Foo Fighters: Sonic Highways

Un envoltorio muy llamativo, con mucho colorido, pero que en cuyo interior nos encontramos con un regalo menor. Y en el mundo de la música, no son pocos los melómanos que se decantan por un contenido interesante, aunque esté envuelto en papel de periódico manchado de café y aceite de churros.

Anatomía de un instante: FOO FIGHTERS anuncian un parón de tiempo indefinido para descansar. FOO FIGHTERS anuncian su regreso. FOO FIGHTERS grabaran nuevos temas en 8 estudios distintos. FOO FIGHTERS publican disco y documental sobre esas grabaciones en Austin, Chicago, Los Angeles, Nashville, Nueva Orleans, Nueva York, Seattle y Washington, D.C., a estrenar por el canal norteamericano HBO. En resumidas cuentas, todo el proceso hasta que la banda de Dave Grohl ha publicado este “Sonic Highways”, ha sido seguido con mucha expectación por todas las novedades y anomalías de cualquier disco que cualquier banda al uso pueda hacer. Pero hay algo que antes y durante no se ha oído con mucha fuerza, incluso de boca de los propios protagonistas: la calidad de las canciones. O una de dos; o el alto nivel de las mismas iba a ser la verdadera sorpresa, el impacto final, o quedarían delegadas a un segundo plano, siendo una pequeña parte, la menos perceptible, de un todo. Dicho de otra forma; un envoltorio muy llamativo, con mucho colorido, pero que en cuyo interior nos encontramos con un regalo menor. Y en el mundo de la música, no son pocos los melómanos que se decantan por un contenido interesante, aunque esté envuelto en papel de periódico manchado de café y aceite de churros.

Y es que ni con el inicio con “Something From Nothing”, se pueden lanzar las campanas al vuelo. Eso sí, las referencias al “Holy Diver” de Ronnie James Dio nos produce una sonrisa socarrona. Porque más que un guiño pasajero, es una abrazo bien prieto que sirve de apoyo para canalizar el tema en sí. “The Feast and the Famine” nos devuelve a una formación con ganas de dar mucha caña, pero todo queda un poco embarullado. Aún así, se agradece las muestras de agresividad comedida, ya que es de las únicas de todo el redondo. Puede que con “Congregation” consigan uno de los puntos más álgidos, porque de forma muy equilibrada, condensan todas sus bondades: melodías, buenos riffs y punteados, y un estribillo con pegamento mental. Se vuelven a diluir y perder en territorios frondosos en “What Did I Do? / God as My Witness”, porque la hilaridad sónica es algo que cuesta de seguir. Además, esa segunda parte parece pegada con argamasa para alargar su metraje o jugar con su título. A saber…

Es en la segunda parte de “Something From Nothing”, donde hallamos elementos interesantes. Sobre todo “Outside” y “I Am a River” por lo diferente de su propuesta. La primera, por esos espacios en reposo, que con los dibujos constantes de bajo logran una magnífica atmósfera. Y la segunda, que sirve de cierre del álbum, nos muestra una cara oculta de la banda: relajación, fraseos suspendidos, y todo medido y en pura armonía para subir de intensidad y explotar en una parte final cargada de poderío. Y también con una de las mejores líneas vocales de este trabajo, por no decir la mejor. “In The Clear” llama la atención fácilmente por su estribillo cortante y vacilón, y esos arreglos cuasi orquestales. Más desapercibida es “Subterranean”, bastante repetitiva y predecible.

No es que esta nueva colección de temas sea una piedra en el zapato en el camino de FOO FIGHTERS. Pero por muchas veces que lo escuchas, echas de menos la fuerza de temas como “Bridge Burning”, “White Limo”, o ese rock incluso comercial pero de alta escala de “Walk” o “Dear Rosemary” de su anterior “Wasting Light”. Y ni mucho menos, existen hits en potencia del tamaño de “Best Of You”, “The Pretender” o “Everlong”, por citar algunas de las piezas de gran valor de su carrera. Y ese quizás sea el hándicap de este disco, el baremo para medir: la sombra del pasado. Te trastorna, pero no te deja noqueando. Como cabeza visible de FOO FIGHTERS, Dave Grohl ha tenido muchos roles a lo largo de estos veinte años liderando la formación. El luchador, el trabajador, el innovador o el protector del rock y el metal. Pero para este trabajo, se le podría asignar otro: el ilusionista. Persona que tiene por ocupación la realización de trucos de magia ante el público. “Something From Nothing” tiene más de truco, que de magia.