Nergal: “Cuando subo a un escenario con Me And That Man no estoy muy sobrio”
Para Nergal, Behemoth se han vuelto mastodónticos. Me and That Man le acercan a la siempre bienvenida sensación de ser el de siempre.
Con los orígenes situados en una vieja banda llamada Wolverine, donde hace veinte años Derski ya hacía sus pinitos con voces limpias, Me and That Man se han convertido en el juguete preferido del controvertido músico polaco.
Éste segundo disco -titulado “New Man, New Songs, Same shit Vol.2”– es una continuación más que digna del sorprendente primer trabajo. No sólo eso, sino que Nergal ha vuelto a repetir una alineación de estrellas del rock y el metal que aportan el color a toda su efervescencia compositiva. Hank Von Hell de Turbonegro colabora en la cañera “Black Hearse Cadillac”, Tobias Forge de Ghost (bajo el seudónimo de Mary Goore como en los tiempos de Repugnant) hace lo propio en “Under the Spell”.
A Blaze Bayley lo pone a cantar un sentido blues en “All Hope Has Gone” junto a Gary Holt y Jeff Mantas a las guitarras, por no hablar de los añadidos de Michale Graves, alissa White-Gluz, Myrkur, Chris Holmes o David Vincent. Un auténtico quién es quién del heavy metal para un disco variopinto, lleno de matices, que muestra la cara más auténtica de un coloso del metal extremo que está cansado de ser solamente eso.
El disco de Me and That Man y el nuevo disco de Behemoth saldrán con apenas dos meses de diferencia.
Me and That Man es una banda que me permite mantener sano mentalmente. A medida que Behemoth se han ido haciendo más y más grandes, necesitaba algo con lo que poder equilibrarme. Me and That Man es algo minimalista, que requiere menos atención y que me relaja más que Behemoth.
A medida que Behemoth han crecido ¿te has sentido más alejado de la banda a nivel artístico? Has crecido y probablemente tus intereses musicales han cambiado.
No diría que me siento más alejado de Behemoth. Estoy muy pendiente de la banda y es mi criatura más preciada. Eso no cambia. Es una parte de quién soy y no puedo distanciarme de ello pero, cada vez que me involucro en un proyecto de Behemoth, me quedo seco. Trabajar en un disco de Behemoth cada vez me requiere más esfuerzo, intensidad, adrenalina, energía y dinero. Es una banda monstruosa que se come todo lo que encuentra a su paso en forma de música y arte radical. Me and That Man me sirve para tener un cierto equilibrio. Una banda con cinco tíos en el escenario, sin trucos de magia de David Copperfield, y ya está.
Para darte la principal diferencia entre Behemoth y Me and That Man te diré que cuando subo al escenario con los segundos, nadie está demasiado sobrio. Con Behemoth nadie puede tocar alcohol en todo el día. Esa es la regla y toda la banda la obedece. Es algo que requiere mucha concentración y donde hay muchos detalles. Así mismo, la producción escénica cada vez es más grande y eso requiere energía.
Me and that Man debería ser simple pero tienes la carga de trabajo de los innumerables invitados que forman parte de un disco. ¿Es muy complejo conseguir el compromiso de tantos artistas?
Es bastante fácil. Normalmente hablo con los artistas yo mismo. Rara vez lo hago a través del management. Tiro de amigos o personas a las que conozco. Ellos me dicen si la idea les parece bien o no y, si la cosa tira adelante, ahí es donde se involucran los managers. Ellos son quienes se ocupan de visados de trabajo, vuelos y todo eso, que es la parte de la que yo no me quiero ocupar.
¿Alguna vez has trabajado en una canción con un determinado artista en mente o hasta que no la acabas no piensas en qué invitado casaría mejor?
Lo segundo. Hago canciones y luego pienso en quién podría ser la mejor opción para cantarla. Acabo una canción y digo ‘aquí quedaría bien una chica’ y me pongo en contacto con Myrkur o con quien sea. A veces la gente responde, a veces no. A partir de ahí vemos hacia dónde van las cosas.
A veces compongo una canción y pienso en que sería guay tener un determinado invitado. No tengo una fórmula predeterminada y voy fluyendo.
¿Le enviaste la canción a Myrkur para que aportase algo o le das un producto finalizado con líneas de melodía ya preparadas?
