A pesar de los numerosos cambios de horario de última hora por diversos problemas logísticos de algunas bandas, la jornada del viernes salió adelante con grandes directos de bandas tan diversas como Sabaton, Rise Against o Jinjer.

Para los amantes del death metal de corte europeo llegaban al ritual stage los catalanes Graveyard. Con la baja de última hora de su bajista Julkarn, el (eventual) cuarteto dio un recital de brutalidad. Si es cierto que durante los primeros cortes el sonido era poco nítido, con un doble bombo que dejaba sin sitio al resto de instrumentos, con el paso de las canciones todo se balanceo hacia una mezcla más acertada. Otro punto en contra era un sol desgarrador que no hace precisamente buenas migas con un metal tan extremo. Pese a todo, el público, todavía escaso, hizo los primeros headbangings del día.

Graveyard (Foto: Paco García)

Con el segundo día de festival llegó el turno de los vallisoletanos Free City. Con más de diez años de experiencia, proporcionaron una buena dosis de punk rock con tintes de hardcore y metal, dando todo de sí sobre la tarima del Main Stage. Al tratarse ya del tercer día en el Resu, el cansancio y el calor parece que afectó al público, ya que contaban con un entorno más bien acogedor. Pese a ello, lo dieron todo con tal de presentar su último LP, ‘Visiones’, del cual interpretaron temas como uno homónimo, o “Frágil”, en el cual se pudo disfrutar de los cantos melódicos de Sam (bajista). Peib, frontman de la banda, derrochó una energía tremenda, su voz sonó increíble durante todo el show y  además, no dudó en bajar con los fans de primera fila a ofrecerles un trago de Black Label.

Free City (Foto: Paco García)

En el Desert Stage aparecían los españoles Totengott para darlo todo con su oscuro black metal. El vocalista ataviado con una túnica negra para no perder ese toque a pesar del calor que se vivió ayer en Viveiro y a los pies del escenario varias calaveras de animales. Con una fuerza descomunal le ofrecieron a los fans un show donde, entre temas como «Delusion of Negation», «Satan Beside You» o «Into The Cripta Of Rays» dejaron a todos desnucados y anonadados.

Totengott (Foto: Aitor Chaparro)

La banda de Cerceda de hardcore/rock Machina celebra su regreso sobre las tablas del Resurrection Fest. Después de varios años de inactividad, vuelven con más ganas que nunca de demostrar sus cualidades sobre los escenarios. Representaron uno de los géneros predilectos del festival con la ventaja de jugar en casa, lo cual les permitió obtener un resultado positivo a pesar de tocar en una de las horas más tempranas de la jornada. La carpa tenía menos ambiente que en directos posteriores de la tarde, pero los que se decidieron a ver a los gallegos se entregaron en el intenso directo de Machina. La brutalidad de su estilo, compaginada con la melodía de la voz, daban un resultado perfecto para el ambiente del Chaos Stage. Destacaron por llevar el gallego por bandera y por un sonido que recuerda a bandas como Berri Txarrak, especialmente en sus canciones más densas y melódicas.

Machina (Foto: Paco García)

Conocidos entre la escena del metalcore británico y con gran parecido a icónicas bandas del género como Architects o Bury Tomorrow, comenzó el bolo de Our Hollow, Our Home. A nivel general, se pudo apreciar que la voz de Connor Hallisey estaba ciertamente distorsionada. A la hora de entonar guturales más graves, mantenía un tono y sonido limpios, pero en los guturales más agudos, los matices se perdían casi por completo. Algo similar ocurría con el guitarrista, Tobías Young, cantante melódico a su vez. La guitarra solo se apreciaba en condiciones en los riffs más agudos, pero por lo general también presentaba bastante distorsión. En temas como “Monarch” o “Better Daze”, con los que abrieron el show, desentonó ligeramente.

