Después de siete años, The Cure, vuelve a visitar Barcelona en el mismo sitio que lo hizo la última vez rozando el sold out, el Palau Sant Jordi.

La banda escocesa, The Twilight Sad, aún teniendo delante un público que llevaba esperando ver a The Cure desde 2016, no se dejó intimidar y dio un show que calentó a la poca audiencia que en aquel momento había ya que el Palau Sant Jordi aún se encontraba a la mitad de su aforo. El frontman de la formación, James Graham, lejos de hacerse pequeño, devoró al público y demostró su control y seguridad encima del escenario, moviéndose con gran libertad y con la energía que le caracteriza.

Robert Smith afirmó: “si el mundo fuese un mejor lugar, estarían tocando delante de más gente” y no es de extrañar que lo dijese, pues mientras ellos actuaban, algún que otro asistente que nunca antes los había escuchado iba preguntando a su compañero más cercano de fila sobre el título de las canciones.

Un concierto para dedicar

Con puntualidad, The Cure apareció en escena y abrieron el concierto con una de las últimas canciones que aún no han sido lanzadas al público. Cuatro temas en primicia de su nuevo álbum se repartieron a lo largo del concierto:  “Alone”, “Endsong”, “And Nothing Is Forever”, “I Can’t Never Say Goodbye” y “A Fragile Thing”. Las linternas de los móviles que se encendieron mientras sonaban se encargaron de iluminar el Palau Sant Jordi por completo.

Después de presentar “Alone” siguieron canciones tan icónicas como “A Night Like This” y “Lovesong”, que hizo que todo el auditorio cantara a pleno pulmón esa letra de amor que se escribió hace ya tres décadas. Sin descanso tocaron hasta dieciséis canciones. Entre estas se encontraban temas como «A Forest» para luego seguir con “Trust”. Y aunque durante todo el concierto se vio a un Robert Smith muy sensible y abierto, es en estas canciones se le pudo ver mucho más afectado y sentimental y provocó que hasta la persona que nunca se ha enamorado o pasado por una ruptura sintiese lo que significa hacerlo.

Aunque casi todas las miradas se dirigían hacia el cantante, Simon Gallup -sin poder estarse quieto- acaparaba muchas de ellas y regalaba al espectador interacciones con Reeves Gabrels, lo cual no hacía nada más que demostrar la innegable química que los miembros tienen entre ellos.

Después de una pausa de unos escasos minutos, se volvieron a subir al escenario para tocar otras cuatro canciones, parar y dar paso a la última parte del concierto donde se despidieron con sus temas más famosos. “Lullaby” encabezó la tanda final y luego, de manera casi estratégica para que el ánimo no decayera, llegaron las más animadas que hicieron retumbar el suelo y que las pocas personas que quedaban de pie en grada se levantaran.

Con canciones que no necesitaron ningun tipo de presentación como “Friday I’m In Love”, “Close To Me” y “Just Like Heaven” se fueron despidiendo del público de Barcelona. Smith, en estas, abandonó completamente la guitarra para coger el micro y recorrer el espacio con esos pasos de baile que recuerdan más a los de un niño pequeño que a los de un hombre de sesenta y tres años.

Finalmente, dijeron adiós con el corte más famoso de su primer disco, “Boys Don’t Cry“. Todo ese sentimiento de tristeza causado por tener que marcharse se juntó con la euforia del momento y aquella hermosa atmósfera, que estuvo presente a lo largo de la noche llegó a su clímax, consiguió intimar incluso con todas aquellas personas que se encontraban en la última fila. Es en el final del concierto donde se pudo ver a un Robert Smith enormemente agradecido que, emocionado por ver los estadios que su música puede llegar a llenar, se pasó varios minutos yendo a cada rincón del escenario para dar las gracias con la mano en el corazón.

The Cure (Foto: Mauro Melis)

En un recorrido de dos horas y media por todas sus etapas, discos como ‘Pornography’ fueron completamente olvidados ya que no es tarea fácil hacer un buen recopilatorio cuando la banda cuenta con trece álbumes de estudio. Es aquí cuando se nota que The Cure tiene un largo recorrido musical y que en este se han ido explorando diferentes sonidos pero que aun así han sido capaz de mantener un sonido de lo más reconocible.

Al igual que en el teatro se pueden seguir viendo obras de Shakespeare sin sentir que se trate de algo desfasado, con las canciones de The cure pasa exactamente lo mismo. No envejecen porque todo aquello que continúa reflejando la humanidad e involucra temas actuales y que afectan a la gente de hoy día sigue presente -con el amor como uno de los más recurrentes. Ssiempre será algo que aparecerá en las letras y que aún tienen cosas que enseñar-. El hecho de ver a gente de todas las edades llenando el estadio lo verifica.

La formación posee la fórmula perfecta para convertirse en un clásico. The Cure seguirán siendo escuchados y continuarán inspirando a las generaciones venideras. No solo fueron algo nuevo e innovador en su momento, sino que en la actualidad su sonido sigue siendo fresco y sigue creando expectación, pues todo el mundo salió con ganas de recibir noticias sobre nuevas canciones.

Texto: Marza Aznar

Promotor:Live Nation

Día:2022-11-10

Sala:Palau Sant Jordi

Ciudad:Barcelona

Teloneros:The Twilight Sad

Puntuación:9