No, para nada. Para darte un ejemplo, en esa canción se lo di todo: letras, melodías, estructura… pero era una canción de Matteo Bassoli para la cuál el ya había preparado unas partes vocales determinadas con las que darle al artista potencial una base sobre la que trabajar. Pero puede pasar cualquier cosa: hay artistas que aceptan lo que les das y otros que le dan la vuelta por completo y te dicen que lo quieren hacer diferente y te envían su versión, que puede ser buena o no.
Matt Heafy, por ejemplo, lo clavó a la tercera toma. Después de las dos primeras nos dijo ‘no se tíos, no se si me va a salir’ pero siguió intentándolo y a la tercera nos hizo una toma tremenda. Todos estábamos alucinados. Hay artistas que no son siquiera conscientes de lo brillantes que son. Creo que nunca había escuchado a Blaze Bayley cantando un tema de blues a lo Gary Moore.
Esa canción es brutal. “All Hope Has Gone” pone los pelos de punta.
¿Sabes por qué Blaze canta tan apasionadamente? Mira, yo compuse la música y la letra. Le envié la letra a Blaze y me dijo “¿sabes qué? Soy un cantante y si debo sentir lo que canto debo componerlo desde cero”. Así que compuso la letra explicando la historia de su esposa, que falleció hace unos años tras una larga enfermedad.
Si, Blaze quedó muy afectado tras ello.
Fue una situación brutal para él y cuando le escuchas cantar con esa emoción y ese propósito, es puro blues. Es de lo que va el blues. De cantar tu pena. Cuando recibí su toma vocal dije ‘hostia puta’. Es que lo ha dado todo. Todo su corazón, su energía, su pasión y el amor por la que era su esposa. Cuando escuchas esa canción ves que es pura emoción.
Claro que tenemos canciones como “Got Your Tongue” que son poco serias. Son temas con un rollo a lo Turbonegro y me encanta, porque es algo muy yo. Pero eso es lo que me gusta de ésta banda, que tenga tantos colores distintos en la paleta. Esta banda tiene de todo. Si quieres canciones punk, las tienes. Si quieres algo siniestro y oscuro, lo tienes. Tenemos mucha variedad.
¿Crees que la única manera de hacer algo tan despreocupado como Me and that Man es desde la libertad financiera que te da una gran banda como Behemoth?
Totalmente. Es una banda que está formada con una motivación totalmente egoísta. Todo arte honesto y sincero debería estar motivado por el egoísmo de un artista que quiere hacer lo que le apetezca con su visión. Los resultados son espectaculares cuando sucede algo así. Y eso es lo que hace que éste proyecto sea legítimo, bello y no tenga compromisos.
Cuando comencé esperaba el rechazo de los fans más radicales. Es la primera vez que me expongo como vocalista y como compositor fuera de aquello por lo que se me conoce. Se me conoce por el metal extremo y está bien, llevo trabajando en ello 30 años. Pero cuando llegas con un nuevo proyecto como éste esperas que pueda pasar cualquier cosa. Me ha sorprendido que esté funcionando, que tenga reconocimiento y un éxito modesto.
“He dedicado toda mi existencia al arte, a la música. Principalmente a Behemoth pero también a otros proyectos. Eso me ha permitido construir la posición que tengo ahora y que sea legítima”
Todo el dinero que me genera los reinvierto en la banda, en hacer vídeos, por ejemplo. No espero una gran porción de ningún pastel con éste grupo. Quiero hacer buenas canciones y compartirlas con el mundo. Y respondiendo a tu pregunta: sí, estoy económicamente en una buena posición y me importa una mierda lo que piense la gente. Esa es la belleza, esa anarquía artística. Me da igual que a la gente le guste o lo odie. Me la suda. Al menos la respuesta ha sido buena.
Existe la visión de que un artista debe ser ‘pobre’ para mantener la motivación artística cuando, de hecho, estar en una posición de necesidad te hace asumir compromisos que no quieres asumir.
Me cae mucha mierda de gente a la que le faltan cosas en su vida y, como siguen mis redes sociales, me dicen de todo por mostrar mis logros y liderar mi propia vida. ¿Por qué no se centra en su vida igual que yo he hecho con la mía? Si quiero viajar, viajo. Si quiero ir a un restaurante voy.
Ya has hecho tus sacrificios.
