Aunque no sea un género que se lleve muy bien con los singles, en sus más de 50 años de historia el rock progresivo ha vivido para brindarnos algunos de los temas más memorables y conmovedores de la música, principalmente por su espíritu innovador, pero también por crear auténticas obras maestras cuándo conceptos obtusos optaban por fórmulas mas poperas.

Rush – Tom Sawyer

Si de algo puede alardear ‘Moving Pictures’, el disco que catapultó a Rush a niveles estratosféricos de fama y éxito comercial, es que aúno lo mejor de sus dos épocas: la energía hard rockera de sus trabajos de los ’70 con la ambientación sintetizada que dominaría su sonido en los ’80, y ninguna canción reúne lo que supone esta simbiosis que “Tom Sawyer”.

La responsable de abrir un disco tan legendario tiene todo lo que nos gusta de Rush: una estructura compleja que no sacrifica el gancho, una ejecución musical milimétrica y una letra rebelde y concienzuda salida de la pluma de Neil Peart. El tema ha vivido para convertirse en el más conocido de la banda, pero también ha tenido el honor de ser la puerta de entrada de muchos curiosos a este fantástico género conocido como rock progresivo.

Pink Floyd – Comfortably Numb

Aunque ‘The Wall’ está estrechamente ligado al personaje de Roger Waters, “Comfortably Numb” supuso la creación de un himno que trascendía al concepto y a las inquietudes del ambicioso álbum temático. Esta añorada química entre las dos mayores mentes de Pink Floyd ha vivido para convertirse en una de las canciones más reconocidas del rock; seis minutos de música en los que todo el mundo puede estar de acuerdo.

El tema en sí suena poco halagüeño, y aunque el extraordinario solo de Gilmour es ya historia de la música, es su aura misteriosa, su rompedora producción y lo más importante, esa apatía tan fría que no conoce ni de tristeza o alegría, lo que la ha convertido en una de las canciones con el appeal más universal.

Yes – Close To The Edge

¿Qué sería del rock progresivo sin sus canciones mastodónticas? ‘Close To The Edge’ supuso el estreno de Yes en estos terrenos, permitiendo alardear del increíble virtuosismo de unos músicos que se encontraban en su mejor momento, con mención especial para Jon Anderson, que bañó un tema tan complejo con una temática no menos profunda.

Aunque desgranar un tema así bien se merecería un artículo aparte, lo que resulta innegable es que, junto con Genesis, que lanzaría ‘Foxtrot’ ese mismo año ’72, abrieron una veda que terminaría por definir al estilo para siempre, inaugurando una era de canciones inmensas que se sentían más como un viaje que como un consumo instantáneo y radiofónico.

Genesis – Firth Or Fifth

Para muchos ‘Selling England by the Pund’ es el mayor logro creativo de Genesis, cuándo Phil Collins era solo el batería y Peter Gabriel era tan solo una fuerza compositiva más, no una super estrella. De entre todos los temas, la grandilocuente introducción a piano de Tony Banks hace que “Firth Of Fifth” sea memorable y pegajosa, aún cuando su estructura es intrincada y muy lejana a las fórmulas más radiofónicas por las que optaría la banda en los años venideros.

En muchos sentidos “Firth Of Fifth” presenta a los Genesis más inspirados y con menos miedo a la experimentación, con cinco músicos que exprimieron sus capacidades musicales al máximo a fin de brindar una experiencia que habría de inspirar a innumerables artistas en años por venir.

Mike Oldfield – Tubular Bells (Part 1)

No se puede hablar de rock progresivo sin mencionar a Mike Oldfield, que con 17 años se sacó de la chistera una obra maestra que cambiaría por siempre el mundo del progresivo. Aunque parte del éxito de «Tubular Bells (Part 1)» se deba a la película “El Exorcista”, lo que resulta innegable es que los años lo han visto prevalecer por méritos propios, probando su inmensa influencia y su atemporalidad.

Una vez más nos encontramos con un mastodonte que supera los 25 minutos y en los que el conjunto de melodías y temáticas recuerda más a una pieza de música clásica que a una de rock al uso. Eso la hace algo más inaccesible, pero aún así, su hipnótica atmósfera y sus innumerables detalles son galones más que suficientes para labrarle un lugar en esta lista.