Our Hollow Our Home (Foto: Zoe Lilith)

Ya en la tercera canción del setlist, “Loneshark”, moduló mucho mejor la voz y ya sonó casi igual que en los trabajos de estudio. Con “Remember Me” u “Overcast”, entre otros, los niveles entre voces e instrumentos sonaron algo más equilibrados, pero se podría decir que desde el inicio de la actuación hasta la mitad sonaron bastante planos. Esto no quitó que el público, mayoritariamente joven, disfrutara saltando, bailando y coreando sus temas favoritos. A pesar de los fallos técnicos comentados, los ingleses lo dieron todo por mostrar su mejor faceta.

Our Hollow Our Home (Foto: Aitor Chaparro)

Los británicos The Raven Age aportaron el toque de melodía a la tarde del viernes. Sus referencias hablan por sí solas, ya que fueron taloneros de nada menos que Iron Maiden en su gira por el álbum ‘The Book Of Souls’. A pesar de ser una banda relativamente nueva con 13 años de trayectoria, su presencia sobre las tablas es más que notoria. El calor apretaba, pero el recinto estaba ganaba adeptos con el paso del tiempo y no fueron pocos los que se acercaron al Ritual Stage a disfrutar de la magia melódica de The Raven Age. A medio camino entre el metal alternativo y el metalcore, la banda británica hizo una demostración de como ofrecer un directo con fuerza y melodía al mismo tiempo. Repasaron varias canciones de su álbum ‘Conspirancy’, publicado antes de la pandemia. Este directo no dejó indiferentes a los asistentes, que aumentaron con el avance del show.

The Raven Age (Foto: Paco García)

Desde Barcelona, Kids Of Rage atrajeron ante el chaos stage a un generoso número de asistentes. Activos desde 2010, con un hardcore melódico peculiar -en el buen sentido-, mantuvieron un sonido óptimo durante todo el setlist. Además, al llenar al chaos stage, aprovecharon para presentar su nuevo single lanzado hace cuatro días: “The Eternal Runaway”. Pese a llevar más de dos décadas en activo, la banda solo posee dos álbumes de estudio: ‘Hurry Up’ y ‘Whatever May Come’, por lo que el setlist anduvo a caballo entre uno y el otro. Además, interpretaron ciertos temas bastante antiguos que jamás habían llevado al directo. Su peculiaridad más notoria es la capacidad que poseen para combinar ritmos lentos y pesados con otros más rítmicos y energéticos sin pegar cortes abruptos. Sin duda alguna, cada segundo del bolo ha merecido la pena.

Kids Of Rage (Foto: Aitor Chaparro)

Años llevaban los asistentes al Resurrection Fest solicitando a los alemanes Caliban como parte del cartel del festival. El quinteto es una de las bandas más queridas del metalcore europeo, y con su ya longeva carrera (13 discos) ha conseguido tener en su haber una cantidad de grandes composiciones capaces de poner a saltar y a correr a todo un arsenal de metalheads, como los que se agrupaban en el main stage. Con “Dein R3.ich” como canción elegida para abrir la hora asignada, el quinteto fue intercalando temas de su última media docena de álbumes, los más queridos por sus seguidores.

Caliban (Foto: Zoe Lilith)

El estribillo de “Paralyzed” es una muestra de la gran habilidad para crear melodías mágicas que posee Caliban en los últimos tiempos.  “Virus”, que en su versión de estudio cuenta con la colaboración de Marcus Bischoff de Heaven Shall Burn, o “Dystopia” fueron las encargadas de representar a su más reciente obra. No faltó tampoco el cover de “Sonne” de sus idolatrados Rammstein. Pese al coitus interruptus que supuse el corte de sonido en la última «Memorial», el show no hizo sino más que confirmar su posición de grandes del metal moderno actual en el viejo continente.

Caliban (Foto: Aitor Chaparro)

La banda viguesa Aphonnic vio retrasado su concierto después del sinfín de cambios de última hora. Después de su participación en la edición reducida de 2021, ahora por fin iban a poder presentar su último ‘La Reina’ (2020) en un formato acorde a su música. Su metal moderno lleno de melodías épicas ha logrado convertir al cuarteto en una de las grandes bandas del género en este país. Salieron a escena con una gran cantidad de fans enfrente, dispuestos a aprovechar al máximo cada segundo. Sonaron principalmente canciones de sus dos últimas obras, como «En Globo», «Kalebo Rock&Roll» o una «Cunfia» que hizo cantar a toda la carpa. Espectaculares.

