La triste noticia del reciente fallecimiento de Joey Jordison ha impactado a fans y músicos en todo el mundo. Se cuentan por miles aquellos que lo admiraban por haber sido el batería y co-fundador de Slipknot, así como también participó en diversos proyectos como Vimic o Scar The Martyr.

Le rinde homenaje en redes sociales una gran parte de la escena actual, no solo por parte de otros compañeros de instrumento sino que son muchas las bandas que reconocen su mérito e influencia en el metal. Tampoco podían faltar miembros de Slipknot como Jim Root, Shawn Crahan, Corey Taylor y la propia cuenta oficial de la banda han mostrado su duelo.

Y es que Joey Jordison marcó un antes y un después con Slipknot, banda con la que comenzó desde cero hasta el año 2013. En un principio, las razones de su expulsión crearon polémica y confusión. Pero años más tarde se supo la razón por la que acabó apartándose de su instrumento. Fue diagnosticado con una enfermedad llamada mielitis transversa, derivada de una esclerosis múltiple. Este acontecimiento supuso que Joey Jordison acabase teniendo dificultades para tocar la batería debido a duros síntomas como debilidad muscular y parálisis, entre otros.

Una influencia para generaciones posteriores

Inspiró a varias generaciones con su forma de tocar la batería. Puso sobre la mesa diferentes estilos traídos de otros géneros hacia el metal, cuyas combinaciones rítmicas que escapaban de la simplicidad fueron clave de su estilo propio. Jordison destacaba principalmente por poseer una gran precisión combinada con alta velocidad y, ante todo, exactitud con el tempo. Jugaba con esta suma de habilidades a través de pistas que se alejaban de tener métricas repetitivas una y otra vez, buscando también los momentos adecuados para cada ritmo.

Gozaba de incorporar solos y complejos patrones rítmicos, utilizando para ello un equipo bastante amplio al que sacaba muchos matices diferentes así como unos disparadores para el bombo que magnificaban su sonido. No era un batería sencillo ni tampoco pecaba de excederse con florituras, pero él sabía que tenía capacidad para componer líneas cargadas que muchas veces lideraban las canciones por encima de otros instrumentos. Un elemento imprescindible para el sonido machacante tan característico de Slipknot.

En directo era un gran espectáculo. No sólo a nivel visual para el público, como cuando tocaba solos imposibles en una plataforma giratoria o hacía solos en los conciertos. Sino que las ‘drum cam’ que se podían ver en los DVD o en internet sirvieron como fuente de aprendizaje e inspiración para muchos baterías de estas últimas dos décadas, donde Jordison dejó sin duda huella con su estilo tomando así el relevo de otras figuras anteriores.

Sin entrar a ningún tipo de debate sobre quién es el mejor batería del mundo o quién lo ha dejado de ser, de lo que no cabe duda es de que Joey Jordison es un gran referente y su carrera musical deja constancia de ello en la influencia que ha tenido. Si bien el metal está de luto por su pérdida, es también momento de celebrar su trayectoria. Estas son las 10 mejores canciones de Joey Jordison que más han marcado y más repercusión han ejercido:

«(sic)» [‘Slipknot’ (1999)]

«(sic)» Tan solo es la primera canción del debut homónimo de Slipknot y en ella ya se observa un auténtico despliegue rítmico que, después de la introducción, escupe violencia y va con toda la artillería por delante. Así se presentaron con su primer disco tras grabar la demo ‘Mate.Feed.Kill.Repeat’ en 1996. Además, Corey Taylor se estrenó como vocalista.

«Disasterpiece» [‘Iowa’ (2001)]

La energía inagotable de Joey Jordison como metrónomo humano destaca en «Disasterpiece», perteneciente al segundo trabajo de la banda cuyo nombre hace honor a su lugar de origen, el estado de Iowa. Se trata de una de las pistas más oscuras y crudas de Slipknot, y quizá en la que la batería luzca más no por tener una gran intensidad sino por lograr una precisión digna de mencionar. ‘Iowa’ machacó las relaciones a nivel personal entre los miembros de la banda debido a que tenían encima una gran presión tras el éxito de su debut, pero finalmente el disco cumplió con creces todas las expectativas.