Jethro Tull – Thick As A Brick

Ninguna lista estaría completa sin Jethro Tull, que bajo el liderazgo de Ian Anderson fueron pioneros de uno de los estilos más experimentales de la historia. Aunque trabajos como ‘Aqualung’ sean mucho más reconocidos, es innegociable que la canción en la que la banda puso toda la carne en el asador fue la inmensa “Thick As A Brick”, cuyas dos partes suman la friolera de más de 40 minutos de música.

No deja de ser irónico que una canción tan importante en el rock progresivo empezara como una parodia, pues Ian Anderson quiso “imitar” a sus contemporáneos y lanzar un álbum conceptual basado en un poema escrito por un niño prodigio que nunca llegó a existir. No hay que olvidar que al final El Quijote parodió a las novelas de caballería, por lo que esta obra maestra se lo debe todo al retorcido sentido del humor del señor Anderson.

King Crimson – The Court Of The Crimson King

Aunque “21st Century Schizoid Men” fue el tema que asustó a una generación, “The Court Of The Crimson King” sería la canción que determinaría para siempre el sonido de King Crimson, y colateralmente el de todas las bandas que iban a seguir su estela. Con una ambientación misteriosa que bebía a borbotones del jazz más experimental, el tema es como una brisa de sutiles melodías que no temen endurecerse cuándo la extraña historia del Rey Carmesí y la Bruja de Fuego así lo requieren.

En muchos aspectos es un tema que puso los cimientos de los delirios temáticos que otras bandas expandirían, y aunque su estribillo y coros son memorables, lo que realmente le ha labrado un hueco en el olimpo del rock progresivo es la magia con la que logra atrapar al oyente en su fantástico mundo.

Focus – Hocus Pocus

En una lista dominada por anglosajones, los holandeses Focus no podían ser ignorados, pues aunque muchos conocerán “Hocus Pocus” por su aparición en la campaña publicitaria del mundial de fútbol de 2010, lo cierto es que supuso un paso de gigante en el progreso del género, si bien en su momento fue injustamente ignorada.

La canción tiene un componente cañero que apuntaba hacia la dirección que los pioneros del heavy metal comenzaban a recorrer, tanto por su memorable riff de guitarra como por sus cañeros solos de batería, sin olvidarnos de los cantos tiroleses que componen la letra, y que pueden sonrojar a más de uno.

Gentle Giant – The Advent Of Panurge

Aunque Gentle Giant son de esas bandas que fueron injustamente condenadas al ostracismo, la canción que inaugura el célebre ‘Octopus’ no podía ser excluida de una lista sobre los mejores temas del rock progresivo. «The Advent Of Panurge», que en comparación con otros de esta lista tiene una duración casi modesta, explora nuevos mundos sonoros que van desde sus intrincadas estructuras rítmicas hasta sus diferentes capas vocales, ofreciendo una experiencia que se quedaba entre Pink Floyd y los primeros Yes.

Una vez más, es de esos temas en los que es fácil señalar lo que lo hizo pionero, pero sobre el que cuesta tener claro qué es exactamente lo que lo hace pegadizo. Es justamente esta magia extraña la que logra capturar al oyente, y la que solo poseen un puñado de temas en toda la historia de la música.

Kansas – Carry On Wayward Son

Por supuesto, ninguna lista así estaría completa sin todo un referente cultural como la canción más conocida de Kansas, que sin sacrificar un ápice de experimentación o elaboración, lograron forjar un himno conocido hasta por el público más casual. Como ya mencionara con “Tom Sawyer”, “Carry On Wayward Son” es un milagro capaz de aunar los instintos progresivos y comerciales de una banda que dio con la gallinas de los huevos de oro.

Independientemente de su éxito o calidad musical, “Carry On Wayward Son” es un monumento a la resiliencia y a la esperanza, una suerte de oración barnizada de rock que habla directamente al corazón humano, ignorando las millones de sandeces que nos separan y haciendo hincapié en un mensaje universal capaz de unirnos a todos.

Marc Fernández