Aphonnic (Foto: Aitor Chaparro)

Liderados por el Turri, llegó la hora de otros grandes del technical death metal nacional: Thirteen Bleed Promises. Con un sonido totalmente tétrico y extremo, combinaron a la perfección rasgos clásicos del death metal con otros más modernos y próximos al deathcore. Y como resultado de esta mezcla, nació ‘Foundation’, disco a presentar durante este directo. Las ráfagas de las guitarras eran totalmente arrolladoras. Ambos guitarristas se entendían musicalmente hablando: acompañaban el tempo con maestría.

Thirteen Bled Promises (Foto: Paco García)

Combinaban estructuras muy duras con otras más melódicas y breves, y lograron un esquema musical y un directo muy equilibrado. Por su parte, Turri (vocalista) se mantuvo impecable a lo largo de todo el concierto. Sorprende en gran medida la versatilidad de su voz, ya que ha mantenido unos guturales muy profundos con variaciones muy progresivas y extremas. A su vez, en ciertos momentos del bolo, se escuchaba demasiado estruendo y resultaba pesado. Sin embargo, el Ritual Stage tampoco ha estado demasiado bien sonorizado durante esta edición, y menos aún en los grupos de death y black, razón la cual podría explicar la problemática del barullo.

Thirteen Bled Promises (Foto: Zoe Lilith)

Es una época oscura para Jinjer, banda ucraniana que vive en sus propias carnes la crudeza de la terrible guerra que azota a su país desde hace meses. A pesar de todo lo que ello conlleva para sus integrantes como ciudadanos ucranianos, la banda pudo subirse a algunos escenarios para poder realizar su trabajo con relativa normalidad. Ya son casi habituales del Resurrection Fest y, una vez más, el público los recibe con los brazos abiertos ante su imponente directo. La carismática e imbatible Tatiana Shmailyuk ejerció de frontwoman, como es habitual en los directos de Jinjer, y demostró una vez más de lo que la banda es capaz con un derroche de talento compartido por sus compañeros.

Jinjer (Foto: Iria López)

El sol aun apretaba cuando la banda salió a escena, con la pantalla del fondo del Main Stage con el nombre de Jinjer en los colores de su bandera natal. El público llenaba la zona ante uno de los directos más esperados de la jornada. La voz de Tatiana lució con creces con sus míticas combinaciones de guturales y voz melódica. Dedicó unas palabras de agradecimiento por el apoyo internacional que recibe su país durante la guerra y aprovechó la ocasión para hablar sobre la situación que están viviendo y un mensaje en contra de esta situación tan dura. La banda sonó con la destreza que los caracteriza, y defendieron su característico estilo como mejor saben.

Jinjer (Foto: Iria López)

La actuación fue impecable por parte de los 4 integrantes de Jinjer, que hicieron buena justicia a su apreciada discografía. El público acompaña los complejos ritmos progresivos de la banda con bailes y palmas, la intensidad que residía sobre el escenario era contagiosa. El directo de Jinjer estuvo a la altura de las expectativas: impecable. Una hora supo a poco para disfrutar de las largas e intensas canciones de los ucranianos, que dejaron a su público con ganas de más. Destacó la intensa representación de «Pisces», la incombustible batería de «Teacher, Teacher!» y la emotiva «Home Back», dedicada a su patria, entre muchas otras de un gran setlist.

Jinjer (Foto: Iria López)

Los contratiempos con las bandas obligaron a la organización a hacer cambios de última hora en los horarios. Como consecuencia, en esta tarde-noche de viernes había una triple solapación. Bourbon Kings hacían acto de presencia en la carpa del Chaos Stage. A pesar de la solapación y del gran tráfico de público hacia el Main Stage de cara al concierto de Rise Against, Bourbon Kings consiguieron reunir unos cuantos fieles asistentes que disfrutaron de su directo. Una propuesta muy acorde con la temática de este escenario, que suele albergar conciertos con tintes hardcore y todas sus variantes.

