar a sus ídolos. Les vi en forma, motivados y de buen humor, si bien el grupo ya está en el cuarto año – descontando la pandemia- de su gira de despedida y se percibe cierto cansancio, pero no ganas de dejarlo todo. Cuando una banda está en ese punto, se percibe. No es el caso de Kiss.

Kiss ( Foto: Sergi Ramos)

Apenas a las 22:05, la banda emergía de su camerino y atendía esos últimos compromisos antes de subir al escenario. Apenas quince minutos después, el grupo subía al escenario del Rock Imperium y se ocultaba bajo el telón con el logo de la banda. La eclosión de «Rock And Roll» de Led Zeppelin en la PA solo podía significar una cosa. Tres minutos después, un ominoso sonido inundaba y hacía vibrar todo el recinto. Para no liarse, el speaker evitó meterse en el jardín de pronunciar «Cartagena» en inglés -si bien Stanley no pudo salir tan victorioso durante el concierto. Así pues con un «Alright Rock Imperium» atronador y los miembros elevándose escenario arriba, la ‘banda más caliente del mundo’ (casi treinta y cinco grados esa tarde) arrancó su concierto entre llamaradas y un soberano «Detroit Rock City».

Kiss ( Foto: Sergi Ramos)

Cuando están ahí delante, en carne y hueso, es inevitable pasar por alto cualquier falla. El show de Kiss está diseñado para asaltar los sentidos y así ha sido desde 1974. Ante la avalancha de vatios, luces y explosiones uno puede perder todo sentido crítico. Sin embargo, es difícil sacarle fallas al actual show de Kiss. Es un show de teatro perfectamente coreografiado que no da lugar a fallos. Los que existían, fruto del puro desgaste humano, han sido corregidos en pro de la continuidad de la maquinaria. Al público, salvo a algunos agraviados, le ha dado absolutamente igual. Y si estabas entre el público el pasado domingo, allí nadie estaba analizando si la voz de Paul Stanley era la suya o la de una grabación. Es como comerse un McPollo: si te paras a pensar si el pollo es realmente pollo, te agria toda la experiencia. Pero está riquísimo.

Kiss ( Foto: Sergi Ramos)

Respecto al año pasado, el show ofreció pocas novedades. El setlist fue calcado, salvo la omisión de «Do You Love Me» en los bises y su sustitución por «Makin’ Love» en el set regular. Algunos efectos ligeramente distintos de pirotecnia también cambiaron respecto al año pasado. El resto del set, sin embargo, fue el habitual resumen de grandes éxitos y guiños a los fans que llevamos viendo los últimos años. Una primera mitad más variada con temas como «Shout it Out Loud», «Deuce», «Cold Gin» o  «Calling Dr. Love» intercalados con hits de su era 80’s como «Heaven’s on Fire», «I Love It Loud» (con Gene escupiendo fuego, as usual), «Lick It Up» e incluso «Say Yeah» de «Sonic Boom», un tema que sorprendentemente ha sonado en incontables giras desde 2009.

Pero nada es equiparable a la segunda mitad de un show de Kiss: desde que la banda se reparte «Psycho Circus» con «100.000 Years» y Eric Singer lleva a cabo su solo de batería volando por los aires, lo que viene es pura historia del rock. Simmons toma el centro del escenario para vomitar sangre y volar bien alto en «God of Thunder». Luego Paul Stanley, para no ser menos, vuela por encima del público para cantar «Love Gun» y la banda ejecuta un «Black Diamond» con sabor a hace 50 años que no pierde vigencia.

Kiss ( Foto: Sergi Ramos)

Tras saludar al público, «Beth» con Eric Singer al -falso-piano, el discotequero «I Was Made For Lovin’ You» y un explosivo «Rock and Roll All Nite» terminan de finiquitar el concierto. Esos últimos cuarenta minutos del show de Kiss, por sí mismos, valen el precio de la entrada. Especialmente en el caso de que, realmente, ésta sea la última vez, que no lo será.

Fin de fiesta

Desgraciadamente, la banda equivalente a cabeza de cartel del Heretic coincidió con la formación más grande de todo el festival, Kiss, y la competencia les dejó con apenas una treintena de auténticos fanáticos del grind y el death más puro de la mano de los imparables Aborted, los cuales se tomaron bastante bien el asunto y lo dieron absolutamente todo para ese pequeñísimo e inmerecido reducto de público, aunque al igual que ellos, bien de entregado.

Aborted (Foto: Jesús Martínez)

A pesar de no llevar bajista sonaron atronadores y no se notó su ausencia aunque ha sido una pena. Temas como “Hecatomb” o “The Holocoust Incarnate” a punto estuvieron de derrumbar el escenario pequeño a pesar de que la afluencia no fuera la que se merecía. Como se escuchó comentar al público: tenías que ser muy fan del grupo para aceptar perderte a Kiss.

Aborted (Foto: Jesús Martínez)

La entrada de Erik Gronwall a las filas de Skid Row ha supuesto sin duda una nueva etapa para la banda, y por lo que se ve, les está resultando de lo más fructífera. Desde que despidieron a Sebastian Bach hace un cuarto de siglo han pasado por la formación un sinfín de vocalistas intentando recoger el testigo del icono de masas. En todos esos años la banda ha intentado lanzar una ristra de nuevos discos, todos ellos en vano, pues nada hay que haga sombra a los dos primeros trabajos.

Skid Row (Foto: Jesús Martínez)

Es precisamente de ellos, de los que se nutren sus sets. “Slave To The Grind” llegó abriendo su show como un chute directo de energía y adrenalina. Y es que, es precisamente eso lo que ha aportado Gronwall. De ser tan solo un nombre cargado de leyenda a estar en lo más alto de los festivales en los tiempos más presentes.

Skid Row (Foto: Jesús Martínez)

“The Threat” y “Big Guns” sirvieron de aperitivo perfecto para “18 & Life” que cayó muy temprana en el set para tratarse de uno de los temas más emblemáticos. Es precisamente este corte el que catapultó a Erik Gronwall a la fama tras interpretarlo en un concurso televisivo de talent show, por lo que su entrada en Skid Row se sintió como una transición natural.

Skid Row (Foto: Jesús Martínez)

El grupo de Rachel Bolan y Dave Sabo tuvieron tiempo incluso de interpretar la cover de los Ramones “Psycho Therapy”, interpretada por el primero, y dando un respiro al vocalista principal. “I Remember You” fue sin duda una de las más sentidas, su tranquilidad no merma la importancia de este tema. La recta final tuvo como protagonistas a “Monkey Business” y como no, “Youth Gone Wild”, que puso el broche de oro, no solo al show, si no a la segunda edición del festival.

Skid Row (Foto: Lolo)

Poner a Skid Row como última bala ha sido todo un acierto, pues hicieron que todo el personal acabase de despojarse de los últimos atisbos de energía que tenían en el cuerpo. Con ellos, las tres jornadas de Rock Imperium tocaron a su fin, así que ahora solo queda esperar a la edición de 2024.

Texto: Sergi Ramos, Marc Fernández, Tamara Ruiz y Zoe Lilith | Fotos: Jesús Martínez, Sergi Ramos y Lolo

Promotor:Madness Live!

Día:2023-06-25

Sala:Parque El Batel

Ciudad:Cartagena

Puntuación:8