«Eyeless» [‘Slipknot’ (1999)]

En «Eyeless» Jordison incorpora el estilo drum and bass de forma que se integra perfectamente con el nu metal que presenta Slipknot en su primer álbum. La percusión se mantiene siempre presente, incluso en momentos de silencio. “Eyeless” es un imprescindible en cualquier setlist de concierto.

«The Blister Exists» [‘Vol. 3: The Subliminal Verses’ (2004)]

La batería en «The Blister Exists» constituye (más si cabe) el esqueleto de la canción. Incluso pareciera que las guitarras siguen más a la percusión que al revés, como suele ser. Algo que caracterizaba a Joey Jordison es que hacía de la batería algo más que un acompañamiento, otorgando presencia a ésta con elementos como el impresionante solo que suena a mediados de la pista y reaparece luego para darle final. Por otra parte, su tercer disco ‘Vol. 3: (The Subliminal Verses)’ trajo más melodía y profundidad en comparación a lo que habían publicado anteriormente.

«People = Shit» [‘Iowa’ (2001)]

Regresando a ‘Iowa’, “People = Shit” es uno de los temas más influyentes y populares. A Slipknot siempre se les dio bien eso de decir las cosas alto y claro. Su estribillo desprende odio y malas vibras como es ya costumbre en ellos, siendo de los momentos más impresionantes cuando la tocan en directo. Respecto a la batería, ésta controla en qué momentos se desata esa rabia escalonadamente y cada golpe es una inyección de adrenalina.

 

«The Heretic Anthem» [‘Iowa’ (2001)]

¿A quién no le suena aquello de “If you’re 555, then I’m 666”? Con un doble bombo constante sonando como una ametralladora, «The Heretic Anthem» se califica entre las más agresivas de la banda sin necesidad de ser de las más pulidas técnicamente.

 

«Duality» [‘Vol. 3: The Subliminal Verses’ (2004)]

Otro clásico de Slipknot donde la melodía hace un mayor acto de presencia sin olvidar la agresividad que hasta este disco reinaba en sus canciones. Jordison mantiene la batería constante y fuerte a la par que dinámica, subiendo y bajando de intensidad cuando así lo requiere la situación. Eso sí, el breakdown de «Duality» es para romperse el cuello.

 

«Surfacing» [‘Slipknot’ (1999)]

Entre sonidos chirriantes de guitarra y mucha rabia descontrolada se presenta «Surfacing», cuya batería marca un ritmo constante con diferentes patrones e intensidades. Prestando atención a los detalles, Jordison juega aquí con sonidos ornamentales en algunas partes para dar más profundidad.

«Psychosocial» [‘All Hope Is Gone’ (2008)]

Perteneciente a su último trabajo en Slipknot, “Psychosocial” cuenta con un riff principal que la percusión no sólo acompaña sino que domina, guiando con su ritmo pesado y constante. En esta etapa es cierto que la velocidad dejó de tener tanto protagonismo para dar paso a ritmos más contundentes. No obstante, no dejaron de lado su esencia puramente agresiva y así se hace notar.

 

«Before I Forget» [‘Vol. 3: The Subliminal Verses’ (2004)]

Uno de los himnos de la banda, conocido por méritos propios y también por el juego Guitar Hero para muchos adolescentes de la época. En este caso, la percusión se mantiene cuadriculada y sincronizada con las guitarras, tomando un mayor protagonismo especialmente en las estrofas. “Before I Forget” logró llevar a Slipknot a un nivel mayor de popularidad, siendo esta época uno de los picos de su carrera.

 

Iria López