Bourbon Kings (Foto: Iria López)

La aparición de rebote de Ill Niño en esta edición del Resu, después haber sido sustituto de las numerosas bandas que se han caído en las últimas fechas, pilló de sorpresa a la gran mayoría. Es una de esas formaciones de nu metal que vivieron su gran momento hace dos décadas y en la actualidad sobreviven con la interpretación de esos éxitos que todavía parece tener cierto calado en una parte del público afín al género.

Ill Niño (Foto: Zoe Lilith)

Los de New Jersey cuentan de nuevo en sus filas con el guitarrista Marc Rizzo, conocido por haber acompañado a Max Cavalera en Soulfly durante bastantes años y que ya fuera parte del proyecto en su primera época. El repertorio se basó en sus años dorados con Christian Machado a la voz -que ya no pertenece a la banda desde 2019- con una temprana y motivadora “God Saves Us”, que precedió a sus grandes clásicos, coreados por todo lo alto por los presentes: “I Am Loco” y ese himno adolescente que es “How Can I Live”, fija en los mp3 de la época y puerta de entrada al metal de una generación.

Ill Niño (Foto: Paco García)

Llegó la homilía de El Altar Del Holocausto en la noche del viernes, con los últimos rayos de sol de la jornada. El Desert Stage se rindió ante el ritual tan característico de una banda que comienza a ser vieja conocida en los escenarios nacionales. Ataviados con sus túnicas blancas y con su música instrumental, tiñeron el escenario de caridad, fe y esperanza, conceptos que transmite su más reciente entrega discográfica. A pesar de que poco a poco fueron ganando un nombre en la escena nacional, los que no conocían este proyecto también se acercaron a observar la homilía de música instrumental de la banda.

El Altar Del Holocausto (Foto: Aitor Chaparro)

Ante un Desert Stage a reventar de asistentes, la banda salió a escena con los últimos rayos de sol azotando sobre el escenario. A pesar de que la luz restante no permitía apreciar el ambiente lumínico del show de, la atmósfera era igual de intensa que en cualquier otra ocasión. La calidad de sonido del escenario fue lo suficientemente buena como para poder apreciar todos los matices melódicos del directo de la banda. A pesar de estar en zona de tránsito, los presentes observaron el directo con respeto y atención. Aprovecharon la hora que les correspondía para ofrecer una buena muestra de parte de su interesante discografía. Pese a ser una banda instrumental, lograron captar la atención del respetable antes de que cayera la noche con el directo de Rise Against.

El Altar Del Holocausto (Foto: Aitor Chaparro)

Se venía uno de los platos fuertes de la jornada y del festival con la descarga de los grandes del punk rock, Rise Against. Venían a ser el gran representante de un estilo que ha venido menguando en protagonismo en el Resu a medida que el metal ha ganado terreno año tras año. Los de Chicago venían a presentar ‘Nowhere Generation’, disco que ha tenido grandes críticas y un gran recibimiento por parte de sus fans.

Rise Against (Foto: Zoe Lilith)

Con la noche ya cayendo, Tim Mcllrath y los suyos se hicieron dueños del escenario grande mientras empezaba a sonar uno de sus grandes hits: “The Prayer Of The Refugee”. Una manera formidable de arrancar el show. Es verdad que siempre ha tenido la fama Rise Against de no plasmar en su directo toda la energía que sus composiciones tienen en disco, y no es del todo mentira. Al igual que otros grandes como System Of A Down, es lo extraordinario de sus temas los que muchas veces salvan sus conciertos.

Rise Against (Foto: Aitor Chaparro)

Con todo, esta vez se veía a la banda más cómoda e inspirada que otras veces. “The Violence” o una coreada “Satellite” continuaron con una velada donde el público mostraba sus ganas de interactuar y disfrutar cada segundo del show. Un gran acople daba la bienvenida al riff de “Help Is On The Way” y “Ready To Fall” acabó por incendiar la fiesta. Cualquier cosa es debatible menos que sus composiciones están hechas por y para poner en pie a un festival. Dos canciones pertenecientes a su adorado ‘Appeal To Reason’, como son “Collapse (Post America) y “Re-Education (Through Labor), siguieron incrementando la lista de grandes éxitos que Rise Against tenía preparado para el público de Viveiro.

