En definitiva, “Machine Messiah” sitúa a la banda en una posición (por lo menos discográficamente hablando) muy digna aunque el mal ya está hecho y dudo que la situación pueda reconducirse tras tantos fracasos y pasos errantes.

Vaya la verdad por delante, mi desconexión total con SEPULTURA se produjo hace ya bastantes lustros por lo que me resulta ciertamente difícil situar este “Machine Messiah” en contexto. Por edad y generación, soy de los que vivió la eclosión comercial del grupo allá a principios/mediados de los 90 con “Chaos A.D” y “Roots”, dos discos que pese al cambio radical que marcaban respecto a sus predecesores, todavía mantenían cierta lógica y coherencia con el pasado y sobre todo, sonaban frescos para la época marcando los standards que otras bandas deberían seguir en el futuro, tanto en materia de composición como de producción. Llegados a 1996, sucedió el gran cataclismo que sacudió los cimientos de la escena metálica con la salida de Max Cavalera del grupo (Por la negativa de éste a irse de gira tras la muerte de su hijastro ante la presión y falta de tacto del resto de miembros. Versión de Max, lógicamente, no estaría de más conocer algún día qué opinaban los otros 3). Lejos de separarse, la banda decidió proseguir su camino reclutando a un desconocido Derrick Green y encadenando una serie de discos mediocres y sin orientación ni gancho alguno donde SEPULTURA pasaba de ser líder de una escena a fotocopia barata de otras bandas punteras del momento. Su legión de fans fue desinflándose a ritmo vertiginoso y es que cabe recordar que durante un período de tiempo relativamente corto (1994/1996), SEPULTURA fue quizá la banda de Metal más grande del planeta con el permiso de METALLICA y PANTERA.

Han pasado dos décadas tras aquellos hechos y la banda no ha hecho sino caer empicada hacia abajo. Ningún disco suyo ha logrado revivir la gloria del pasado y con cada nueva gira, los brasileños congregaban a menos gente (para la posteridad quedará su visita a Barcelona con VOIVOD de teloneros donde la sala literalemente se vació tras la actuación de los canadieneses). Lo curioso del caso es que la todopoderosa Nuclear Blast se fijase en ellos y los rescatara y repescara 5 años atrás fruto de cuya unión han visto la luz ya 3 discos siendo este “Machine Messiah” el último de ellos (discos con cifras de ventas ridículas en USA; 1500 copias por disco). Estando también SOULFLY en el gigante discográfico germano (e imagino que con unas cifras de venta similares, algo superiores), las cuentas salen rápidas y es que no hay que ser muy avispado para dar con el interés real del sello que todos sabemos cual es y que es lo único que justifica que un sello ganador apueste por una banda perdedora cara de mantener y que apenas vende discos.

Tras escuchar “Against” en su día y no pasar de la segunda escucha, mis aproximaciones al grupo han sido escuetas, puntuales y motivadas principalmente por la curiosidad y el rigor periodístico. De hecho creo recordar que fue con “A-Lex” (2009) cuando mi decisión irrevocable de olvidar a esta banda de por vida se fraguó. Desde entonces la banda ha editado algunos discos más los cuales han pasado inadvertidos para mi hasta este “Machine Messiah”, un disco que, o sorpresa, es muy superior y mucho más entretenido de lo que habría imagino. De hecho, reconozco que la sensación es realmente extraña y difícil de asumir; servidor degustando un disco de SEPULTURA post-Max Cavalera, ¿Qué está sucediendo?.

“Machine Messiah” no puede competir con “Arise” o “Chaos A.D.”, no puede pero tampoco juega en la misma liga ni creo que sea la intención de nadie recuperar el espíritu de aquellos viejos clásicos del grupo. SEPULTURA como tal murieron en 1996 y lo que viene sucediendo desde entonces es que Andreas Kisser (Paulo Jr nunca pintó un carajo, de hecho ni siquiera grababa el bajo en los discos) va sacando discos y más discos rodeado de una serie de fulanos con mayor o menor fortuna, por lo general menor. Lo nuevo de SEPULTURA tiene gancho, vamos que si lo tiene. Ha pasado ya tanto tiempo de todo aquello que el rencor ha desaparecido y todo ello coincide en el tiempo con un disco atractivo, variopinto, poseedor de muy buenas ideas y que en ningún momento se hace pesado (aunque lógicamente, todo depende de la predisposición del oyente).

Las voces limpias de Derrick no me desagradan, Andreas suelta solos de guitarra más a la vieja usanza (técnicos y melódicos en vez de wahwah y ruidera, para que nos entendamos), hay un surtido infinito de arreglos en forma de percusión tribal, teclados, secciones de cuerdas, pasajes progresivos, reminiscencias Slayerianas (“Vandals Nest”)… Todo ello a mi entender ensamblado con bastante buen gusto y acierto. Pero el gran muro sigue sin derribarse; cuesta asociar la marca SEPULTURA a todo esto, pese a lo notable del disco. No deja de ser curioso el hecho de que estamos ante uno de los pocos casos en los que utilizar el clásico nombre del grupo perjudica más que ayuda.

En definitiva, “Machine Messiah” sitúa a la banda en una posición (por lo menos discográficamente hablando) muy digna aunque el mal ya está hecho y dudo que la situación pueda reconducirse tras tantos fracasos y pasos errantes. Mientras ese gran día llega (porque llegar, llegará), vale la pena darle una oportunidad a este trabajo, calidad y buenas ideas posee, está en tus manos sanarte las heridas, quitarte la venda y dejar que la objetividad haga el resto.

Grupo:Sepultura

Discográfica:Nuclear Blast

Puntuación:7

Canciones:

  1. Machine Messiah
  2. I am the Enemy
  3. Phantom Self
  4. Alathea
  5. Iceberg Dances
  6. Sworn Oath
  7. Resistant Parasites
  8. Silence Violence
  9. Vandals Nest
  10. Cybel God

Año:2017-01-01

Votación de los lectores:5