Odio la palabra “sacrificio” pero al final del día…sí, he dedicado toda mi existencia al arte, a la música. Principalmente a Behemoth pero también a otros proyectos. Eso me ha permitido construir la posición que tengo ahora y que sea legítima. La gente sabe que no estoy aquí por la fama o el dinero porque, en la mayoría de ocasiones, en el metal no hay fama ni dinero. Pero aquí estoy haciendo otro disco de la música que amo con gente a la que quiero.
¿Qué material has usado a la hora de grabar el disco?
Me he mantenido fiel a mis guitarras Gretsch, igual que en directo. He usado un montón de pedales cuyos nombres no recuerdo porque soy anti-tecnología. He usado amplificadores Peavey, un combo de Peavey. Pedimos uno a la marca, ya que son endorsers de Behemoth, y les pedí uno con sonido vintage. Desde entonces uso ese y es el que he usado en éste disco. enchufo la guitarra, suena bien y es fácil. Sin más.
Me gustaría pensar que lo que escuchas en el disco sale de mis manos. Los amplis están muy bien pero lo que haces con tus dedos es lo que importa.
¿Cómo consigues ese sonido tan grueso en el disco? ¿Está todo basado en el tamaño de la sala en la que grabáis?
En Me and that Man grabamos juntos en el estudio, en directo. Solo añadimos voces y solos posteriormente. Lo básico se graba en directo con toda la banda. Solo necesitamos una habitación grande. He usado el mismo estudio para los dos discos de la banda, un estudio al norte de Polonia que tiene una gran sala tremenda acústicamente. Cuando grabé el disco de Me and that Man me gustó tanto que grabamos las baterías de Behemoth ahí mismo también.
Es un estudio bueno, un poco escondido, tan solo a una hora de mi casa y es ideal. Lo importante es encontrar un lugar con el ambiente adecuado y una sala acorde. Y hay estudios que lo tienen y lugares que no. Trabajo con un tipo llamado Haldor Grunberg quien es un absoluto pervertido a la hora de encontrar espacios para grabar.
¿De qué modo cambia la influencia del streaming entre una banda establecida como Behemoth a una banda nueva como Me and That Man?
No soy muy bueno con las matemáticas. Funciona y no le doy más vueltas. Estas son cosas para los managers y los sellos. Ellos se tienen que asegurar de que todo tenga sentido. Yo no soy demasiado bueno siguiendo todo esto. Lo físico sigue vendiendo, especialmente el vinilo, que está en un renacimiento. Ganamos bastante dinero con ello. Lo digital no deja de crecer y nunca dejará de crecer estadísticamente.
“Me cae mucha mierda de gente a la que le faltan cosas en su vida y, como siguen mis redes sociales, me dicen de todo por mostrar mis logros y liderar mi propia vida. ¿Por qué no se centra en su vida igual que yo he hecho con la mía?”
Para nosotros no hay diferencia en cuanto a porcentajes o una cosa u otra: acabo de editar una canción y la gente la puede escuchar. Me da igual Spotify, Apple Music o lo que sea. Yo, como fan, uso todos los servicios para escuchar música y todos tienen sus ventajas y desventajas.
Cuando los trenes empezaron a circular, la gente pensaba que se acabaría el negocio de los caballos. Y en eso se basa la evolución. Las transiciones pueden ser pedregosas y lleva tiempo y sacrificio conseguir las cosas. Mira atrás y comprueba cómo ha funcionado todo: hemos ido del tape-trading a los cd’s, hemos vuelto al vinilo, ahora tenemos el streaming…son solamente medios para escuchar la música.
¿Crees que los discos son tan solo un ítem más de merchandising?
En efecto. Yo sigo siendo un gran coleccionista. Me gustan mis camisetas, me gustan mis vinilos. Ya no compro cd’s porque ocupan mucho espacio y no me ofrecen nada que no me ofrezca el streaming.
¿Han cambiado tus hábitos de escucha? ¿Escuchas de distintos modos la música en streaming respecto a la música en vinilo?
Muy a menudo estoy haciendo algo más mientras escucho música. Si hago deporte, escucho música. Si algo a correr, escucho música. Quizá es algo temporal pero hace años desde que me siento a escuchar un disco completo. Estoy perdiendo el interés en la música que me rodea, la verdad. Quizá solo es cosa mía y quizá es algo temporal, como te digo
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