Rise Against (Foto: Zoe Lilith)

Habría que esperar bastante para que sus nuevas canciones salieran a la palestra, y esto sería con el tema título de ‘Nowhere Generation’, una de las más melódicas del plástico. Todo estaba llegando a su fin, pero antes de poner el punto final el quinteto norteaméricano se guardaba algunos ases en forma de veloces canciones con las que llegar al climax. Fueron especialmente “Give It All” y “Savior” las que quedaran como momentos a recordar. La primera visita de Rise Against fue un éxito total, por lo que con total seguridad no será la última vez que visiten el festival.

Rise Against (Foto: Aitor Chaparro)

En sustitución de Amenra, se incorporaron de última hora Hangman’s Chair. Aunque no pueden compararse, no ha resultado ser mala suplencia. La verdad, que la defensa en directo de su último trabajo, ‘A Loner’, ha sido toda una sumersión hacia el trance y la calma, que falta hacía tras esta intensa jornada. Los franceses han demostrado un gran manejo del doom metal que los identifica. En lo que respecta al plano visual y estético, han resultado bastante aburridos y monótonos, lo cual tampoco animaba demasiado. Luces muy constantes, poco movimiento sobre las tarimas… Pero musicalmente, han terminado por ser una grata sorpresa.

Llevan a cabo un doom metal muy único. Asemejándose a bandas como The Ocean, lo que más destaca son sus melodías atmosféricas, tenues y rítmicas. En temas como ‘Who Wants Die Old’ sí que se percibía un doom más tradicional, sobre todo gracias a la voz proyectada por el vocalista, Cédric Toufouti. Las guitarras han presentado una afinación más bien delicada y baja. Esto creó un contraste envolvente y equilibrado con una batería (Mehdi Birouk), la cual era lenta y pesada, pero para bien. A nivel general, han ofrecido un bolo musicalmente muy bueno, pero invariable.

Los franceses Celeste fueron una gran opción para poder disfrutar en directo con una combinación de estilos de lo más variada, que van desde el black metal, hasta el sludge e incluso post-hardcore. Celeste fueron toda una propuesta amena e interesante dentro del reparto del Desert Stage, y así se reflejó entre los asistentes. La buena suerte para la banda francesa fue coincidir en horario entre las actuación de los cabeza de cartel de la noche, Rise Against y Sabaton, y sus fieles no lo dudaron en asistir al directo de Celeste, así como muchos otros adeptos a los géneros extremos.

Celeste (Foto: Zoe Lilith)

Celeste presentaron su último álbum de estudio, publicado recientemente, de nombre ‘Assassine(s)’, quinto de una discografía compuesta en francés, su idioma natal. Ataviados con linternas rojas en la cabeza, la banda salió a escena entre juegos de luces y humo. En el recinto del Desert apenas cabía un alma, ya que la actuación de la banda era de lo más curiosa y atrayente. La furiosa voz del vocalista y la grave y poderosa base instrumental eran una grata combinación para los amantes de los sonidos más extremos, que no se perdieron ni una canción de la banda.

Celeste (Foto: Zoe Lilith)

Para finalizar el día en el Main Stage, quedaba la visita de los suecos Sabaton. El grupo liderado por Joakim Brodén y Pär Sundström volvían cinco años después con toda su artillería escenográfica para ofrecer un show cargado de pirotecnia y efectos. En unos años se han consolidado como una de esas bandas capaces de sustituir a los grandes nombres del metal, esas que encabezaran por muchos años festivales en sustitución de gigantes de la talla de Iron Maiden, Judas Priest o Kiss.

Sabaton (Foto: Paco García)

Como no podía ser de otra manera, con un “Alright Resurrection, we are Sabaton, we play heavy metal and this Ghost Division” se daba comienzo al espectáculo. Explosiones en masa daban la bienvenida a todos. No hay duda de que es uno de los mejores arranques que se puede ver actualmente en directo. Después de poner toda la carne en el asador desde el primer minuto, Sabaton decidió que era el momento de interpretar una de sus nuevas canciones: “Stormtrooper”, para muchos la mejor de ‘The War To End All Wars’. El recibimiento de las recientes “The Great War” o “The Red Baron” corroboraron que sus seguidores aprecian mucho su material más actual.

Sabaton (Foto: Iria López)

Con una parte intermedia también protagonizada por las recientes “Bismarck” o “Soldier Of Heaven”, llegaba el momento de desgranar los clásicos. “Carolus Rex” siempre es uno de los puntos álgidos de sus shows, y esta vez una cruz dorada en las pantallas adornaba el escenario antes de su inicio. Como era de esperar, hizo levantar el puño y cantar a los miles de almas que allí se reunían. No se quedaron atrás en recibimiento “Resist And Bite” y “Night Witches”.

Sabaton (Foto: Paco García)

Después de una épica “The Last Stand” todo se tiñó de rojo para la llegada de una de las predilectas: “Primo Victoria”, pieza angular en la discografía de Sabaton. La melodía del silbido de “Swedish Pagans” se ha ganado a pulso ser una de las más famosas de la banda y su interacción previa con casi 30.000 personas entonándola en perfecta sintonía ponía la piel de gallina. Para el final se guardan “To Hell And Back”, que ya se hecho con el puesto de manera habitual, así como una “For Those About To Rock” de los suecos. Seguirán enamorando a los suyos y siendo un dolor de muelas para aquellos que no pueden ni verlos, pero tienen muy claro que es lo que quieren y no se mueven ni un milímetro de su hoja de ruta.

Sabaton (Foto: Iria López)

Tras sufrir un retraso de una hora debido a dificultades con el viaje, aterrizó Lionheart sobre el Chaos Stage para cerrar la jornada del viernes. Además, tocaron solo durante media hora, lo cual fue totalmente decepcionante para los fans. La banda llegó tarde por un problema logístico en su viaje y los asistentes esperaron hasta bien entrada la madrugada para disfrutar del show, lo que aumentó una expectación que no cumplió las expectativas. Infortunios aparte, la calidad musical y actitud de los californianos hicieron que mereciera la pena. Centrándose sobre todo en interpretar temas de su último LP, “Valley Of Death” (2019), Lionheart ofrecieron beatdowns contundentes, actitud vibrante y motivaron al público más de un mosh pit simultaneo bajo la carpa del Chaos.

Lionheart (Foto: Aitor Chaparro)

La noche del viernes estaba llegando a su fin, no sin antes una última dosis de metal extremo. El death técnico de Decapitated conquistaba el Ritual Stage con sus veloces riffs sólo aptos para aquellos oídos más entrenados. Los polacos capitaneados por Wacław «Vogg» Kiełtyka aprovecharon la total oscuridad para ambientar su inicial «Cáncer Culture» -canción que da nombre a su último disco, lanzado apenas un mes atrás- con un juego de luces no apto para epilépticos. Siguieron con otros clásicos como «Carnival Is Forever» antes de volver a encarar su nueva obra con una «Just A Cigarette» técnicamente impecable.

Decapitated (Foto: Zoe Lilith)

No hay tregua en un show de Decapitated, por lo que lo que el ya escaso público se aferraba a sus últimas fuerzas para seguir gozando de los dobles bombos de James Stewart y la voz salida del averno de un Rafał «Rasta» Piotrowski en perfecta forma. Algunas de sus composiciones más míticas, como » Kill The Cult» o «Earth Scar» sonaron por los altavoces del Resurrection Fest antes de lo esperado. Todo continuó por el mismo sendero hasta llegar al tramo final, con «Nine Steps» como protagonista. Dieron lo que se esperaba exactamente de ellos.

Decapitated (Foto: Aitor Chaparro)

Texto: Olga Vidal, Jano Carbia, María Gutiérrez, Iria López y Zoe Lilith | Fotos: Paco García, Iria López, Zoe Lilith y Aitor Chaparro

Promotor:Bring The Noise

Día:2022-07-01

Sala:Campos de Fútbol de Celeiro

Ciudad:Viveiro

Puntuación:7